Luca pierde la cordura en un viaje de trabajo por California, al cruzarse en su vida con una joven mujer.
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Capitulo 7
Luca no podía creer el descaro de aquella chica, ella era mucho más joven y se le estaba insinuando, o eso le pareció y no era alguien que no tuviera tacto con las mujeres, sabía muy bien cuando una le estaba dando a entender otra cosa. Él no entendía por qué se sonrojaba como si fuera un puberto, tenía experiencia demás con el otro sexo, no entendió esa reacción de su cuerpo. Zhavia se marchó de allí y en el camino se encontró con Arturo. Luca se quedó inmóvil viendo como ellos se alejaban. En un punto Fabrizio lo vió y se acercó.
- Todo bien?.
- Si.
- Paso algo?- Le dijo él mientras se encendía un cigarrillo.
- Al parecer aprenderemos a surfear.- Respondió Luca aún con su mirada en Zhavia que ya estaba muy lejos de ellos.
- Qué?.- Respondió Fabrizio quién no termino de entender a qué se refería.
- Nada, luego te explico.
Se unieron nuevamente al grupo, donde aún estaba Bruno con aquellas chicas, hablaron largo rato mientras bebían algo y sonaba música, luego decidieron jugar un partido de voley. Empezando el atardecer Luca decidió partir y Fabrizio igual. Bruno se quedó, ya que había pegado onda con una de las chicas. A la noche salieron nuevamente, y como noches anteriores, cada uno salió acompañado por una bella mujer y se dirigió a sus respectivas habitaciones.
Esa noche, mientras Luca estaba besando a una bella rubia que había conocido en el boliche, no pudo evitar pensar en Zhavia, la imagen de ella guiñando su ojo coqueta le vino a la mente y sin querer se le escapó una sonrisa.
- Por qué sonríes?.- Pregunto la mujer que estaba con él.
- Por nada, sigamos con lo nuestro.- Él la beso y la giro de espaldas contra la pared, ella arqueo un poco su espalda, Luca con una de sus rodillas separó sus piernas, y mientras besaba su cuello, con una mano agarró sus caderas fuerte y con la otra su pelo tirando de su cabeza hacia atrás, y en un solo movimiento la penetr*. Ella gimió, él agarró con ambas manos su trasero y la mecía con fuerza hacia su cuerpo, ella apoyaba sus manos fuerte en la pared, queriendo casi clavar sus uñas por el placer que sentía. Su trasero chocaba con la cadera de él, fue un vaivén frenético y salvaje y en un momento los dos llegaron al clímax. Ella respiraba agitada, él la dio vuelta y la beso y luego se dirigieron a la cama. Después de recomponerse un poco tuvieron otra ronda de sex* y se quedaron dormidos. Por la mañana él se fue a duchar y al salir del baño ella ya estaba despierta. Luca le dió los buenos días y de forma educada la despacho llamándole un taxi. Esa parte siempre le causaba un poco de incomodidad ya que muchas veces las mujeres solían ofenderse. A veces se lo decían y aveces no, pero él lo notaba en sus caras. Desayuno algo y fue a entrenar al gimnasio, luego le escribió a Fabrizio para que esté listo en media hora para las clases de surf. Al haber llamado a su hermano varias veces y no recibir respuesta, se dirigió a su habitación. Al llegar, este le abrió y Luca entro y entendió porque su hermano había ignorado sus mensajes, él había pasado la noche con dos bellas morenas y al parecer quería repetir. Luca solo pudo sonreír y salir de ahí.
- Te doy una hora. Si en una hora no estás abajo, subiré y te sacaré, estés en el estado que estés. - Bruno solo reía y Luca negaba con la cabeza.
A la hora y media bajo Bruno con las dos morenas, se despidió de ambas en el lobby del hotel y se dirigió a donde se encontraban su hermano y Fabrizio.
- Por qué el apuro? Pensaba estar todo el día encerrado con esas bellas morochas. - Le respondió Bruno entre bostezos, aún con sueño.
- Pareces perro en celo, vamos.
- A dónde?.
- A la playa.- Respondió Luca saliendo del hotel.
- A la playa? A qué?.- Le retruco Bruno asombrado.
- Al parecer haremos surf.- Dijo Fabrizio riendo y levantando sus manos en señal de que no entendía.
Partieron del lugar en el auto de Luca, al llegar estacionaron y se dirigieron al lugar donde habían estado el día anterior. No había nadie, apenas algunos turistas que querían aprovechar los primeros rayos del sol y algunos surfistas. Luca resopló molesto, si había algo que detestaba era la impuntualidad. Miró su reloj y a cada lado de la playa.
- Estamos esperando a alguien?.- Pregunto Bruno que no entendía nada y seguía con sueño. Fabrizio estaba a un lado chequeando su celular. En un momento Luca divisó a Zhavia llegando por el mismo lugar que se había marchado ayer en compañía de Arturo. Ella venía hablando y tomando una cerveza que compartía con aquel chico. Luca puso una cara de desagrado.
