JULIA

Por lo general, cuando Julia comía al final, no quedaban sobras para ella. Y, por supuesto, siempre habría un drama que Julia crearía, que era gimotear e informar esto a sus padres, que, por supuesto, estaban hartos. A veces, incluso con solo el problema de las sobras, Julia a menudo recibía una reprimenda severa o incluso un castigo, como había sucedido en el pasado.

"Mamá, ¿por qué no queda salsa picante? ¡¿Solo cocinaste un poco?! ¡Mamá! ¡Papá!", gritó Julia.

"¡Ustedes! ¡Nunca me dejan sobras cuando comen! Se lo diré a mamá y papá".

"¡Julia! ¡Solo porque tus hermanos y hermanas se terminaron la salsa picante, ¿vas a hacer algo tan imprudente?", gritó el Sr. Sanjaya porque Julia se atrevió a golpear a Meta y Mita por ese problema. Hasta que finalmente, el Sr. Sanjaya le devolvió la bofetada y castigó a Julia. A veces, Julia también se enojaba, esperando que la persuadieran. Resultó que sus esperanzas eran en vano.

Mbok Mina, que escuchó las palabras de Julia, de repente dudó en decirlo. Porque seguramente la señorita se enojaría como siempre.

"Eh, e-eso, señorita...", dijo Mbok Mina tartamudeando. No se atrevió a decirlo porque sintió lástima.

Y Julia, por supuesto, ya lo sabía, seguramente no quedaban sobras para ella. Sin preguntar más, Julia caminó directamente hacia el refrigerador y abrió el refrigerador. Observó el contenido del refrigerador, pensando en qué cocinaría para el almuerzo.

Pero debido a que Julia tenía pereza de cocinar ese día, finalmente su elección recayó en fideos y huevos. Luego, sin muchas preguntas ni palabras claras, inmediatamente cocinó los fideos y los huevos, y después de eso, inmediatamente se los comió con entusiasmo.

Sin que Julia lo supiera, Ridho, su segundo hermano mayor, estaba observando sus actividades... Desde que Julia caminó hacia la cocina, Ridho, que ya lo entendía, inmediatamente siguió a su hermana menor.

Sabía que su hermana menor se enojaría porque se había quedado sin guarniciones o no le habían dejado nada. Resultó que Ridho estaba bastante sorprendido por el cambio de comportamiento de su hermana menor. Incluso Julia no habló mucho ni se enojó. Ridho también frunció el ceño al ver lo que Julia estaba cocinando.

(Fideos otra vez, fideos otra vez. ¿No puede cocinar otro menú que no sean fideos?), refunfuñó Ridho en su corazón.

Fideos, por supuesto, esa comida no era saludable. Pero Ridho tenía miedo de reprenderla, temiendo que Julia pensara demasiado y se volviera aún más rebelde. Finalmente, Ridho simplemente lo ignoró y se fue de allí.

Mientras tanto, Mbok Mina también sintió ese cambio y al mismo tiempo se sintió preocupada al ver a la hija de su empleador así. Mbok Mina estaba segura de que Julia ya estaba cansada de enojarse o quejarse cuando no le dejaban nada.

(Qué lástima, señorita, aunque todavía quedaban muchas guarniciones. Pero los hermanos de la señorita se las comieron todas...) pensó Mbok Mina, sintiendo lástima.

No era la primera ni la segunda vez que Mbok Mina veía la diferencia en el trato de sus empleadores hacia sus hijos, pero como ama de llaves que no tenía ningún derecho, Mbok Mina solo podía acariciarse el pecho para aliviar la repentina opresión en su pecho.

(Sea fuerte, señorita, usted es la mejor hija), pensó Mbok Mina nuevamente.

Como no quería que la atraparan llorando, Mbok Mina inmediatamente continuó con su trabajo de limpiar los restos de comida de los jóvenes amos. Mientras tanto, Julia seguía comiendo su comida en silencio.

Llegó la noche. Julia ahora se estaba preparando para hacer toda su tarea, y mucho menos la tarea escolar. Ahora estaba dentro de la casa, ya no hablaba mucho. Tampoco saludó a sus padres que regresaban del trabajo. También había dejado de humillarse a sí misma al reunirse con su familia en la sala de estar. Porque sabía que el resultado no cambiaría. Todavía sería ignorada como en los días pasados. Mientras Julia estaba concentrada en trabajar en los problemas de su materia, de repente escuchó un golpe en la puerta de su habitación.

Toc, toc, toc.

"Disculpe, señorita, el señor y la señora llaman a la señorita para cenar", dijo la persona que había llamado a su puerta, que no era otra que Mbok Mina.

Julia, al escuchar la llamada, inmediatamente respondió. Por supuesto, Julia tampoco era una idiota que quisiera enojarse y hacer una huelga de hambre. Que eso nunca suceda.

"Sí, Mbok, un momento, bajaré pronto", dijo Julia sin abrir la puerta a la niñera. Después de eso, Mbok Mina inmediatamente se apresuró a irse de allí, junto con Julia, que estaba ordenando un poco su mesa y saliendo de su habitación para cenar.

Tac, tac, tac.

Al llegar a la mesa del comedor, Julia inmediatamente se sentó en una de las sillas vacías sin hacer ruido. Solo que, como su familia la estaba mirando, Julia solo les dirigió una sonrisa irónica.

Después de eso, Julia inmediatamente tomó comida para sí misma y se la comió sin mucho drama como solía hacer en la mesa. Por supuesto, eso hizo que sus padres se preguntaran. Qué le pasaba a esta niña, pensaron. Su cambio de actitud sacudió su mundo.

"¿Cómo estuvo la escuela hoy?", preguntó el jefe de familia, abriendo su voz en la mesa.

No existía la regla de que si estaban comiendo, no podían hablar. El Sr. Sanjaya y su esposa nunca aplicaron eso, y era aún más agradable comer mientras charlaban.

Al escuchar la pregunta de siempre, la mesa se quedó en silencio. Porque la alborotadora sería la primera en competir para contarle sobre su escuela al jefe de familia.

"Papá, la escuela de hoy fue tan aburrida. No entendí lo que dijo el maestro de la materia. Me dio dolor de cabeza, jejeje".

"Papá, hay un nuevo maestro en mi escuela. Es muy amable y bondadoso. También explica bien para que yo también pueda digerirlo bien".

"Papá, Meta y Mita no quieren ser mis amigas en la escuela. Solo están ocupadas con sus propios amigos. Nunca me invitan a jugar ni nada por el estilo. Tampoco me invitan a salir con sus amigos".

"Papá, hoy acabamos de recibir los resultados de nuestro examen de la semana pasada. Y papá, ¿sabes qué? Obtuve una puntuación de 70 en esa materia. También obtuve 80 en otra materia", dijo Julia cuando el Sr. Sanjaya preguntó sobre la escuela de sus hijos. Por supuesto, siempre era Julia la primera en competir para decírselo al jefe de familia. Pero ignoraron las palabras de Julia.

Pero, esta noche, ella optó por permanecer en silencio y concentrarse en su comida. No quería decir nada más, porque cualquier cosa que la involucrara nunca sería valiosa a los ojos de sus padres.

Mientras que los demás, esperaban que Julia hablara, porque ella era generalmente la más entusiasta, sí, aunque sus palabras nunca fueron respondidas, incluso cuando contaba cosas sin importancia. Pero por ahora, Julia eligió ser indiferente. Al ver que ninguno de sus hijos hablaba, el Sr. Sanjaya se aclaró la garganta.

"Ejem... ¿Nadie va a hablar?", preguntó el Sr. Sanjaya nuevamente.