Zoe es una joven brillante y apasionada por los videojuegos. Después de años estudiando y perfeccionando sus habilidades en el extranjero, regresa con un sueño claro: Trabajar en Titan Games, la empresa líder en el desarrollo de videojuegos.
Pero hay un problema...
El CEO de la empresa, Leonardo Montenegro, tiene una regla estricta: NO MUJERES en el equipo de desarrollo. Su amarga experiencia con su exnovia, quien lo dejo plantado en el altar, lo convenció de que las mujeres solo traen drama y complicaciones innecesarias.
Zoe, indignada Pero determinada no está dispuesta a dejar que el machismo arruine su carrera. Con la ayuda de su mejor amiga Liliana, una maquilladora profesional, se transforma en Zack: Un chico reservado y serio con un talento excepcional para él código y el diseño de videojuegos.
Logra entrar en la empresa, pero pronto se da cuenta de que mantener su identidad oculta no sera nada fácil.
NovelToon tiene autorización de Alvarez para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
CAPÍTULO 8: MÁS PROBLEMAS, MÁS CONFUSIÓN
El viaje de trabajo seguía su curso, pero lo que debía ser una misión sencilla se estaba convirtiendo en una pesadilla para Zoe.
Porque Leonardo la miraba raro.
Y no raro de "sospecho que escondes algo".
Sino raro de "¿por qué demonios siento algo por ti?".
Zoe lo notó al instante.
Cada vez que hablaba, Leonardo desviaba la mirada como si estuviera incómodo.
Cada vez que sonreía, Leonardo se tensaba.
Y cuando accidentalmente se rozaron los dedos al tomar el mismo vaso de café, Leonardo prácticamente saltó hacia atrás como si lo hubiera electrocutado.
—¿Leo, todo bien? —preguntó Gabriel con diversión, disfrutando demasiado la escena.
—¡Perfectamente! —gruñó Leonardo, apartando la mirada de Zoe como si mirarla demasiado le diera migraña.
Zoe internamente se quería morir.
Esto iba a ser un problema.
UNA SITUACIÓN… INCÓMODA
Más tarde, cuando terminaron las reuniones, el desastre final del día llegó.
La empresa que los había invitado los llevó a cenar y a beber.
Y Leonardo, que normalmente no bebía mucho en reuniones de trabajo, decidió que necesitaba un par de tragos para entender su vida en ese momento.
Error.
Porque un Leonardo ebrio era aún peor que uno sobrio.
Y ahora, ya no intentaba disimular su confusión.
—Zack… —murmuró, apoyando la cabeza en el hombro de Zoe mientras volvían al hotel en un taxi.
Zoe se puso rígida como una tabla.
—¿S-Sí?
—Tienes unos ojos muy bonitos…
Gabriel, que estaba sentado al frente, se mordió los labios para no soltar una carcajada.
Zoe sintió que el alma se le escapaba del cuerpo.
—Eh… gracias… supongo…
Pero Leonardo no había terminado.
—Es que… no entiendo.
Zoe tragó saliva.
—¿No entiende qué jefe?
Leonardo frunció el ceño y la miró fijamente.
—¿Por qué me gustas?
Gabriel soltó un bufido ahogado.
Zoe se congeló.
—¡Yo no… no sé!
Leonardo seguía mirándola con el ceño fruncido, como si tratara de resolver una ecuación imposible.
—Tal vez… tal vez me estoy volviendo gay.
Zoe quería gritar.
—¡NO! O sea… ¡eso no es malo! Pero… ¡yo no creo que lo sea! — continuo Leonardo.
Gabriel no pudo aguantar más y estalló en risa.
—¿Te parece gracioso? —gruñó Leonardo, mirándolo con el ceño fruncido.
—No, no… sigue con tu crisis existencial, por favor.
Zoe quería abrir la puerta del taxi y tirarse.
Esto se estaba saliendo de control.
Al llegar al hotel, Gabriel se fue al bar a tomar otra copa, pero Zoe tenía que lidiar con un Leonardo demasiado borracho para abrir su propia puerta.
—Vamos, Leo… —murmuró, sosteniéndolo mientras intentaba buscar la llave.
—¿Sabes, Zack? —murmuró Leonardo con voz arrastrada.
—¿Qué? —preguntó Zoe, con toda la paciencia del mundo.
Leonardo apoyó la frente en su hombro.
—Si fueras una chica, creo que me enamoraría de ti.
Zoe sintió que su corazón se detenía.
—Pero como eres un chico… —Leonardo suspiró—. No sé qué demonios me pasa.
Zoe finalmente logró abrir la puerta y lo empujó suavemente hacia la cama.
—Mañana hablamos de esto, ¿ok?
Leonardo murmuró algo más, pero se quedó dormido casi al instante.
Zoe se quedó unos segundos ahí, mirándolo.
Lo había odiado cuando lo conoció.
Lo consideraba un machista insufrible que no quería mujeres en su empresa solo por una experiencia personal.
Pero ahora…
¿Por qué sentía esta punzada de culpa al verlo así?
Suspiró, le acomodó las sábanas y salió de la habitación.
Gabriel la esperaba en el pasillo con una sonrisita maliciosa.
—¿Cómo va tu novio?
—¡Cállate!
—Oh, vamos. Esto se está poniendo bueno.
Zoe se llevó las manos a la cara.
—Voy a morir.
Gabriel rió y le dio una palmada en el hombro.
—Mañana será peor.
Y tenía razón.
Porque cuando Leonardo despertara, no solo tendría resaca…
Sino también un recuerdo vago de haberle dicho a "Zack" que le gustaba.
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Una novela que te atrapa y no logras parar de leer hasta el punto final. Es la primer novela que leo de su autoría y me ha dejado enganchada.
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Una trama buena y dinámica, con una narrativa hermosa y coherente y unos personajes muy bien diseñados.
🌟✍💖✍🌟
Ortografía y redacción... ¡De lujo! (Algo que siempre agradecemos los lectores más exigentes.)
💖✍🌟✍💖
¡Felicitaciones inmensas a la estimada escritora!
😆😆😆