- No te parece que llegas tarde?.- Le dijo Luca enojado.
- No te dije un horario, solo dije que nos veríamos aquí temprano.- Respondió ella totalmente relajada.- Buenos días!.- Y saludo moviendo su mano en sentido a Bruno y Fabrizio. Ambos la saludaron alegremente.
- Por qué estás tomando cerveza? No son ni las diez de la mañana.- Le dijo Luca algo asombrado, pero irritado por su actitud.
- Teníamos sed.
- Y por qué no agua?.- Ella solo levanto sus hombros.
- Las tablas?.- Pregunto Zhavia.
- Lo olvidé, ahora las iremos a alquilar.
- Espera un poco, qué tablas? No sé que demonios hago aquí, alguien me puede explicar?.- Dijo Bruno con visible desconcierto en su rostro.
- Aprenderemos a surfear.- Le respondió Luca.
- Y eso?.- Dijo Bruno frunciendo el ceño.
- Bueno, Zhavia se quedó sin trabajo por mi causa, quise darle dinero y ella no lo quiere, a menos que haga algo para ganarse dicho dinero, e hicimos este intercambio.- Zhavia tenía una sonrisa alegre en su rostro y sus brazos cruzados pero con una actitud completamente relajada, y miraba a Bruno. Quien se sorprendió cuando escucho eso. La actitud de su hermano lo tomo por sorpresa, no es el tipo de hacer esas cosas, su hermano simplemente hubiese ofrecido el dinero y sino lo tomaban se hubiese marchado, le llamo la atención este cambio.
- Oh.. de acuerdo.- Respondió Bruno con una sonrisa en dirección a Zhavia.
- Genial, alquilen las tablas los esperamos aquí.- Los tres salieron rumbo al lugar cerca del muelle donde alquilaban las tablas, al regresar, Zhavia y Arturo, ya los esperaban con sus trajes de neoprene puestos.
- No tenemos trajes.- Le dijo Bruno.
- No hace falta, así como están, sirve.- Le respondió Zhavia. Los tres hombres vestían bermudas playeras un poco por encima de sus rodillas.
- Saben nadar? Eso lo hará más sencillo.- Les pregunto ella.
- Si, sabemos.- Dijo Lucas.
- Bien, vamos. Ustedes dos sigan a Arturo, y tu ven conmigo.- Le dijo Zhavia a Luca y se adentro en el mar sin mirar atrás. Luca dudo por unos segundos y luego la siguió.
Ellos estaban un poco alejados del resto y bien adentrados en el oleaje. Zhavia empezó a mostrarle lo que debía hacer.
- La primera vez lo recomendable es que remes, solo eso, rema. Cuanto más remes, más te acostumbrarás al movimiento de la tabla y verás cómo dirigirla. Rema con brazadas largas y profundas de adelanta hacia lo más atrás que puedas.- Le explicó Zhavia a Luca. Ambos se encontraban flotando en el agua pero ella en un movimiento rápido, se subió y quedó sentada. Al ver qué Luca no lograba subir, se bajó para ayudarlo. Él la miró con desconfianza.
- Jamás has surfeado?.- Le pregunto ella.
- No, nunca.- Le respondió él ya arriba de la tabla.
- No te asustes, te trataré con cariño por ser tu primera vez.- Dijo ella con una sonrisa pícara. Él la miró desconcertado. No entendía si coqueteaba o solo lo hacía para molestarlo. Ella se subió a su tabla y se acostó, mostrándole a él cómo debía hacerlo, como balancear su cuerpo. Una vez que él encontró su equilibrio, empezó a remar con sus brazos, cada que venía una ola grande, Zhavia las surfeaba, ella hacía que se viera fácil, Luca en cambio remaba como loco y al final la fuerza de la ola lo volcaba.
- De acuerdo, tienes que optar por un punto al que dirigirte y rema hacía allí en línea recta, ya que, si entras en la ola en un ángulo oblicuo, perderás el impulso hacia adelante que hayas acumulado. Mantente perpendicular a las olas que se aproximan y, en su lugar, "corta" a través de ellas. Una vez las hayas atravesado, da la vuelta a la tabla, mira hacia la costa y espera. Cuando veas que se acerca una ola, posiciónate lo más cerca de la cresta y rema como nunca y, en cuanto vayas cogiendo velocidad, levántate sobre la tabla.
- Suena muy fácil cuando lo dices, pero en la práctica parece más difícil.- Le respondió Luca algo frustrado ya que él apenas y podía mantenerse arriba de la tabla estando acostado, como lo haría si encima tiene que ponerse de pie en ella?. Lo veía imposible. Zhavia solo le sonrió.
- Es solo práctica, es normal si no puedes el primer día.- Le respondió ella en tono amable. Eran estas actitudes las que desconcertaban a Luca. Por momentos Zhavia era alguien amable y educada, en otros insolente y contestataria y en otros era coqueta y pícara. Él no terminaba de descifrarla.