ATENCIÓN!! Si aún no haz leído "Prisionera Del Ruso" Te invito a que lo hagas antes de continuar esta lectura ya que esta es una continuación que abarca la vida de Diego Manssiani.
Un hombre con el corazón roto, aferrado a un amor imposible que no ha podido dejar atrás.
Una mujer dispuesta a todo por el bienestar de su familia.
¿Fue un simple robo lo que los unió o sus destinos ya estaban entrelazados?
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Su historia
Pov Diego
—¿De verdad la dejarás sin ningún castigo? ¿Qué demonios te ocurre, Diego? Me estás obligando a recordarte que este negocio no se dirige con bondad.
—Eso ya lo sé, tan solo hice una excepción con ella.
—¿Y se puede saber por qué?— Porque en cuanto la vi, tan solo pude ver a Paula.
—Se parece a ella.
—¿A ella quién?
—A Paula. Bien, no pude castigarle porque fue como tenerla a ella enfrente— Dios, me estoy volviendo loco. ¿En qué momento podre dejar de amarla?
—¿A Paula? Ese capricho tuyo con la mujer de Andrey será tu final. Ya ha pasado más de un año desde la última vez que la viste. ¿Por qué aún no la olvidas?
—¿Y crees que para mí es fácil? No, no lo es. Es una maldita tortura estar enamorado de una mujer que está prohibida y que lo peor, es que está profundamente enamorada de otro— Y eso otro es nada más y nada menos que mi mejor amigo. —La tuve, por un breve instante ella me correspondía, pudimos haber sido muy felices juntos, pero yo lo arruiné todo. La lastimé y tan solo la terminé empujando a odiarme.
—Sé que la amas, pero debes dejarla ir y seguir adelante y si en verdad esa mujer es tan parecida a Paula es mejor que la dejes ir. No la retengas a tu lado o seguirás lastimándote a ti mismo.
—No la mantengo a mi lado por eso, Dimitri— Es una de las razones, pero no es la más relevante. —Esa mujer logró entrar a esta casa y por poco escapa completamente ilesa, además, ayer me salvo la vida— Aunque fuera una prueba para ella, lo hizo.
—Si logro ponerla completamente de mi lado sería un increíble apoyo.
—Supongamos que creo que tus razones no son las de tener una copia idéntica de Paula junto a ti, ¿De verdad confiaras en esa mujer? ¿No te parece nada extraño su comportamiento?
—Sí, es extraña. Pero eso solo la hace más interesante. De todas formas, quédate tranquilo, no pienso bajar la guardia. Me mantendré alerta por si decide traicionarme.
—Eso espero. Recuerda, a las mujeres ni todo el amor ni toda la confianza. Eso te mantendrá con vida.
—Jefe, aquí tenemos lo que nos pidió investigar— Uno de mis hombres entró con un sobre en la mano.
—Gracias, puedes retirarte.
—¿Qué es eso, Diego?
—Dimitri, ya pareces vieja chismosa. Cálmate un poco— Desde que volví a Rusia lo tengo controlando cada paso de mi vida como si fuera mi padre.
—Entre nosotros no hay secretos, así que déjame ver— Le di el sobre antes de verlo por mi mismo para calmar su curiosidad.
—Mandé a investigar a Rachel, solo para estar seguros.
—Hiciste bien— Abrió el sobre y sacó los documentos que ahí había.
—¿Y bien? ¿Está todo en orden?— Me dio los papeles con mala gana y se dirigió a la puerta.
—Al parecer tu noviecita decía la verdad.
Miré los papeles y si, ella decía la verdad. Vivía con sus padres en una pequeña casa fuera de la ciudad y no en las mejores condiciones por así decirlo. A penas termino el secundario, trabajo en varios lugares, pero terminaron despidiéndola por hurto y fue arrestada dos veces por peleas callejeras.
Su historia tiene sentido hasta ahora, pero el tiempo demostrará si es de confiar o no.
Diego Manssiani, 33 años