PADRE DE FAMILIA.

Mi vida cayó en picada, Alberto me dejo en la que me fue mi casa, donde había tenido una familia, lo único de lo que no se acordó Alberto me insistió en que me fuera con él o con mi mamá, yo solo quería estar solo y se fue, le agradecí el estar conmigo ese día, a mi mamá le explicaría después, saque todas las botellas de vino que tenía, tequila, Ron, vodka, ginebra, whisky, todo me lo tomé y salí al día siguiente era sábado para traer más botellas, el domingo caí dormido todo el día y no desperté hasta el lunes que me levanté, me duché y me fui al trabajo sintiéndome morir por la resaca, antes de llegar llegué a una farmacia y compré unas aspirinas, ya desesperaba pues había gente adelante de mí.

Farmacéutica: ¿Sería todo?

Anciano: ¿Tendrá pastillas para dormir?

Farmacéutica: Claro, aquí tiene ¿algo más?

Anciano: No, es todo ¿cuánto le debo?

Farmacéutica: Son 753 señor.

Anciano: Aquí tiene.

Farmacéutica: Su cambio.

Anciano: Gracias, con permiso.

Muchacho: Señorita necesitó pastillas para no dormir, es qué tengo exámenes y trabajos que entregar y pastillas para dormir después.

Farmacéutica: Si claro, permíteme

Mientras el chico esperaba mí, cabeza reventaba del dolor, pero ya tenía en mente comprar algo para no despertar jamás.

Mujer 2: ¿Están atendiendo?

Muchacho: Sí, ahora vuelve.

Mujer 2: Tengo mucha prisa.

Farmacéutica: Aquí tienes, te las marqué para qué no te equivoques.

Muchacho: Gracias ¿cuánto te debo?

Farmacéutica: Son 540 pesos.

Muchacho: Aquí tiene.

Farmacéutica: Tu cambio.

Muchacho: Gracias.

Farmacéutica: ¿En qué le puedo servir?

Alex: Una caja de analgésicos.

Farmacéutica: Sí como no, aquí tiene.

Alex: Tomé y gracias.

Farmacéutica: Señor su cambio, señor.

Deje 200 pesos y salí de la farmacia, no rendí en mi trabajo y llegando a mi casa me tome los analgésicos con una botella de tequila que me tomé toda, tire las aspirinas y en mi casa estaba todo tirado y roto, comencé a beber más cada día hasta que comencé tomando en el trabajo y me corrieron, los insulte y me sacaron a empujones, me sacudí y llegué a la casa, seguí tomando y maldiciendo mi vida y como había vidrios y espejos rotos me resbale y tome un vidrio y me corte las venas, desperté en el hospital y con las muñecas vendadas mi hermana y Alberto me dieron un sermón y les dije que no lo haría, de nuevo regresé a mi casa ya estaba limpia y recogida mi mamá lo hizo, discutimos y la corrí se fue llorando y no me importó fui a buscar unas botellas que escondí y me las bebí todas.

Estaba embrutecido por el alcohol, entre más bebía más vacío me sentía una noche me quise colgar en el baño, solo pensaba en morir, en quitarme la vida y de nuevo llegó Alberto y me llevó con mi mamá cometiendo un tremendo error pues las hice padecer mucho, llegué a golpear a Roberta, luego Alberto me golpeo para defenderla me dijo que no la volviera a tocar y me burle de él, me fui al cuarto y azote la puerta y seguí bebiendo, me desperté al día siguiente y no se escuchaba ruido, solo estaba la bolsa de mi mamá y las llaves de su auto, saque su monedero y le quite todo el dinero me fui por más botellas de vino y llegué a la farmacia para comprar las pastillas para dormir.

Alex: Buenos días.

Farmacéutica: Dígame ¿en qué le puedo servir?

Alex: Dame unas pastillas para dormir.

Farmacéutica: Claro tomé, ¿quiere unos analgésicos?

Alex: Acaso te los pedí estúpida, dame las malditas pastillas para dormir.

Farmacéutica: No tiene por qué ser tan grosero señor.

Alex: DAME LAS MALDITAS PASTILLAS.

Farmacéutica: Son 275 pesos.

Le deje 300 pesos y dejando a la farmacéutica asustada, me subí al auto de mi mamá pues lo tome sin decirle y arranque, llegué patinando la llanta y de tan mal que estaba lo dejé sobre la banqueta, al llegar mi mamá estaba esperándome en la puerta y muy molesta, pase de largo cuando me jaló enfurecido la empuje le di la espalda para abrir la botella y comencé a beber y cayó al suelo, se levantó más molesta me volteó y me dio dos bofetadas.

Lucía: ¿Por qué Alejandro?

Alex: Quítate y no me vuelvas a abofetear oíste.

Lucía: ME ROBASTE Y TE LLEVASTE EL AUTO TE PARECE POCO.

Alex: YA CÁLLATE ESTÚPIDA.

Lucía: Respétame... no me importa el dinero o el auto es tu actitud ante el proceso por el que estás pasando yo entiendo que te duela, pero ya nos afecta a nosotros también tuve que hablar al trabajo para avisar que llegaré tarde, ya me tienes harta, te hemos tratado de ayudar y no lo valoras hasta golpeaste a Robby y si no es por Alberto no sé que hubiéramos hecho, te diste de golpes con Alberto también ya basta, Alejandro sí tuviste un fracaso pero no eres ni el primero ni serás el último.

Alex: CÁLLATE.

Lucía: Yo te advertí de esa mujer no te importó y aun así te apoyé tú eres el responsable de tu fracaso.

Alex: YA CÁLLATE.

Lucía: Te hemos salvado la vida por las estupideces de querer quitarte la vida, perdiste a Dylan ¿y qué?

Alex: QUE YA TE CALLES.

Lucía: No estoy dispuesta a seguir aguantando todo esto, si quieres destruir tu vida hazlo, pero no aquí, vete no te quiero volver a ver ya basta, Alejandro.

Alex: Sí ya sé que no valgo nada, que soy un fracasado como dices no valgo nada NADA, NADA JAJAJAJAJA NADA JAJAJAJA NO VALGO NADA JAJAJJA.

Salí de ahí gritando y riendo, estaba destruido y a mí no me importaba ya nada ni nadie; solo pensaba en morir, mientras mi hermana Robby abrazaba a mi mamá que lloraba por mi, por mi culpa.

Lucía: ¿Qué hice Dios, qué hice?

Robby: Mamá, hemos hecho todo por él, reaccionará, se fue a su casa seguro no te preocupes.

Mí hermana se caso con Alberto, me contaron que fue muy hermosa y como no estaba yo la entregó el papá de Alberto la adoraban porqué según la mamá de él lo tenía marcando el paso ellos eran felices, todos eran felices mientras yo seguía destruyendo mi vida.