Maite es una chica de quince años que se enfrenta a una dura decisión, dejar a su sobrino en un orfanato, o cuidarlo como si fuera su hijo.
Un incidente con una cartera haría que su vida cambie de un día para otro, provocando no solo una nueva oportunidad de trabajo para que mejorar su condición de vida, al igual que el niño que la llama mamá, sino que también hará que cruce caminos con un hombre que tiene mucho que ver con él.
No obstante, sus personalidades y formas de ser son tan opuestas que el llevarse bien será algo difícil.
¿Podrá surgir al más allá que solo la conexión que los une con respecto a su hijo?
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Capitulo 8
Unos minutos después el mesero regresa con lo que ellos pidieron, David se pregunta dónde están los cubiertos, luego observa a Maite comiendo con las manos y le parece extraño, aunque también se ve tierna.
— ¿Qué pasa? ¿No le gusta la comida? — Pregunta Maite al no verlo comiendo.
— No la he probado.
— Pruébelo. Es muy rico.
— Está bien. — David corta un pedazo de la tlayuda y la lleva a su boca.
— ¿Le gustó?
— Sí. Está muy rica. — Ambos continúan comiendo. David sigue observando sus gestos, Maite le recuerda mucho a esa chica que antes conoció. Una posibilidad cruza por su cabeza.— ¿Maite tienes hermanas?
— Tuve una, pero murió.
— ¿Y cómo se llamaba?
— Carolina.
— ¿Carolina?
— Si.
"No es la chica que conocí" — Piensa David. "Aunque si se parecen un poco."
— ¿Y aparte de tu hermana tienes más familia? ¿Primas, tías.?
— No. Éramos ella y yo. Ahora soy yo y mi hijo.
"Entonces no debe tener relación con la chica que pensé. Hay gente que se parece, y no son familia, seguro este es su caso." Maite se da cuenta de lo pensativo que el está, no entiende por qué la observa tanto, eso incluso la llega a incomodar. David parece notarlo y deja de verla.
— Pareces incómoda conmigo.
— Me alegra que se diera cuenta. — Maite se regaña por decir las cosas en voz alta. — No. Yo... Eso no era lo que...
— Eres muy honesta, o tal vez muy torpe.
— Creó que lo segundo me queda mejor. — David se ríe de su honestidad. Maite observa su sonrisa cómo si fuera lo más extraño que haya visto en toda su vida.
"Mejor dejo de sorprenderme o pensará que me gusta."
...
Patricia desde su auto está viendo lo que ocurre y sonríe, parece que su plan va funcionar, los dos se van a enamorar.
— ¿Señora está bien lo que estamos haciendo?
— Claro qué si.
— ¿Y si su hermano no se enamora de Maite? ¿Si sólo juega con ella?
— Maite no es la clase de mujer con la que juegan. Además, mira esa sonrisa de idiota que tiene. ¿Alguna vez lo habías visto sonreír así?
— La verdad no señora. Desde que entré a trabajar nunca lo he visto de buen humor.
— Maite es una chica divertida, muy bonita, y también inteligente. Estoy segura de que conquistará su corazón.
— Señora por lo poco que conozco al señor David, me doy cuenta de que si algo le desagrada con las madres solteras. Y Maite...
— Por eso no te preocupes. Yo tengo un as bajo la manga.
...
Maite y David terminan su cena, David pide la cuenta y el mesero le lleva un papel, David entrega su tarjeta pero es rechazada.
— Lo siento señor, pero aquí no aceptamos tarjetas. — David ve nuevamente la cuenta y saca unos billetes de su cartera.
"Menos mal que traje efectivo." — Piensa el.
— Señor muchas gracias por la cena. Ya me tengo que ir.
— Espera. ¿A dónde vas?
— A casa de la señora Patricia. Vivo ahí.
— Yo te llevo.
— No. Muchas gracias.
— No tengo inconveniente en llevarte. Por favor permíteme hacerlo.
— Pero yo...
— Vamos. — David no le da tiempo de objetar.
"Esto parece una cita, no una comida de agradecimiento." Maite recuerda lo que Patricia le dijo, que se mantuviera alejada de su hermano.
...
David lleva a Maite a su casa y a los pocos minutos llega el auto de Patricia.
— Hermano. Qué sorpresa verte aquí.
— No vine a visitarte.
— Maite la pase muy bien. Gracias por está noche.
— De nada señor. — David se sube a su auto y sale de la Villa.
— Parece que mi hermano tiene interés en ti.
— Señora yo...
— No me expliques. Tú sabrás lo que haces. — Dice ella y se mete a primero. Leandro ve a las dos por la ventana y al llegar Patricia a su habitación le pregunta que pasó. — Toda bien amor. No te preocupes.
— No estoy de acuerdo en que uses a esa chica.
— Amor Maite se va enamorar de mi hermano. David de ella, les diré que tienen un hijo y serán muy felices. A, y mis padres me dejarán en paz con eso de querer descendientes.
— ¿Y por qué no les dices de una vez sobre la existencia de Daniel?
— Por qué no es adecuado. Si ellos se enteran seguro que obligan a David a casarse con Maite. Sin amor ese matrimonio no va durar.
— O tal vez se pueden enamorar mientras están casados.
— Amor deja que yo haga las cosas a mi manera. Por favor.
— Está bien. Pero no te tardes mucho. No quiero que tú madre te siga presionando para dejarme.
— Así me lo pida el presidente yo no te dejaré. Te amo.
— Y yo te amo a ti mi amor. — Leandro la toma en sus brazos y la besa. — Nunca me dejes.
— No lo haré.
siempre dije q Patricia se traía algo.
creo mentiras para q su hermano dejara a Carolina no le importaron los sentimientos de el. Ella es una manipuladora y todo lo hace a su conveniencia. tal como sus padres