Las Piezas De Un Rompecabezas

Cuando tenia todo casi listo comenzaron a tocar la puerta algo insistente, así que desconcertado Sali de la cocina, no quería que Sergei se despertara con el ruido y fui a abrir.

En la puerta me encontré a un Raul algo nervioso.

Raul.- Oh Dios, que bueno que estas bien

Rodrigo.- Porque no habría de estarlo.

Raul.- Bueno porque en la madrugada me llamo un amigo que me encontré ayer en el bar, me dijo que te vio hablando con un tipo muy sospechoso después de que me fuera y que de un momento a otro te perdió de vista, tenia miedo de que te hubiera pasado algo.

Rodrigo.- Te llamo en la madrugada y apenas viniste a verificar.

Raul.- Bueno, es que no me dejaban ir, tu entiendes ¿no?

De nuevo ese puñal filoso me estaba atravesando el corazón.

Rodrigo.- Si entiendo, pero estoy bien, no te tenias que preocupar tanto

Lo dije de la manera más sarcástica que pude.

Raul.- Oye, en serio no pude venir antes, pero me alegra que estés bien.

Justo en ese momento mi salvación bajo por las escaleras.

Sergei.-Pequeño, porque no estas en cama, te extraño ahí arriba.

Rodrigo.- Tranquilo, baje a preparar el desayuno, y justo llego Raul.

Sergei.- Oh, hola Raul.

La cara de Raul era todo un poema, no sabía a quién ver, entonces se percato del atuendo que teníamos, ambos en boxer y playera.

Raul.- Rodrigo, que hace este tipo en tu casa y así.

Sergei.- Huy, que genio por la mañana, primero saluda no seas maleducado y segundo porque no podría estar en casa de mi novio.

Tanto Raul como yo nos sorprendimos un poco por sus palabras pero yo Sali rápido del pequeño shock, que otra cosa mas podríamos ser después de la linda noche que pasamos y de las dulces palabras que me dijo, así que camine los pocos pasos que me separaban de Sergei y lo abrace por la cintura.

Rodrigo.- Buenos días grandulón.

Me levante de puntitas y le di un tierno beso en los labios, claro el me tuvo que ayudar inclinándose porque ni brincando lo alcanzo, menos parándome de puntitas.

Raul.- Me puedes explicar que está pasando aquí.

Rodrigo.- Pasa, desayunemos y te explico.

Me dirigí a la cocina mientras dejaba a esos alphas territoriales juntos. La imagen de dos grandes lobos machos peleando por su presa, uno negro y otro blanco me vino a la mente.

Una vez que servi el desayuno, lo bueno es que se me ocurrió hacer de más, si no estaría en un grave aprieto, me senté entre los dos hombres uno a mi lado y el otro al frente de mí.

Raul.- Ok, me explican

Rodrigo.- Pareces mi padre regañándome, mas bien dicho ya ni el me ponía en una situación así.

Sergei.- Jajajajajaja

Raul.- Me preocupo por ti.

Rodrigo.- Lo se, bueno la cosa fue que una vez que te fuiste me quede un rato mas, tome otro jugo mas y cuando estaba por pagar la cuenta me encontré con Sergei, el también había ido a pasar el rato, me la pase platicando con el un poco mas y como a las 3 nos retiramos, queríamos tomar un café pero no había lugar a esa hora así que lo traje a mi casa, platicamos tomamos un té y como se hizo verdaderamente tarde no lo podía mandar así a su casa por lo que se quedó a dormir aquí.

Raul.- Y que pasa con eso de la casa de su novio.

Sergei.- Bueno pues que ayer me le declare y el acepto mis sentimientos, ahora somos novios. ¿Cierto pequeño?

La mirada de este hombre me derritió, en sus ojos pude ver cierto anhelo, también cariño o se podría decir amor, no estoy seguro, pero me gustaba como me veía reflejado en sus ojos.

Rodrigo.- Si, así es.

Raul.- y quieren que me crea el cuento de que no paso nada entre ustedes a pesar de encontrarlos en ropa interior.

Rodrigo.- Bueno, el que tu no puedas contenerte no quiere decir que todos los demás no podamos, es verdad solo nos dimos un baño, por separado, aclaro eso por tu cabeza mal pensada y le preste algo de ropa para dormir y eso fue todo.

Raul.- Ok, no se que decir, es que en verdad me preocupo, eres mi mejor amigo, mi hermano. No se que haría si algo malo te pasa.

Y de nuevo ese maldito puñal que no sale de mi corazón, pero esta vez había algo diferente, creo que Sergei noto algo en mi semblante, tomo mi mano y le dio un tierno beso, algo que me hizo sentir protegido, que me decía que el estaría ahí para mi.

Rodrigo.- Gracias amigo, pero en verdad estoy bien, Sergei es un gran chico me quiere y yo lo quiero.

Sergei.- Sabes lo feliz que me hace escuchar esas palabras de tu boca.

Creo que en verdad hice feliz a Sergei porque en ese momento me dio un gran abrazo, fue un tanto vergonzoso ya que no estábamos solos, pero aun así fue muy tierno y cariñoso.

Los días pasaron, toda la escuela se enteró de nuestra relación y no es porque nosotros se lo contáramos a todo el mundo pero era mas que obvio ya que Sergei siempre me llevaba regalitos o me robaba uno que otro beso, además de que siempre me tomaba de la mano o me abrazaba por la espalda cuando llegaba a donde yo me encontraba o cargaba mis cosas, era realmente lindo y se notaba que estaba muy enamorado y yo poco a poco comencé a corresponder a sus sentimientos de una manera similar, aunque se notaba que el llevaba las de ganar.

Ya casi cumplíamos seis meses de novios, hasta el momento nunca hemos pasado de los besos o de los toques algo subidos de tono, terminamos todos calientes y necesitados, pero aun así no hemos cruzado la línea.

Rodrigo.- Raul, que le puedo regalar, vamos a cumplir seis meses de novios.

Raul.- Es en serio

Rodrigo.-Si, totalmente

Raul.- Que cursi.

Rodrigo.- Bueno no diría cursi, la verdad me encanta el lado romántico de Sergei

Raul.- Si, si, ya sé que tú también eres un romántico y sensible en el fondo de tu corazón.

Rodrigo.- Si, así es, entonces que le puedo dar.

Raul.- No lo sé, tal vez un pastel, un peluche, una carta o algo así de romántico, tal vez una cena, tú cocinas exquisito.

Rodrigo.- Justo me acabas de dar la mejor idea.