El maltrato que sufrió Alessandro en toda su niñez se verán opacada cuando un chico de otra ciudad, lo empieza a tratar de una manera distinta.
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Capítulo 6: ¡Ayuda!
Al entrar, se encontró con un escenario que lo dejó sin aliento... Lucas se quedó parado en la entrada de la casa, conmocionado por lo que veía. Alessandro estaba tirado en el suelo, con una mancha de sangre en su cabeza y una posición que parecía indicar que se había estado protegiendo. La escena era demasiado familiar, y Lucas recordó las palabras de Belén sobre los golpes que Alessandro había recibido en el pasado.
Sin poder contenerse, Lucas corrió hacia Alessandro y se arrodilló a su lado. Le tomó el pulso y comprobó que aún estaba vivo, aunque parecía estar en un estado de inconsciencia.
—Alessandro, ¡despertáte! —gritó Lucas, sacudiéndolo suavemente.
Pero Alessandro no respondió. Lucas sabía que tenía que actuar rápido, así que sacó su teléfono y llamó a emergencias. Mientras esperaba a que llegara la ayuda, Lucas se quedó a lado de Alessandro, sosteniéndole la mano y hablándole en voz baja, esperando que su amigo se despertara pronto.
Lucas esperó ansiosamente a que llegara la ambulancia. Mientras tanto, se quedó a lado de Alessandro, sosteniéndole la mano y hablándole en voz baja. La situación era desesperante, y Lucas no podía evitar preguntarse qué había pasado exactamente.
—Perdón, fui un idiota por no haberme dado cuenta de lo que te estaba pasando —decía Lucas mientras lloraba.
—¿Dónde está la ambulancia? —decía en un estallido de cólera y rabia.
Marcó a su papá y este vino corriendo. Cuando el papá de Lucas llegó, la ambulancia también lo hizo, y lo subieron rápidamente. Lucas estaba tan desesperado y traumado que no quería despegarse de Alessandro. Los paramédicos lo dejaron subir también, y el papá, junto con la mamá, lo siguieron en auto.
Cuando llegaron al hospital, lo llevaron a cirugía rápidamente. Lucas quería entrar, pero no le permitieron el paso. Estaba tan descontrolado que lo sedaron, y se durmió.
Cuando Lucas se despertó, salió al pasillo y vio a su mamá llorando y a su padre abrazándola.
—¿Qué pasó? —ya estaba asustado otra vez.
Mi mamá seguía llorando y no hablaba. Me desesperaba, quería gritarle, pero sabía que estaba mal hacer eso.
—¿Decíme que pasó, mamá? —le pregunté.
—La salud de Alessandro es deplorable —dijo mi mamá, con la voz temblando—. Ya estaba en un estado crítico. No hay muchas esperanzas para él. Perdón, hijo.
Cuando mi mamá dijo eso, sentí como si mi garganta se estrechara y un dolor me golpeara la cabeza. Me tapé la cara y me desesperé, golpeándome la cabeza con desesperación.
—¿Dónde está él? —pregunté.
—En esa habitación... pero... —mi mamá hizo una pausa—. Entró en estado de coma. El golpe o golpes que recibió fueron muy graves y le provocaron una lesión cerebral traumática. —Hizo otra pausa—. No se sabe cuándo despertará.
Lucas no podía procesar y aguantar tanto. Se le dificultaba respirar y se sentía mareado. De repente, se desplomó en el pasillo, perdido el conocimiento.
"Sentía como mis fuerzas se iban y la presión de haberlo juzgado sin siquiera saber su historia, fue algo muy malo por mi parte".
"tan oscuro todo"