Oliver, un chico que oculta ser sigma, es descubierto por Allen, un alfa, quien lo comienza a molestar y amenazar con revelar su secreto. Oliver decide vengarse de una manera que Allen no lo pueda olvidar, pero poco sabría Oliver que Allen terminaría disfrutando aquello, teniendo sentimientos encontrados.
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El autodesprecio
POV Oliver
Cuando decidí irme a dormir, me di cuenta de que, a pesar del cansancio, no sería algo fácil de lograr, pues la ansiedad no me dejaba en paz, haciéndome divagar en distintos pensamientos poco gratos.
La revelación de ser un sigma había sido un golpe devastador para mí desde el principio. Recuerdo la sensación de confusión y temor cuando mis padres me explicaron lo que significaba esa palabra, lo que significaba ser diferente en un mundo que no estaba listo para aceptar a gente como yo.
Desde entonces, odiaba ser un sigma y la sensación constante de no pertenecer a ningún lugar, Mis padres, con la mejor de las intenciones, me habían obligado a tomar inhibidores desde antes de que pudiera siquiera manifestarme, cuando ni siquiera tenía la edad suficiente para entender lo que significaba ser diferente. Me enseñaron a ocultar mi verdadera naturaleza, a suprimir mis instintos y emociones para encajar en un mundo que no me quería, un mundo donde debía ser un beta.
Nunca había experimentado el celo, y eso me aterraba más que cualquier otra cosa. La idea de perder el control de mi cuerpo y mis emociones, de revelar mi verdadera naturaleza ante el mundo, era una pesadilla que me perseguía constantemente. Sabía que Allen había amenazado con exponerme, con hacer que todos supieran lo que era, y eso solo aumentaba mi miedo.
Me odiaba a mí mismo por temer algo tan natural como el celo, pero la realidad era que no podía evitarlo. La idea de que todos supieran lo que era, de ser rechazado y repudiado por aquellos que me rodeaban, era demasiado para soportar. Me sentía atrapado en un mundo que no me quería, luchando por encontrar un lugar donde pertenecer.
Me preguntaba constantemente cómo sería vivir la naturaleza de tu propia casta sin tapujos, de poder pedir sin miedo una licencia debido al celo, de que la gente no sintiera rechazo por tus feromonas, en cambio las mías, eran ambiguas, lo que claramente era algo amenazante de cierta manera.
A media que me sumergía en mis pensamientos oscuros, sentía que la ira y la frustración se apoderaban de mí. Odiaba a Allen por ponerme en esa situación, por hacerme sentir aún más inseguro y vulnerable de lo que ya me sentía, pero sobre todo, me odiaba a mí mismo por permitir que su presencia en mi visa tuviera tanto poder sobre mí.
En el fondo de mi corazón, anhelaba la libertad de ser quien realmente era, de no tener que esconderme ni avergonzarme de mi verdadera naturaleza, pero sabía que en el mundo en el que vivía, esa libertad era solo un sueño inalcanzable, una ilusión que nunca se haría realidad.
Era una verdad difícil de aceptar, que en una sociedad como esta, apenas se comenzaba a reconocer la existencia de los sigmas. Éramos una minoría invisible, pero cuando éramos descubiertos, enfrentábamos un destino cruel y despiadado. La sociedad aún no estaba lista para aceptar la diversidad en todas sus formas, y los sigmas éramos el recordatorio de que no todos encajábamos en los moldes predefinidos de la sociedad.
Cuando se descubría un sigma, se desataba una tormenta de crueldad y discriminación, alimentada por el miedo y la ignorancia. Éramos vistos como aberraciones, como errores de la naturaleza que debían ser erradicados o, al menos, marginados para proteger la integridad de la sociedad. Las personas nos veían con desprecio y repulsión.
La tortura social a la que éramos sometidos era desgarradora y despiadada. Éramos objetos de burlas, insultos y acoso,, la hostilidad y el rechazo en todas partes donde íbamos, haciendo que muchos de nosotros sucumbiéramos ante la presión abrumadora de la sociedad, resignados a vivir nuestras vidas en las sombras, ocultando nuestra verdadera naturaleza por temor.
La verdad era, que nunca sería capaz de comprender por qué era tan mal visto ser de una casta que ni siquiera podíamos elegir. Me preguntaba si les parecíamos monstruos o seres alienígenas a los demás, pero la verdad no éramos tan distintos, solo éramos una casta en un limbo, destinada a ser incomprendida.
Aunque feliz por la llegada de la bendi 🤭😊.
porque Oliver lo violo, con todo lo aberrante que eso es.
triste , no esperaba eso de Oliver, me desilusionó