El Diario De Supervivencia

Dom

Cuando las puertas del ascensor cerraron, solo apreté el número ocho que es el número correspondiente donde está aquel bar. Al momento de empezar a bajar, le di un golpe al metal desgastado del ascensor para liberar mi enojo. No soporto esto, me hubiera quedado en mi puta casa, únicamente vine al viaje porque creí que Nicole vendría, solamente estuve hablando con ella luego de todo el problema que sucedió por culpa de Lisa, y Nicole estuvo para mí cuando peor la estaba pasando, ella me advierto sobre Lisa, por más que sea una de sus amigas, pero yo no le preste bastante atención, ya que me había enterado de que Nicole, aunque tuviera una gran amistad con Lisa, le tenía celos por otros asuntos amorosos que me importan un carajo en estos momentos. Todo estaría bien si no fuera porque a la perra se le dio por acostarse con Randy, sé que no fue culpa de él, pero si de Lisa, a ella le importa una mierda todo, todo solamente es ella, ella y nada más, sus celos la volvieron una persona mala que hasta dudaría que cambie, si hace algo así ahora y sigue comportándose de la misma manera de siempre, es que es una mierda, nada más, una persona que no le importa su alrededor y que te haria daño aun si eres algún amigo o familiar. Lisa es así, solo una mierda de persona que le importa solamente su bienestar.

—¡Lo siento!, ¿Si?, sé que hice mal las cosas, entiendo que estés enojado conmigo, pero solo quiero arreglar las cosas para que no todo termine peor de lo que ya está—me decía aquella estúpida de la que alguna vez me enamore. Lisa tenía lágrimas en sus ojos y me intentaba explicar algo de lo cual simplemente no había explicación o justificación alguna. Ahora no recuerdo que vi en ella, cada vez que veo a Lisa a la cara, simplemente veo a una hipócrita, ya no la veo con aquel amor del cual me arrepiento de haber sentido.

—¿Disculpándote piensas que arreglaras las cosas?, arruinaste todo Lisa, sé que muchos te decían muchas cosas, sobre todo Nick, pero no quise creer nada de eso, no creí que realmente fueras una perra—le respondí estando claramente molesto.

—Dom, no busco que me perdones y me gustaría que no hables de Nick, porque él no tiene nada que ver en esto.

—¿En serio?, creí que si—dije con sarcasmo. Después de todo, si es por lo de Nick, ella me engaño por él en primer lugar.

—Que yo recuerde fue con Randy con quien me acosté, no con Nick—me respondió estando bastante molesto. ¡Si claro!, como no se iba de enojar si todo es culpa de los demás, pero nunca de ella, se cree mucho y no es nada, solo era una estúpida que se cree lo mejor de este planeta.

—Me da igual con quien te acostaste o no, eso no te quita lo zorra que eres.

—En ningún momento dije eso, así que, no pongas palabras en mi boca que no he dicho. Vine aquí y aun sabiendo que no me perdonarías, pero quería disculparme, sé que hice mal las cosas y sé que no soy lo mejor del planeta, ni tampoco me estoy justificando, solo quiero dejar eso en claro—siguió diciendo, pero no le estaba prestando atención, sé que uso otras palabras que no recuerdo en este momento. Lo último que recuerdo, fue que ella me dio la espalda para irse, luego de decirnos muchos insultos y ella estaba de forma histérica sin parar de decirme muchas idioteces sin sentido.

Recordar todo eso me generaba un dolor de cabeza, no soporto todo esto, supongo que los tragos del bar me harán sentir mejor, ya que tenía muchos estantes de distintos tipos de alcohol y licores, me sentía en el paraíso. El bar era un lujo, era extenso, con algunas cuantas mesas y sillas que supuse que serian por la cantidad de personas que venían aquí, también tenían una barra donde incluía sillas altas para llegar a la misma, detrás de la barra, no había nadie, se supone que debería de haber algún bartender o algo, pero no, ese lado estaba vacío.



