La Maldición Del Lobo

...En el tablero de la vida, cada jugada importa; en este juego de poder, nadie está dispuesto a perder su reina....

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Bellatrix:

Sentí una furia desbordante cuando Ezekiel interrumpió mi reunión con Morgana con la clara intención de hacerle daño. Un torrente de poder brotó de mí, pero al hacerlo, noté en la mirada de Ezekiel un odio tan intenso que me hizo detenerme en seco.

«¿Por qué lo odiaba tanto?»

«¿Y por qué ahora me miraba a mí con esa misma intensidad de rencor?»

Estas preguntas dieron vueltas en mi mente, pero decidí dejarlas de lado por el momento.

Con decisión, indiqué a mi madre que Morgana se quedara en el cuarto contiguo al mío para mayor seguridad. Después de asegurarme de que todo estuviera en orden, salí del sótano y me dirigí a mi habitación. Allí, pedí a mis guardaespaldas que fueran al cuartel de espías antes que yo, mientras yo misma me dedicaba a recopilar información sobre Ezekiel y su clan.

Revisé meticulosamente cada archivo y documento que había recopilado sobre el mafioso y su organización. Buscaba cualquier indicio que pudiera explicar su comportamiento y su odio hacia Morgana, así como su reciente actitud hostil hacia mí. Pero cuanto más indagaba, más confusa me sentía.

Ezekiel era un enigma. No había muchos detalles sobre su pasado ni sobre los motivos que lo impulsaban. Todo lo que tenía eran fragmentos de información dispersa y rumores entre los círculos de la mafia. Pero no me dejaba intimidar por la falta de información. Si algo había aprendido en mi carrera como espía, era que la paciencia y la perseverancia eran clave para descubrir la verdad.

Mientras buscaba en los archivos, mi mente divagaba, intentando desentrañar los misterios que rodeaban a Ezekiel. «¿Qué había detrás de ese odio tan profundo hacia Morgana?»

«¿Y por qué ahora dirigía esa misma intensidad de odio hacia mí?»

«¿Acaso había algo más que desconocía?»

Con determinación, continué mi investigación, analizando cada detalle, cada conexión, cada posible pista que pudiera ayudar a entender mejor al mafioso y sus motivaciones. Pero cuanto más investigaba, más me daba cuenta de lo poco que sabía. Ezekiel era un hombre de secretos, y yo estaba decidida a descubrirlos todos así que salí de mi habitación pero antes agarre unos documentos.

descendí las escaleras del hotel con una elegancia innata, mis documentos en mano. Cada paso que daba era firme y decidido, un reflejo de mi confianza en mí misma. Al llegar al exterior, me dirigí hacia mi troca con paso seguro, depositando los documentos en uno de los asientos antes de arrancar el motor con destreza.

No pasaron ni dos minutos cuando noté en el retrovisor que otra troca me seguía de cerca. Al enfocar la vista, me di cuenta de que era Ezekiel. Una sonrisa burlona se formó en mis labios.

__¿Qué estaría tramando el mafioso ahora? __Me pregunté a mí misma con un toque de diversión mientras continuaba mi camino hacia mi cuartel.

Al llegar a mi destino, estacioné mi troca con precisión y salí del vehículo con gracia. Observé el edificio que albergaba mi cuartel, una estructura imponente que irradiaba lujo y poder. Desde el exterior, era un símbolo de autoridad y seguridad, mientras que por dentro, estaba equipado con la última tecnología y comodidades de alta gama.

Adentrándome en el interior del cuartel, me movía con la misma elegancia y determinación que me caracteriza. Mis guardaespaldas me recibieron con respeto, listas para cumplir con mis órdenes. Entregué algunos archivos importantes a mis subordinados, instruyéndoles que investigaran al mafioso de Londres. Sabía que era crucial mantenerme un paso adelante en este juego mortal de inteligencia y poder.

Después de delegar las tareas pertinentes, me encaminé hacia mi oficina personal. El espacio estaba decorado con muebles elegantes y modernos, creando un ambiente de profesionalismo y sofisticación. Me senté detrás de mi escritorio, colocando los documentos frente a mí con meticulosidad.

Mientras revisaba los informes, mi mente trabajaba a toda velocidad, calculando cada movimiento y estrategia posible. Sabía que enfrentarme a Ezekiel no sería tarea fácil, pero estaba decidida a llevarlo a cabo con astucia y determinación. Este enfrentamiento no era solo una cuestión de negocios, sino también de orgullo y supervivencia.

