Victoria necesita dinero para ayudar a su padre y a su hermana menor mientras que José Carlos necesita urgente una esposa para complacer a su abuelo y a la vez cumplir con la promesa que le hizo a su madre...sus desgracias entrelazan sus vidas y a la vez los llevan a descubrir caminos inimaginables...¿Podrán sentir algo más que el simple compromiso de un contrato?
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CAP 6
Ella entonces soltó una risa de esas contagiosas
-Está muy buena esa broma jefe, realmente me ha hecho reír
-No bromeo - se acercó a ella - Realmente te estoy pidiendo que seas mi esposa
La seriedad con la que le hacia la petición le hizo comprender que no era una broma, ni un juego.
-Si no es una broma, entonces debo suponer que este usted perdiendo su cordura.
Al ver que ella iba a irse el tomo su delicada mano
-Espera un momento - al ver que ella miraba la mano opresora le soltó - Déjame explicarte la situación en la que me encuentro.
Ella le miraba perpleja ¿Él estaba en una situación tan desesperada como para pedirle a una completa desconocida que se convirtiera en su esposa?
-No sé cuál será tu situación, pero no me convertiré en la esposa de un hombre como tú jamás, no me casare sin amar de verdad.
El suspiro sin dejar de mirarla a los ojos
-Necesito realmente tu ayuda, será solo un año.
¿Ni siquiera seria real?
Movió la cabeza negativamente
-No puedo aceptar
-Tendremos un contrato si así deseas, uno donde salgamos beneficiados ambos.
Ella pensó por un momento
¿En qué podía beneficiarla a ella estar casada con el todo un año?
-Lo pensaré, pero no te prometo nada.
En ese momento el móvil de él sonó interrumpiendo la conversación, el miró la pantalla iluminada, era un número desconocido pero insistía...ella comprendió que debía marcharse aunque él en el fondo no quería que se fuera.
-¿Diga? - contestó el teléfono una vez que ella ya no estaba - ¡Ah eres tú!...Si, podemos tomar un café, está bien, allí nos vemos.
Y sin decir más colgó el móvil y volvió a guardarlo en su bolsillo.
Tomo su saco y salió de su oficina; nuevamente todo se puso raro entre sus subordinados... nuevamente le observaban curiosos y rumoreaban a sus espaldas
Ya se enteraría después.
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-Pudiste venir le sonrió
-¿Me esperaste mucho tiempo? -se sentó frente a ella
-No, acabo de llegar también.
Se acercó un camarero y les ofreció unos menús
-Gracias, pero no vamos a comer nada, solo trae dos cafés por favor.
El camarero asintió y se marchó a buscar el pedido
-¿Estas muy ocupado? - pregunto Megan
-Algo, sí. ¿Para que soy bueno? - le sonrió amable, siempre amable.
Ella se acomodó un poco en la silla y luego carraspeo.
-Quería disculparme contigo por lo de antes, ya sabes.
-¿Lo de antes? - repitió el como si no supiera a lo que ella se refería
-¡Si! - Se puso más nerviosa - Es que te hice sentir incómodo con mi presencia en tu casa.
-¡Ah! ¿A eso te referías? - El camarero trajo los dos cafés y ambos le agradecieron - No te preocupes, sé que fue cosa de mi abuelo. Sueña con verme casado y no acepta mis no.
Megan se sintió algo decepcionada, la verdad esperaba otra respuesta.
-¿Entonces no vas a casarte?- indagó tan sutilmente cómo pudo
José Carlos dio un sorbo del líquido negro y humeante, deposito sobre el platillo la taza y miro a Megan.
-Espero a que la mujer indicada diga que sí - le sonrió
Megan enrojeció de pies a cabeza, esa sonrisa, esos hoyuelos, esa mirada tierna
¿Se estaría refiriendo a ella?
-La verdad es que yo...
- Hace un momento que se lo propuse - le cortó lo que iba a decir - la tomó por sorpresa - se rió con más ganas - Incluso me tildo de loco.
No, no era ella la escogida.
Sintió como un nudo se le formaba en su garganta impidiéndole incluso que el café descendiera por esta.
-Pero eventualmente aceptará. Y entonces la presentaré a mi abuelo. - Estaba tan emocionado que no había notado el cambio en el rostro de Megan. - ¿Estas bien? - le pregunto al fin
Ella trato de sonreírle pero pareció mas una mueca, pasaba un dedo índice por el borde de la taza de café que apenas había probado.
-Sí, estoy bien. Me alegra saber que ya tienes a alguien.
-Aun no del todo, es muy terca, pero sé que aceptara al final.
Ella noto lo que él no tenía claro
-¿Y cómo es?
-Es linda, tiene un carácter decidido y fuerte, educada, profesional, no es una de estas chicas que se lanzan a la primera, ella es muy segura de sí y de lo que quiere.
-Al parecer estás enamorado - sonrió
Él se quedó callado ¿Enamorado? ¡Atraído! El amor era algo que no se decidía así no más
-¿Qué es para ti estar enamorado?
Ella soltó una risita graciosa
-Para mí amar es darlo todo, es luchar por esa persona o dejarla libre, es respirar cuando la tienes cerca y sentirte ahogado cuando no la vez, es dar espacio pero a la vez ser uno, es ser cómplices, amigos, amantes ¡Dime! ¿Cómo te sientes tú cuando no está a tu vista?
José Carlos nunca había pensado en ello, pero sentía una enorme necesidad de verla seguido y también de protegerla desde el día en que la vio ¿Eso significaba que estaba enamorado?
-Debo volver al trabajo - se puso de pie y dejó para pagar la cuenta - Disculpas aceptada Megan, pero avísame si mi abuelo vuelve a llamarte otra vez.
Ella asintió mientras lo veía marcharse
-¿Sabes que haré yo por mi amor? - Se decía mientras le observaba cruzar la puerta del restaurante - Lucharé, lo hare hasta el fin.