La vida de Diana se convierte en un infierno al casarse con Marcelo... Un hombre que no se tienta el corazón para himillar a Diana de las peores manera... Zulema que es la amante de Marcelo, le roba el bebé que Diana da a luz y manda asesinarla para que nadie descubra su secreto... Diana es rescatada y ayudada por César el hermano menor y padre del hijo que Diana tuvo. Ambos regresaran para vengarse de Marcelo y Zulema ..
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Una humillación más
__ Marcelo ¿Escuchas cómo me estás hablando?... El tono de voz que usó Zulema cuando le preguntó a Marcelo fue algo triste, pero a mí me causa estúpidamente asco...
Inmediatamente, Marcelo se acercó a ella. Con astucia Zulema bajo la mirada, sus lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas, se miraba patética, pero es una mujer muy astuta y sabe cómo comenzar el idiota de Marcelo...
__ Mi amor en verdad, no lo he hecho a propósito, no quise hablarte de esa manera..._ Marcelo se disculpó tomando la cintura Zulema.
__ Mi amor, sé que no lo haces a propósito, pero me has dejado humillada delante de esta basura... _ Zulema se soltó la mano de Marcelo y se alejó de él.
Enseguida salió de la cocina dejando Marcelo continuamente conmigo. Él me miró con un gesto de desprecio.
__ ¡¿Lo estás haciendo a propósito verdad?!... Me dice una manera violenta...
__ Señor, no entiendo lo que me está hablando. Solo soy una siempre cocinera, una basura ante los ojos de su amante...
Fue mi respuesta ante la pregunta de Marcelo, después me di la vuelta y continué cocinando la comida...
Necesitaba distraer mi mente en algo, no quería pensar en que estoy encerrada en esta maldita villa, y siendo humillada por estos desgraciados...
Estaba por tomar la cuchara y batir la comida, cuando sentí la mano de Marcelo apoderarse de la mía, un fuerte jalón me hizo gira mi cuerpo hacía.
__ Por tu bien, espero que no lo estés haciendo a propósito. Lamentaría mucho lastimarte cariño...
Marcelo acarició mi rostro, para luego agarrar mi barbilla, la apretó con fuerza entre sus dos dedos y después me arrojó un poco hacia atrás con asco...
__ Te lo advierto Diana, no intervengas en la relación de Zulema y yo. Es la mujer a quien amo, la mujer con la que siento pasión, y tú solamente es una criada, una sirvienta, una mujer que compró mi marido... Marcelo volvió a repetirme con una estúpida en sonrisa entre sus labios...
Después de haber dicho esas palabras, Marcelo se dio la vuelta, creí que ya se iba de la cocina. Pero me equivoqué.
Giró su cuerpo violentamente, tirando cada uno, de las sartenes que tenía sobre la estufa, las arrojó al suelo...
En segundos toda la comida quedó extendida por el suelo. Eso me hizo sentir muy frustrada, solamente puedo apretar mis manos.
__ ¡Anda basura voy a preparar la comida!.. Tengo mucha hambre... Ahora sí, a terminar de hablar, Marcelo se alejó de la cocina, déjame un tiradero.
Llevé mis manos a mi rostro, tenía unas inmensas ganas de llorar, de gritar y salir corriendo de esta maldita Villa...
Sin embargo, ya había intentado escapar una vez, pero fue en vano. Marcelo y la zorra de Zulema en encargado de encerrarme en esta Villa, que no tengas escapatoria, y no pueda ir con mis padres y contarles todo lo que ellos me han hecho.
Después de unos segundos intentando respirar con tranquilidad, volví a poner manos a la obra, y fui al congelador de nuevo, tomé varias verduras y esta vez tomé pollo en lugar de pescado, lo llevé todos al lado de la mesa...
Mientras pelaba las verduras y ponía el pollo a hervir, escuché el ruido de unos tacones, obviamente, eran los de Zulema...
Intenté, ignorar la bruja de Zulema, pero ella, como siempre nada más, quiere hacerme daño...
__ Escuché todo lo que Marcelo te dijo y creo que se quedó corto... _ Continúe ignorando las palabras de Zulema...
Un dolor punzante atravesó inesperadamente mi brazo, Zulema había agarrado un cuchillo, lo clavó suavemente en mi brazo... Para hacerme daño.
__¿Quién te consideras?. Maldita gata para ignorarme de esa manera...
Me obliga a tragarme el dolor, apreté con fuerza mi mandíbula, sentía unas inmensas ganas de matar a Zulema, con mis propias manos, pero no ganaría nada...
__ Creó que solo mi presencia te hace daño...
__ Eres una mujer patética Zulema... _ Susurro entre dientes.
Zulema dejó caer al suelo el cuchillo, que traen sus manos. Después levantó su mano, para dejarla caer él sobre mi mejilla...
Sin embargo, la bofetada no cayó sobre mi mejilla. A última hora, Zulema se volvió a arrepentir.
__ Está bien cariño, sé que no será nada fácil, someterte a mis deseos. Pero recuerda que Marcelo me ama a mí, y mientras él está en parte, voy a hacer de tu vida un infierno.
__ En serio... _ Le dije con una sonrisa en mis labios...
Zulema dibujó una extraña sonrisa en sus labios... Estiró su mano y la colocó entre mi vientre.
__ ¿De quién es el mocoso que estás esperando?...
Inmediatamente, tragué saliva, mi corazón latió con fuerza, no sé, cómo Zulema se dio cuenta de que estoy embarazada...
Por instinto di un paso hacia atrás alejándome de ella... No obstante, Zulema me alcanzó a agarrar el brazo y me empujó de no hacia adelante...
__ Me crees tan estúpida para no haberme dado cuenta que estaba esperando un hijo... Murmuró Zulema lentamente...
__ Este hijo no es de Marcelo, si eso es lo que quiere saber... _ le contesté en un tono frío.
__ ¿En serio?... Entonces le preguntaré a mi amorcito, quién es el padre de ese bebé…
Después de decir eso, Zulema se dio la vuelta y salió de la cocina... Mi cuerpo no dejaba de temblar, tenía miedo de que Marcelo se diera cuenta de que estoy embarazada, hiciera algo para que hoy perdiera mi hijo.
Luego de media hora terminé de hacer la comida, de inmediato la llevé al comedor. Ahí estaba Zulema y Marcelo charlando risueñamente.
Al verme entrar con la bandeja de comida, Zulema, le pregunta a Marcelo si desea tener hijos con ella...
__ Mi amor estuve pensando, y me gustaría saber si quieres tener un hijo conmigo...
Marcelo inmediatamente sonrío, estiró su mano y la colocó encima de la de Zulema.
__ Esa es mi más grande deseo, cariño...
Zulema besó la mano de Marcelo, después me echó una mirada de reojo... Sin embargo, yo continúo llevando la comida hasta la mesa...
Le servía la comida a Zulema como Marcelo, Después de terminar de servir la comida, me di la vuelta y me salí del comedor...
Regresé a la cocina y cada rincón de ella cada gota de comida que Marcelo había arrojado al suelo. ...