Desde que llegamos a este sitio, no nos hemos cruzado con ninguna otra persona que no sea Kefor. Al parecer, este hotel si termino en banca rota por alguna razón e idiotas como nosotros aún vienen a este lugar, aunque no es tan malo, las bebidas alcohólicas, que tienen un poco de telarañas como adorno, lo compensa. Intente no prestarle mucha atención a ese problema de las telarañas y solo tome uno de los vinos, le quite la suciedad que tenía con mi camisa y lo abrí para beber un poco. Su sabor era muy fuerte, eso demostraba que si eran de marca. Me senté en una de las sillas altas de la barra y mientras más me encontraba allí sentado, bebiendo, más empezaba a recordar todo lo que paso aquel día con Lisa. No quería recordar todo lo que paso, ya no quería estar así, pero aun si lo pensara no podría, seguía recordándolo y volviendo a la misma mierda de antes. Todo por no hacerle caso a Nick.

—¿Por qué Lisa aria algo así?—le pregunte a Nick que estaba a mi lado sentado. Apenas habíamos entrado al aula para hacer nuestras clases normales y diarias, yo me encontraba con mi teléfono y sin mirarlo, ya que pensaba que eran puras tontearías las que salían de su boca.

—Dom, sé que tú y Lisa ahora están juntos, pero nuestra separación solo fue hace unos días y Lisa parece de esas mujeres, ¿Acaso me vas a negar eso?—seguía insistiendo, pero yo solo le hacía caso omiso ante todas las cosas que me advertía.

—Seamos realistas Nick, no puedo confiar en ti por todo lo que sucedió sobre la foto solo porque no tenías los huevos de decirle a Lisa la verdad—dije, pero esta vez mirándolo, ya que golpeo fuertemente el pupitre de madera con su puño cerrado y verdaderamente me asalté por aquel sonido seco.

No entendía en ese momento el porqué estaba enojado, si lo que decía era verdad, todos ya sabemos que eso de la foto solo fue una completa patraña. Nick dio origen aquel pretexto, hace unos días, este revuelo no fue tan antiguo, fue tan solo hace unos meses, cerca del comienzo de las vacaciones de verano. Nick estaba con sus amigos en una clase de juntada antes de las vacaciones, ya que el luego se tendría que ir a la casa de unos familiares, que solamente se que vivían en una ciudad alejada, también sé lo de la juntada porque había sido invitado, después de todo, Nick y yo nos llevábamos bien, teníamos una muy buena amistad, pero me negué a ir, porque tenía que atender otros asuntos. En esa misma juntada, en la cual, mi presencia no estaba, a sus otros amigos muy estúpidos se les ocurrió hacerle una broma a Nick, esparcieron por todo internet aquella foto tan obscena sobre su pequeña masculinidad con una cuenta anónima, sin embargo, a Nick le dio completamente igual, ya que actualmente usa esa escusa aun para no ganarse problemas con Lisa.

—Nick, amigo, no te enojes, pero es verdad, entiendo que no querías estar con Lisa, pero la manera en que lo hiciste estuvo mal—le dije para intentar calmarlo, pero él solo hizo caso omiso y tapo sus oídos con paredes invisibles para no escucharme, en ese momento, me había encontrado a un Nick arrepentido por la manera en la que decidió terminar las cosas, pero seguía siendo igual de todos modos, seguía inculpando a Lisa y las empeoraba en lugar de arreglarlas.

Deje los recuerdos y mire la botella de vino un momento. Mi rostro se reflejaba en aquel envasé creado por vidrio rojizo, su contenido estaba por menos de la mitad al beber como loco. Me daba asco verme, mi propio rostro reflejándose me recordaba la cara de Nick en aquel día, ¿Será porque también estoy cometiendo el mismo error que él?. No, claro que no, Lisa cometió el error, a comparación de Nick, yo no fui el que hizo algo estúpido. Es estúpido esto, Lisa seguía enamorada de Nick e intento olvidarlo conmigo, siendo que yo le brinde todo mi amor y buenos momentos, sin embargo, me engaño con Randy, sin importarle como me iba a sentir, sin importarle todo lo que hice por ella y tirando todos los buenos momentos que creamos juntos a la basura. Todo por alguien que no valió la pena.

