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Desiree

Desiree

Status: En proceso
Genre:Romance / Mujer poderosa / Mafia / Diferencia de edad / Pareja destinada / El Ascenso de la Reina
Popularitas:15.5k
Nilai: 4.8
nombre de autor: Jess Queen

Tercera parte! En emisión asique no se desesperen que vamos a paso lento pero seguro. Escribo con mucho amor asi que espero lo mismo de ustedes 🖤

NovelToon tiene autorización de Jess Queen para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Cap 7

Cap 7

Después de esa primera advertencia, supe que me había metido en problemas. Pensé que entrenar con mi tío era duro, pero esto es otro nivel de tortura. Las sentadillas con barra, peso muerto, press de banca y dominadas con peso fueron solo el calentamiento. Ahora mis piernas arden, mis brazos tiemblan y mis pulmones sienten que van a explotar. Cada repetición es como una puñalada, pero ahí están mis primos, sonriendo de oreja a oreja mientras me ven sufrir.

—Luchas bien, pero necesitas ser más fuerte —dice Dimitri, ignorando el hecho de que ya estoy al borde del colapso. No se molesta en ocultar su sonrisa, disfrutando cada segundo de mi sufrimiento.

Vlad, más callado, pero igual de despiadado, mantiene la mirada fija en mí, esperando que complete la última repetición de peso muerto. Sus ojos me dicen que si no lo logro, probablemente tendrá algún castigo peor reservado. Es como si disfrutaran de verme retorcerme de dolor, pero al mismo tiempo, hay algo de respeto en sus miradas. Como si apreciaran mi terquedad por no rendirme.

—Solo te falta un poco más, Dess. No es gran cosa —dice Vlad con esa calma suya, como si lo que estoy haciendo fuera un paseo en el parque.

Claro, un "poco más" para ellos significa varias horas más de tortura. Mi cuerpo está al límite, pero ni loca me voy a rendir. No frente a ellos.

Después de lo que parecen siglos, cuando finalmente estoy a punto de caer al suelo y jurar que jamás volveré a entrenar con estos dos, veo a mi padre entrar por la puerta, seguido por mi tío Iván, Nik, Connor y... claro, los abuelos, porque esto no sería una reunión familiar sin que todos aparezcan a tiempo para alardear.

—¡Escuché que le están enseñando una nueva rutina a mi bebé! —exclama mi padre con una sonrisa mientras me mira de arriba abajo. Estoy sudada, roja como un tomate y jadeando como si hubiera corrido un maratón, pero él solo parece más orgulloso.

—Nuestra prima es resistente —dice Dimitri, todavía sonriendo como si lo que acabamos de hacer fuera lo más divertido del mundo—. Aunque esté al borde del desmayo, no se rinde.

—Ah, los jóvenes de hoy... siempre creen que pueden hacer todo —comenta mi abuelo Declan mientras se cruza de brazos, mirándome como si fuera un recluta novato. —Pero les falta experiencia. Eso no se gana en el gimnasio, se gana en la vida. ustedes han vivido en esta era de paz desde que nacieron, nosotros sabemos que el ejercicio no lo es todo si no se tiene experiencia en combate, en el campo de batalla, a los tiros en un enfrentaminto o peleando cuerpo a cuerpo con un cuchillo.

—Exacto —responde mi tío Iván con una sonrisa—. Pueden tener fuerza, pero sin cabeza, no sirven para nada. —Me guiña un ojo y recuerdo lo que me dijo anoche. —Eso es lo que te estamos enseñando, Dess. Fuerza con inteligencia. ¿Verdad, Nik?

Nik asiente con una sonrisa burlona, mientras Connor suelta una carcajada., Nik era el anterior Vor en la ccima pero su hijo lo ha superado por mucho.

 Mi tío Nik y Connor tienen  historia y las anécdotas juntos, son tan épicas como las de mis abuelos, mi padre mis tíos Iván y Theo.

—Yo diría que también les falta resistencia... nosotros a su edad no nos quejábamos tanto —se burla mi abuelo Robert, y aunque lo dice en tono de broma, sé que en su mente está convencido de que puede darles una lección a todos.

Asiento, aunque el dolor en mis músculos me pide a gritos que no lo haga. Pero esto es lo que hace la familia, ¿no? Me lanzo al ruedo una vez más caminando al sector de piso acolchonado que usamos para estilo libre, sabiendo que, si logré sobrevivir al entrenamiento de mis primos, unos golpes con mi padre no serán nada... o eso espero.

