La traicion duele, pero cuando es de alguien cercano se siente aun peor, podra un amor surgir pese a esto
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La fiesta era en una casa ubicada en el centro de la capital. Consuelo se vistió con gran esmero y quedo realmente bella.
Al llegar a la casa Tomás le presento a su amigo y a su esposa una pareja muy amable que la recibieron con mucho cariño, aunque al principio pensaron que su prometida.
En el lugar estaba la familia de ambos esposos los cuales eran muy divertidos. El momento más especial de la noche, fue cuando el esposo dio un brindis para celebrar los tres años de matrimonio a lo que su esposa pidió también poder brindar, todos se extrañaron porque solo los hombres suelen hacer esto. La esposa llena de emoción toma la mano de su esposo y le dice que le tiene un regalo muy especial, todos quedaron sorprendidos cuando puso está sobre su vientre y llorando le dice que será padre. El esposo la besa y llora junto a ella y todos aplauden y felicitan.
Camino de vuelta Tomás le cuenta a su hermana que su amigo y esposa llevaban cinco años de casado y ella no había logrado embarazarse en todo ese tiempo y pensaron que nunca podrían tener hijos por eso estaban tan contentos.
Tomas- mañana debo salir todo el día para cerrar el trato por unas maquinarias, en dos días nos iremos a la casa de mi amigo que se casa, por eso quiero dejar todo listo. No sé si llevarte conmigo, me preocupa que te pase algo si te dejo sola mucho tiempo.
Consuelo- déjame quedarme en el hotel, prometo no alejarme mucho.
Tomas - puedo creer en ti esta vez.
Consuelo -puedes.
Tomas- recuerda cuidarte mucho, si algo te pasa mi padre me matara.
Consuelo- estarás vivo mucho tiempo querido hermano.
Al día siguiente Consuelo se levantó temprano y bajo a tomar desayuno al comedor, le pregunto a una mujer que servía el desayuno lugares donde pudiera encontrar recuerdos y regalos para comprar.
Cerca de las diez de la mañana Consuelo tomo una pequeña bolsa y salió rumbo hacia donde la mujer le dijo. A diferencia de las tiendas y negocios cercanas al hotel ahora se encontró con una zona mucho más humilde que no sabía que existía en la capital, con ferias y puestos de artesanías y verduras en la calle.
Al llegar a uno de los puestos de la feria donde vendían joyas y trabas hechas alli mismo por un joven artesano.
Artesano - miré con confianza señorita.
Consuelo - puede mostrarme esas pulseras.
Artesano- estas pulseras son de hombre.
Consuelo- lo sé, quiero comprar una para mi hermano Aníbal, le gustan mucho este tipo de artesanías.
Artesano-me alegro.
Consuelo - deme dos pulseras.
Artesano- gracias por su compra.
Consuelo siguió recorriendo y fue a una plaza, el lugar estaba lleno de artistas callejeros haciendo sus funciones, se sentó a observarlos mientras comió un dulce que vendían en el lugar.
Una pequeña niña disfrazada de bailarina danzaba y se acercó a Consuelo y ella la aplaudió con entusiasmo y luego le dio unas monedas.
Después compro comida en un puesto y luego un regalo para su padre y otro para su prometido. Cerca de las cuatro de la tarde camino de regreso al hotel mientras lo hacía se encontró de frente con Pedro el hombre que la salvo de caer. Él estaba en la vereda del frente y al verla se sacó el sombrero y la saludo con una sonrisa que le encantó, cada cual siguió su paso a destino después de eso.