—¡Mierda!, ¡Mierda!, Mierda!.

Lance la botella con fuerza contra una pared, los pedazos de vidrio volaron hacia algunas partes del bar, se escucharon como aquellos mismos pedazos caían por el suelo y se deslizaban para quedar aun más lejos. No me importa en absoluto si me gano problemas por hacer esto, ahora no me importa nada de lo que pasara a mi alrededor.

Me senté nuevamente en la silla en la que estaba y apoye los codos sobre la barra del bar para frotar mi cara con mis propias manos. ¿Eso ayudaba en algo?, no, me seguía sintiendo como la mierda y por culpa de los efectos del alcohol. Lo único que venía a mi cabeza, era todos los recuerdos que involucren a Lisa, hasta este estúpido bar me recuerda a ella. Recuerdo que Lisa amaba el alcohol, el café y el dulce de leche "Nutella", use aquellas cosas que tanto le gustaban para hacerle unos cocteles de los cuales ella estaba impresionada y disfrutaba beber. Sí, recuerdo perfectamente como los preparaba, y uno en particular lo cree para ella, ella fue mi inspiración en ese momento para hacerlo, solo lo cree por ella y para ella... Nunca los había hecho alguna vez con mi poca experiencia como Bartender, pero practique y practique para hacerlo.

El primer coctel, era uno básico que cualquiera conocería:Espresso martini. Este coctel llevaba una onza y media de vodka, compraba el más caro y de buena marca para que Lisa disfrute más de la bebida, luego ponía una onza de un licor que creo que se llamaba "Sherindans Licor", era el licor de café favorito de ella, agregaba una onza de café y también un cuarto de onza con jarabe. Recuerdo el rostro de Lisa al verme batir con las cocteleras o cuando hacía trucos con las botellas, parecía como una niña en un circo viendo a los acróbatas hacer piruetas y trucos mortales. Finalmente, al terminar el coctel, lo decoraba con unos granos de café. Así fue como por primera vez me hacía sentir tan mierda el crear un coctel como el espresso martini. 

El segundo coctel, fue el que cree con mis propias manos. Hice muchas combinaciones de licores y bebidas desde alcohólicas hasta analcohólicas, pero finalmente logré el sabor que buscaba para que Lisa sea la primera persona en probar algo así. El coctel no era muy distinto al anterior, tenía las tres primeras bebidas del Espresso martini, luego había dos ingredientes distintos. Esos dos ingredientes eran licor de banana y el tan famoso dulce de leche Nutella. Agregué una onza de licor de banana y una muy buena cucharada de Nutella, luego solo era mezclar todo en una coctelera nuevamente. Recuerdo haberme comido un pote grande de Nutella, solamente para usar su recipiente como decoración, puse la mezcla ahí mismo, una vez que la mezcle, y también hice una mezcla de crema con miel la cual puse sobre el coctel. Ese maldito coctel era muy dulce y empalagoso, yo debí de beberlo con ralladura de limón, pero no hice lo mismo con Lisa, porque sé que a ella le encanta morirse de diabetes. Me agradeció por darle ese coctel con un beso, un beso en el que sentí los sabores del alcohol y el café.

Era doloroso recordar todos esos recuerdos, no les mentiría, si existiera la posibilidad de viajar en el tiempo, la aria, viajaría justo en ese momento para sentir nuevamente esos sabores en solo un beso. El alcohol, el café o a veces ambos en un mismo día, la extrañaba, era innegable, extrañaba a Lisa, o bueno, extrañaba nuestra relación, pero todo se fue a la mierda, todo, todo, absolutamente todo. Intente salir de aquellos recuerdos, pero fue peor cuando me di cuenta de que estaba haciendo el primer coctel con los licores y utensilios de este bar desaseado. No me importaba si los objetos que usaba como; las cocteleras, las cucharas o incluso los vasos, estén con un polvo oscuro, simplemente los limpiaba con mi camisa sin prestar atención al teñir negro de mi ropa a causa de esa suciedad. Lo único que me importa, era el hacer aquel coctel como desahogo, aunque no lo sentía como uno, sentía que me volvía más idiota. No tarde en tener la copa del coctel en mis manos, solo miraba aquella bebida en copa, mientras me sentaba nuevamente en las sillas. Deje la copa sobre la barra, también deje unos de mis codos apoyados en la misma para dejar el peso de mi cabeza en la palma de mi mano.