Apenas me pongo de pie después del entrenamiento infernal con mis primos, siento cómo el cansancio me pesa en cada músculo. Mis piernas tiemblan y mis brazos arden, pero cuando mi padre se acerca con esa sonrisa burlona, sé que rendirme no es una opción.

—¿Te echas unos puñitos con papá, mi amor? —pregunta con su tono serio, pero los ojos le brillan de emoción, como siempre que está a punto de darme una lección.

—¡Eso! ¡Demuéstrale quién manda, Dess! —grita Dimitri desde atrás, ganándose una mirada fulminante de Vlad.

El gimnasio parece un campo de batalla improvisado. Dima y Vlad están a un lado, sudados y riendo, satisfechos de haberme destrozado con su rutina. Pero ahora es el turno de mi padre, y no pienso quedarme atrás. Respiro hondo y me pongo en guardia.

—Vamos, papá, no te lo voy a poner fácil —le digo, aunque una parte de mí grita por una ducha y un descanso y tres tabletas de ibuprofeno.

Él no pierde tiempo. El primer golpe va directo, y lo esquivo por los pelos. Mis piernas protestan con cada movimiento, pero no puedo ceder ni un milímetro. Nos movemos por el suelo, intercambiando golpes rápidos y precisos. Cada golpe de mi padre tiene fuerza, pero también experiencia. Sabe perfectamente cómo medir sus ataques para probarme, para ver si me derrumbo, muevo mis pies recorriendo el rectángulo acolchonado sin perder de vista sus movimientos y ataques.

—¿Ya te cansas? —Me provoca con una sonrisa—. Porque si te rindes ahora, te juro que te encierro en un convento hasta que cumplas ochenta años.

Una risa general estalla en el gimnasio. Mis primos, tíos y hasta mis abuelos se ríen a carcajadas con la amenaza de mi padre. Dimitri está a punto de caerse de la silla de tanto reírse, mientras Vlad trata de mantener una expresión seria cruzado de brazos, pero sus labios traicioneros también esbozan una sonrisa.

—¡No tienes escapatoria! —Grita mi abuelo Declan, animando desde el otro lado—. ¡Ese convento suena cada vez más interesante!

Las risas no cesan.

—¡Sí, Dess! ¡Piensa en las monjas! —se une Connor, quien no pierde la oportunidad de sumarse a la broma. — Ellas no te dejaran ir  a la universidad ni podrás embriagarte en las fiestas de las fraternidades.

—De hecho, creo que ya les mandé una carta —dice mi padre entre golpes—. Están reservándote una habitación con vista al jardín. Y nada de teléfono, por supuesto.

El aire está cargado de bromas y risas, pero yo sigo concentrada en la pelea. No me importa lo agotada que estoy, no pienso darles el gusto de verme rendida. 2Es solo ruido  que busca distraerme" Esquivo otro golpe, pero mi cuerpo comienza a fallarme, y me cuesta mantener el ritmo. Mi padre lo nota, pero en lugar de aflojar, aumenta la intensidad.

—Vamos, princesa, sé que te queda más. No me hagas quedar mal frente a tu tío Iván —dice mientras lanza un golpe que apenas logre esquivar—. ¿O prefieres que llame al convento ahora mismo?

—¡No! —le respondo con una sonrisa forzada, jadeando, mientras trato de devolvérsela con una patada baja que apenas lo roza. A pesar de mi cansancio, me esfuerzo por mantener la pelea interesante.— ¡Mi madre no pario a una perra debil! ¡Esta princesa patea traseros, vejete!

Esto ultimo deja en el aire  un coro de "hooooooooooooooooo" que me hace sonreir. El no es el unico que sab provocar

Los comentarios no paran, pero entonces noto algo. Ya no somos solo mi padre, mis primos mayores y mis tíos en el gimnasio. Mis hermanos han llegado, junto con una legión de primos menores que parece haberse multiplicado. Todos observan con una mezcla de orgullo y diversión al no verme caer. Puedo ver a León cruzado de brazos, con una sonrisa torcida en su rostro, como si estuviera disfrutando de la escena más de lo que debería. Ares está más serio, pero sus ojos brillan con esa aprobación que pocas veces deja ver. Siento el peso de todas las miradas masculinas de mi familia.