Los informes sobre Ezekiel eran inquietantes. Su madre había sido asesinada por brujas hace mucho tiempo, un hecho que lo había marcado profundamente y había desencadenado su ascenso al poder. Ezekiel había canalizado su dolor y rabia en su trabajo, convirtiéndose en el mafioso más temido de la historia. Su reputación precedía a sus acciones, y su nombre era suficiente para infundir miedo en los corazones de sus enemigos.

Sabía que tenía un desafío por delante. Pero estaba lista para enfrentarlo. Después de todo, yo soy Bellatrix, y no me detendré ante nada para proteger lo que es mío.

Desde mi perspectiva, todo parecía un juego de ajedrez. Yo, estaba inmersa en la investigación de los casos pendientes que me habían asignado, revisando cada detalle en busca de pistas. Cuando la puerta se abrió, mi corazón dio un brinco. Mi guardaespaldas entró con expresión cansada, seguida de Ezekiel.

__Perdón jefa, no pude detenerlo, __se disculpó mi guardaespaldas. Le indiqué que se retirara, dejándome a solas con Ezekiel.

Ezekiel avanzó hacia mí con determinación, apoyando una mano con firmeza sobre mi escritorio. Me puse de pie para enfrentarlo, pero en un movimiento rápido, me hizo retroceder hasta que mis espaldas chocaron contra mi escritorio.

__Te dije que te ibas a arrepentir, __dijo Ezekiel, con voz grave. Sostuve su mirada desafiante, sin dejarme intimidar__. Tú te pusiste en mi camino, menso, ¿o acaso no te acuerdas?, __respondí.

La tensión entre nosotros era palpable. Ambos sabíamos que estábamos en lados opuestos de una batalla que había estado ardiendo durante demasiado tiempo. Había resentimiento, desconfianza y una profunda rivalidad entre nosotros.

__No te hagas la valiente, Bellatrix. Sabes muy bien que no voy a detenerme hasta conseguir lo que quiero, __advirtió Ezekiel. Sostuve su mirada, sin retroceder__. Lo sé, Ezekiel. Pero tampoco voy a dejar que me pisotees. Si quieres una pelea, la tendrás, __respondí con firmeza.

Ambos estábamos atrapados en un juego peligroso de poder y control. Nos enfrentamos con palabras afiladas y miradas desafiantes, cada uno determinado a salir victorioso en esta batalla de voluntades.

Ezekiel me acorralaba, su mirada llena de odio. Yo, no me dejaba intimidar. A pesar de la presión, mantenía la mirada, devolviéndole el odio con la misma intensidad.

De repente, Ezekiel me tomó del cuello. Una corriente eléctrica recorrió mi cuerpo, haciéndome estremecer. Pero no mostré miedo, al contrario, mi mirada se volvió aún más desafiante.

Ezekiel gruñó, acercándose más a mí. Podía sentir su aliento caliente en mi rostro, pero me mantuve firme. Entonces, Ezekiel comenzó a hablar, sus palabras eran como cuchillos afilados, cortando el silencio que se había instalado entre nosotros.

__Ahora eres una espina en mi puto costado, Bellatrix, __dijo con voz ronca__. Pero eso se acabó. No permitiré que sigas interponiéndote en mi maldito camino.

Sonreí con desdén. __Oh que dramático saliste, Ezekiel, __respondí con sarcasmo__. Pero no te equivoques, no tengo miedo de ti. Y no me interpongo en tu camino, simplemente estoy en el mío.

Ezekiel apretó más su agarre, pero no cedí. __Veremos quién tiene la última palabra, Bellatrix, __amenazó Ezekiel.

En un movimiento inesperado, Ezekiel acercó su rostro al mío y me besó. Fue un beso lleno de furia y deseo, un beso que me dejó sin aliento. Luego, mordió mis labios, causándome un dolor agudo.

Reaccioné instintivamente, dándole una cachetada a Ezekiel. El sonido del golpe resonó en la habitación, rompiendo el silencio.

Ezekiel se tocó la mejilla, mirándome con una sonrisa torcida. __Esto apenas comienza, __dijo, antes de soltarme y salir de la habitación, dejándome sola con mis pensamientos y emociones.