Hielo Y Fuego

Hielo y Fuego 

Elsa Elena Isasa 

Capitulo 8. El aeropuerto. 

El llamado telefónico de Luis le tranquilizó. Había conseguido la casa para su tía cerca de su departamento. Llevarla a su hogar, pequeño y de un solo dormitorio, no estaba en sus planes. Pero saber que tendría Grace un hogar con dos dormitorios era una bendición. 

–Y quién es ese Luis- preguntó Larry.

– Un arquitecto paisajístico. Mí compañero de trabajo. Grace estará bien acomodada. La casa es sencilla pero queda cerca de todos los centros médicos Larry. Estaremos bien. - respondió. -

– Tengo miedo Vicky. Por primera vez en mí vida tengo miedo. No sé si podré vivir sin mí madre. - 

– Por favor. No hables de partida. No me imagino mí vida sin la tía Grace. Además, yo estaré siempre contigo Larry.¿ Entiendes? 

– No se como agradecerte Vicky. Todo esto que haces por nosotros te saldrá muy caro. 

En realidad le salió bastante. Había despachado esa mañana un camión de traslado con las pertenencias que su tía quería mantener con ella. El resto quedaría en la casa y seguramente sería vendido por el dueño o aprovechado por los nuevos inquilinos. 

– Gano bien. Y el dinero es lo de menos. Ojalá pudiéramos salvarla. Ven, vamos a vestirla para el viaje. -Victoria se puso de pie y entró a la habitación de Grace. La enferma parecía estar mejor. Más feliz y menos adormilada. 

– Mí querida Victoria. Mí salvación. Verás sobrina que en Bergamo me pondré bien. Ya verás. –

– Eso es seguro tía querida. Vamos. Te ayudaré a vestirte para el avión. –

– Está vez, no viajaremos a dedo verdad.¿ Recuerdas mí niña cuando eras pequeña huyendo del norte a la capital? Tengo que contarte ciertas cosas de esa época. –

– Ya me contarás tía Grace. Ahora a vestirte bonita para viajar. - respondió Victoria. 

El aeropuerto estaba lleno de gente cuando llegaron y mientras caminaban hacia la fila de la aerolínea le pareció verlo. En realidad no específicamente, sino sentir la mirada penetrarte de sus ojos negros en su espalda. 

Era solo sugestión. Hacía muchos años que el fantasma de la mafia la perseguía. Conocer a Luka Donato fue solamente un hito en esa carrera por su estabilidad y su vida.

Siempre temió que la mafia que mató a sus padres viniera por ella. Fue la única de la familia que pudo escaparse gracias a estar casi muerta por unos días en el hueco del piso. 

Su tía Grace nunca fue perseguida. Quizás porque no vivía con ellos en esa época. 

Hicieron los tres la fila y pesaron sus maletas. 

Luego se sentaron juntos en las butacas de espera del llamado para el abordaje. 

Mientras Larry traía agua mineral y los calmantes de Grace, Vicky fue al sanitario. Aprovechó a recoger su cabello y reponer un poco de su colonia sobre los brazos. 

Salió hacía la puerta y en el pasillo lo vio. No alucinaba. Allí estaba Luka Donato. Era él. Recostado sobre la pared del tortuoso corredor de los sanitarios de damas y caballeros. Y la esperaba. 

– Vicky. 

– Señor Donato. – respondió temblando. 

–¿ Te vas otra vez?--

– No estoy huyendo. Es solo trabajo. - dijo como si debiera explicar sus pasos a ese extraño inquietante – le he pagado todo. ¿Qué quiere?

Luka extendió su mano. Y aunque toda su mente le obligaba a correr para salvarse, su cuerpo no le respondía. Cómo si se tratase de otro ser humano su mano también recorrió la pequeña distancia hasta la de Luka. Y él, tiró de ella. 

Sus cuerpos estaban juntos. El calor de Luka prendido en un abrazo intenso y las bocas muy cercanas. Deseaba que él la besara. Deseaba su boca como si nunca la hubiera sentido. El solo la miraba profundamente. 

– Iré a verte. Quiero que te cuides. Quiero que me esperes. -

– Yo…Debo irme. Ya será el momento de abordar.

– ¿Quiénes son Facundo Gómez Riera, Valentín, Eduardo o Luis para ti? ¿Hay con ellos algo más que trabajo? Dime Vicky. 

– Pero…porqué esa pregunta. Señor Luka. No tengo por qué contestar. -

– Habla Vicky. -

– Jefe y compañeros de trabajo- dijo casi desfalleciendo. 

– Eres mía Vicky. Eres mí mujer. Y yo soy tu hombre. No te olvides. Iré a Bergamo a verte. ¿Entiendes?

– A Bergamo? ¿Ya sabes dónde vivo ahora ? –

– Sé todo de ti. Sé que te gusta estar pegada a mí cuerpo. Sé que te gustan mis besos. Y sé que me tienes miedo. Pero daría mí vida por ti. 

– ¿Por qué lo harías?. Dime por qué. -

– Te has clavado en mí corazón Victoria Julia Cesare. Y esa flecha duele. Y ambos, tú y yo, debemos arrancarla– dijo roncamente. 

Y luego la beso. 

Su boca estaba hurgando la suya de una manera maravillosa.El cuerpo de Vicky era gelatina en sus brazos. Un mundo de sensaciones desconocidas le inundaba cada sentido. 

No pudo evitar que sus brazos rodearan el cuello de Luka. No pudo evitar fundirse en él. 

Estaba pérdida. Pérdida de deseo por ese mafioso. Lo escucha gemir de placer mientras la besaba y sus manos la tenían pegada a su cuerpo primero desde la cintura y luego bajó a sus glúteos. 

– Cuídate amor. Cuídate. - le dijo. 

Luego la soltó, caminó por el pasillo y se perdió entre la muchedumbre. Vicky quedó temblando, tratando de componerse antes de volver a su asiento. 

Subió al avión tomando a su tía del brazo. 

¿Por qué ese hombre le suplicaba que se cuide? 

El único ser inconveniente que entró en su vida fue él. De quién debía cuidarse en todos los sentidos era de Luka. Sin embargo, Luka Donato, le pedía que se cuide. Que significaba este pedido. Que sentía Luka por ella. No sabía. Lo que tenía victoria como seguro es que por primera vez en su vida, un hombre le importaba. Su masculinidad le apabullaba. Su cuerpo clamaba por él.