No es solo una pelea, es un reto. Un desafío que todos esperan que supere.

—¿Dess? —La voz de Dima me saca de mis pensamientos—. ¿Todavía piensas rendirte o te ves bien con un hábito? ¡Ya veo porque rechazaste a todos los futuros líderes!

Respondo con una última ráfaga de golpes, puñetazos, codazos y patadas en los puntos dolorosos. Mi padre retrocede un poco, sorprendido por mi repentino impulso, pero en lugar de ceder, su sonrisa se ensancha. Sé lo que está pensando. Sabe que estoy al límite, pero aun así, no va a aflojar y yo no pienso rendirme frente a él, no puedo permitírmelo y quedar como una débil.

Parece un vikingo, sudado y lleno de tatuajes, su cabello rubio con canas no lo hace ver ordinario a sus casi sesenta años.

Lanzo un directo que él esquiva con una facilidad que me hace hervir de rabia. Un movimiento rápido, me amaga con la derecha y cuando trato de cubrirme, aprovecha para barrerme las piernas. Antes de darme cuenta, estoy en el suelo. Los brazos de mi padre me envuelven en una llave de piernas brazos que no me deja ni moverme, sujetándome como si fuera una muñeca.

—Vamos, Dess, ¿esto es todo lo que tienes? —se burla, apretando justo lo necesario para que me dé cuenta de la fuerza que todavía le queda.

—¡Vamos, Dess, no nos hagas quedar mal! —exclama Dimitri, disfrutando del espectáculo, como si fuera una pelea callejera—. ¡No puedes perder frente al viejo!

—¡Ey! —protesta mi padre, sin dejarme ni un milímetro de espacio para respirar—. ¿Viejo? Me parece que este "viejo" todavía tiene algunos trucos bajo la manga.

Intento retorcerme, pero siento cómo el cansancio está comenzando a pesarme por esforzarme, cada músculo que mis primos torturaron con su maldita rutina grita de dolor. Mi respiración es entrecortada y mis brazos tiemblan de tanto esfuerzo. Cierro los ojos un segundo, buscando en mi mente la calma que me enseñó mi tío Iván la noche anterior.

Buscco sus ojos y leo en sus labios:

"Relájate. No importa cuán fuerte te agarren, siempre hay una salida si mantienes la cabeza fría."

Respiro hondo, intentando ignorar la presión que mi padre ejerce sobre mí. Sé que él no va a soltarme fácilmente, pero también sé que no puedo darle el gusto de rendirme así. Me concentro, visualizando cada movimiento en mi mente. Mi tío Iván tiene razón. Si me dejo llevar por el agotamiento, perderé.

—¡Ríndete hija! —Se ríe haciéndome enojar más.

—¡Jamás! — Respondo rabiosa.

La llave que me ha hecho es fuerte, pero noto que su agarre tiene un punto débil en el codo. Aun agotada, me impulso con todas mis fuerzas hacia un lado, giro el cuerpo y consigo liberar un brazo justo en el momento en que lanzo un codazo hacia su costado. Él afloja por reflejo, y aprovecho el momento para girar sobre él y golpearlo en el pecho con la palma abierta. Mi padre suelta una carcajada mientras retrocede y yo vuelvo a ponerme de pie con la cuardia en alto.

—¡Eso es! —Grita Chris, animado desde el otro lado y m agrada que mi hermano me eche fuerza—. ¡Demuéstrale que no va a ser tan fácil ganarte!

Mi padre me observa con una mezcla de sorpresa y orgullo. Lo noto en su mirada, ese brillo que siempre tiene cuando me lleva al límite. No lo he vencido, no todavía, pero él tampoco ha ganado.

Me lanza otro ataque rápido. Esta vez lo espero. Esquivo su golpe y, en un movimiento que me enseñó mi padrino ruso, engancho su brazo doblandolo en un angulo  doloroso y lo inmovilizo. La sensación de tener por fin el control me da un impulso de energía inesperado. Lo tiro al suelo pateando la parte trasera de su rodilla obligándolo  a caer Y lo sujeto como él lo hizo conmigo.

—¡Vamos, Dess! —Grita Nik desde el fondo—. ¡Hazlo rendirse!

