Lea es una universitaria que se suicida pero reencarna en Tanea, una joven aristocrática qué tiene que vengarse por su hermana, teniendo que confrontarse con personas importantes e incluso con su prometido. Muchos secretos, traiciones y mentiras ¿su venganza saldrá bien o su vida se verá destruida?
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6
Respire hondo al sentir como el par de manos de Karla, una de las sirvientas me masajeaba los hombros y cuello. Tenía una gran tensión física, la fiesta terminó un tiempo breve después del anuncio. Junto a Neyén nos quedamos hasta lo último saludando y agradeciendo sus felicitaciones, no tan sinceras pero felicitaciones al fin y al cabo. Estuve tanto tiempo con la frente en alto, con una sonrisa y demostrando todos los modales y etiqueta que me enseñaron desde bebé mis padres a pesar de obtener miradas para nada buenas, eso consumió mi energía.
-¿Quiere un té para poder estar tranquila, señorita?- preguntó Karla
- Si, por favor- contesté aún con los ojos cerrados
Será un día largo, los reyes me propusieron que vaya a vivir al palacio para poder convivir y conocer mejor a Neyén, también porque pronto nos casaremos. Tengo que ordenar las cosas primero en casa y después marcharé, me dijeron que no es necesario que lleve nada, ya que allá tendré todo lo que necesite y quiera, pero soy muy apegada a mis cosas.
-Karla, ¿has visto a Mar?- pregunté una vez que llegó con la taza de té
Desde la fiesta de compromiso se aisló más de lo normal, con nuestros papás casi no habla, pero conmigo sí, pero no la he visto ni se ha acercado para hablar.
-Está en su habitación, dice que se siente mal y quiere descansar- respondió
Abrí los ojos con sorpresa, me levanté y antes de irme tomé la taza y tomé unos sorbos rápido, no quiero que Karla piense que lo desprecio o algo así.
Fueron unos pocos metros los que tuve que caminar para poder estar frente a la puerta de su habitación, toqué tres veces con un ritmo particular que teníamos desde pequeñas, un llamado secreto para que sepamos que quien tocaba era una o la otra. No recibí respuesta así que toqué de nuevo, pero con más fuerza.
- Mar, soy yo- exclamé
Finalmente recibí una respuesta, su voz baja me dio permiso para pasar. Cerré los ojos con fuerza y los abrí de nuevo intentando acostumbrar la vista ante la oscuridad de la habitación, las cortinas cubrían todas las ventanas y de milagro pude ver su cuerpo en medio de la cama.
-¿Qué sucede? ¿Estás bien?- pregunté acercándome despacio
Una vez cerca de ella pude notar que estaba llorando, abrazaba su almohada mientras las lágrimas caían sin parar.
- No pasa nada- negó antes de que pudiera decir algo, mi corazón comenzó a acelerarse queriendo decirle mil preguntas, pero entendí su estado y sus nulas ganas de hablar.
-Solo quiero un abrazo- pidió con la voz entre cortada
Me acosté a su lado con toda la delicadeza posible y la abracé, sintiendo también su brazo pasar por mi cuerpo.
Pensé durante unos minutos si preguntar o no, no quería arruinar el momento y que se moleste pero necesitaba una respuesta
-¿Es sobre el bebé? ¿Te duele algo?-
El silencio reinó, mis palabras quedaron en el aire. Después de un tiempo negó con la cabeza, acaricié su cabello en forma de agradecimiento por su respuesta.
Miré el techo y suspiré, me estresa no saber que le pasa, que pasa por su mente y corazón.