—¿No la beberás?—me pregunto la voz de un hombre del cual no reconocí. Levante la mirada para saber quien era, pensé que seria Brian o Randy, pero no, era Kefor, estaba frente mío del otro lado de la barra, teniendo una leve sonrisa y sus antebrazos estaban apoyados sobre la barra.

—No, no es por ofender, pero las cosas de aquí estaban sucias, solo lo hice por... No lo sé, ni siquiera sé porque lo hice—dije estando bastante frustrado. Pase mis manos por mi cara y trague un poco de saliva. Quería que Kefor se vaya, no quiero mostrar mis penas a alguien que ni conozco y que se debe de estar burlando de mí en su cabeza—Kefor, sabes, no estoy de buenas, quiero estar un minuto a solas.

—Soy Jaques—me dijo, a lo cual quede algo extrañado. Estoy seguro de que se llamaba Kefor, o más bien, así se presentó al apenas entrar a este hotel, pero quizás solo eran los efectos del alcohol, después de todo, tome una botella completa de vino, aunque nunca llegue a un límite en el que no recordara algún nombre—beber en compañía es mejor, es alguno de los servicios que ofrece el hotel, es para evitar accidentes.

Dirigí mi mirada a la mano del tal parece llamado Jaques, el tomo la copa con el coctel que hice, sin importarle lo que dije anteriormente sobre el cuidado de esos objetos. Jaques bebía sin problema y no parecía disgustarle para nada a comparación mía. Me daba asco el tan solo verlo beber en aquella copa que anteriormente estaba sucia.

—¿De dónde aprendiste a ser cocteles?—me pregunto, mientras dejaba la copa ya vacía y sin ninguna gota del Espresso martini.

—Trabaje un tiempo en barras de fiestas, mayormente eran personas de mi edad con las que tenía que lidiar y aprendí a hacer unas cuantas bebidas, pero solo trabaje un tiempo y fueron en otras vacaciones.

—¿Vas a la universidad?.

Por alguna razón, Jaques no dejaba de hacerme preguntas de todo lo que tenga relación con mi vida, no me gustaba e intentaba ser lo más cortante posible, sin embargo, siguió insistiendo y preguntando. Me dio otra botella de vino, la cual, sin duda acepte. En serio necesitaba beber hasta caer inconsciente, esa fue mi idea principal al venir aquí. Mi acompañante "emocional" me dio una botella de cerveza esta vez, yo la tomé para beber su contenido a tragos largos, seguía escuchando la voz de Jaques haciéndome preguntas, por mi parte, seguía respondiéndolas aunque poco a poco mi voz se fue apagando hasta no decir más nada, además de que no podía mover mi cuerpo, no entendía por qué, dudo que sea por el alcohol, solo tome dos botellas, ¿Cómo es posible que caiga inconsciente tan rápido?.

—A Kefor le gusta cuando son tranquilos, tú fuiste muy obediente, seguramente te ganaras la anestesia, y luego de que Kefor se entretenga contigo, yo lo are más.

No entendía a que se refería, lo que si entendí, es el que estoy así por su culpa, es un maldito demente. Intente levantarme, pero caí al suelo generándome una mueca de dolor en mi rostro. Mis ojos se quedaron mirando la salida con la esperanza de que alguien justo entre aquí para salvarme, sin embargo, los zapatos marrones de aquel hijo de perra aparecieron en mi campo de visión, evitando que mi mirada esté en aquellas puertas que fueron la entrada a un posible infierno. Aquellos mismos zapatos se iban acercando a mí, mis ojos se cerraban poco a poco, hasta que solo me quedo la imagen del calzado a unos pocos centímetros de mí.