Pero mi padre, claro, no va a hacerlo. Con un giro de cadera, se libera y vuelve a ponerse en pie, sonriendo con esa mueca que siempre tiene cuando la pelea se pone buena.

—Nada mal, amor, nada mal... —dice entre risas mientras da un paso hacia mí, con los puños levantados.— Quiero ver que otras sorpresas tienes reservadas para papá.

—¡Dess, si te rindes ahora, estudiaras en casa! —Grita, esta vez con más seriedad en la voz, aunque la sonrisa en su rostro traiciona cualquier tono intimidante.— Estoy seguro de que tus hermanos y yo  estaremos felices de tenerte aquí encerrada.

—¡Oye! —Salta mi abuelo, riendo desde su lugar—. Deja de meter miedo con eso del convento y el encierro. Mejor dile que la vamos a poner a entrenar con nosotros todos los días. ¡Eso sí la asustará!

Las risas explotan por todo el gimnasio. Dimitri se dobla de la risa, mientras Vlad trata de mantener una expresión seria, aunque su sonrisa lo delata.

—¡No la vas a asustar, Abuelo! —grita León, apoyado contra la pared cercana y observando con orgullo. Ares cruza los brazos, sonriendo apenas, pero con esos ojos que dicen "lo estás haciendo bien." — ¡Eso no funciona con ella!

El ambiente está cargado de bromas y risas, pero la tensión entre mi padre y yo es real. No me rindo, ni siquiera cuando mis músculos tiemblan por el esfuerzo. Él lanza un último golpe y, aunque lo esquivo, sé que estoy al límite. Pero no puedo, no quiero, dejar que esta pelea termine así, asique golpeo también, con puños, patadas y codazos, me duele hasta el espíritu divino pero no me dejo caer por nada del mundo.

Con el último impulso que me queda, me lanzo hacia él, esquivando por debajo de su guardia, y le doy un puñetazo en el estómago con todo lo que tengo. Mi padre se detiene por un segundo, sorprendido, pero suelta una carcajada mientras me observa, con orgullo en sus ojos.

—Eso es, mi amor. Ya tienes lo que se necesita para salir al mundo —dice orgulloso mientras levanta las manos, indicando que ha terminado.

Las risas y los aplausos llenan el gimnasio. Me siento en el piso, jadeando y completamente agotada, pero con una sonrisa de satisfacción en mi rostro. Miro a mis primos, a mis hermanos, y siento ese extraño y reconfortante orgullo de haber demostrado una vez más que no me rindo fácilmente.

—Creo que el convento tendrá que esperar —digo entre jadeos, recibiendo más carcajadas de los demás.— Y si asistiré a las fiestas y me embriagare, porque puedo cuidarme sola y al primero que se pase de listo la parto  el culo.

—¡Eso es, Dess! —Grita Patrick desde el otro lado—. ¡No podrías haberlo hecho mejor!

Y aunque estoy al borde del colapso, sé que hoy he demostrado que puedo aguantar cualquier cosa que me pongan por delante, incluso a mi padre... y sus malditas bromas.

—Hagamos esto más seguido, fue divertido, amor —dice mi padre, con una sonrisa y sin rastro de cansancio, mientras me ayuda a ponerme de pie. Cuando comenzamos a salir del gimnasio, abriéndonos paso entre mis primos y hermanos, veo a mi madre en la entrada, con los brazos cruzados y las cejas levantadas.

Oh, no... ya empezamos.

—¿Esta es la conducta de una señorita, Dess? —Su tono es seco, y sé lo que viene—. Irte a puños con el bárbaro de tu padre, rodeada de un montón de simios que te animan a seguir sin parar, ¿es eso lo que quieres ser?

—Si mamá es lo que quiero ser, porque dirigir desde las sombras sin mancharme las manos no es lp kio, por algo me llaman siniestra y te guste o no, has sido blanda y yo no lo soy, el orden y el respeto se gana con mano dura y manteniendo una reputacion, y ser mujer no me hara sentir menos que todos ellos. —Los señalo con el dedo.

Respiro hondo, tragándome el agotamiento. No quiero más regaños hoy. Estoy hecha polvo.

—¿Y tú, cariño? —Interviene mi padre, agradezco su apoyo mientras me siento a punto de colapsar—. ¿Es propio de una dama encerrarte cuatro días con tus queridas amigas para torturar a una mujer hasta el cansancio? Recuerdo perfectamente que estabas embarazada de nuestra hija cuando lo hiciste. ¿Y qué me dices del disparo en la cabeza a tu tío? —levanta una ceja, como si la estuviera retando—. Y a aquel que lideraba la Triada. Después de todo, tu padre fue el que terminó volándole la cabeza a ese traicionero  de mierda,  pero tu acabaste con una familia  entera. Dejala en paz, que mientras sepa caminar con tacones y vista elegante y hable bonito tambien sera una maquina de matrar igual que todos nosotros.

Un silencio incómodo cae sobre la sala. Todos, desde mis primos hasta mis hermanos, tratan de contener la risa. Mi madre, por su parte, solo entorna los ojos y suspira, claramente sin ganas de discutir con mi padre sobre un tema tan... delicado.

Y justo cuando pienso que la conversación ha terminado, una voz desde el fondo interrumpe, resonando como un trueno.

—¡Yo recuerdo eso! ¡Tú me mandaste a buscarlo, Sam! —dice mi tío Theo, apareciendo de la nada como si hubiera estado escuchando todo el tiempo. No tengo ni idea de dónde demonios salió.— ¡Tu tio era un hijo de perra! Y Dess, ellla es suprema, dejala tranquila que deberias estar orgullosa de la hija que tienes.

Las risas finalmente estallan. Dimitri se dobla de la risa, mientras Vlad, tratando de mantener la compostura, apenas puede contenerse. Mi madre se lleva una mano a la frente, negando lentamente, claramente derrotada por la absurda dinámica familiar que siempre acaba saliendo a relucir.

—¡Dejen de reírse! —gruñe ella, pero sin mucha convicción. Incluso parece que a ella misma le cuesta no sonreír ante el caos que somos como familia.— En ese momento no tuve opción, era joven y.... Mejor me voy.

Me giro hacia mi padre, cansada, pero satisfecha. Él me devuelve la mirada con ese orgullo paternal que siempre lleva consigo, y no puedo evitar sentir una pequeña victoria. Hoy, más que nunca, sé que no me rendiré por más loco que se ponga todo.

—Bueno, ¿Quien está para la siguiente pelea? —Dice mi padre en tono bromista, y una parte de mí se estremece, mientras mi cuerpo clama por descanso. — ¡Es broma, mi hija me acaba de patear el trasero! mejor vayamos por unas cervezas.

Casi arrastrándome llego a mi habitación, me quito la ropa y cargo la tina para un baño de espuma relajante.

Si este fue el día dos, no sé qué me esperara mañana.

1
Zoila Mendoza
Bueno
Zoila Mendoza
Malo
Elvia Ramona Barreto
Qué está pasando ahora
Elvia Ramona Barreto
De aquí en adelante será otra vida
Elvia Ramona Barreto
Dereck es un hombre que no tiene empatia por nadie,solo le importa el y lo que sirve a el,que le den una buena patada en sus partes blandas y su trasero,que no vuelva a molestar a su hija
Elvia Ramona Barreto
Hermoso capítulo, me encantó
Elvia Ramona Barreto
Estoy feliz por la decisión, no hay lugar para el arrepentimiento, y serán felices para siempre
Elvia Ramona Barreto
excelente trabajo
Elvia Ramona Barreto
Wow!!! Parece que se las trae la pequeña jajaja.
Elvia Ramona Barreto
Me gusta como empezó, estoy entusiasmada sigo leyendo
Elvia Ramona Barreto
Yo creo que le tira Aiden,veremos más adelante
Elvia Ramona Barreto
Creo que será tan buena como la anterior
Maty Castro
Hola escritora cuál sería la otra novela aparte de esposa abandonada
Yanitza Aguirre
Hola Jess! cuando dices aquí dos novelas anteriores, se que una esposa abandona, y la otra cuál es?
Jaqueline Leiva
hola autora como estas k paso k no seguiste actualizando espero k estes bien
Jess Queen: Enero será un buen año..Volveré pronto
total 1 replies
Lennys Ariannys
muy alucinante
Kely Oteo Hernandez
execelente más capítulos por favor
Carmen Blanco
Excelente
Carmen Blanco
me encantó su elección al principio creí en aiden pero me decepcionó ares también pero no tanto el siempre dijo que era ara molestar a Aizen
Jacinta Quiroga Gonzalez
Bueno
NovelToon
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