Hacía tiempo creía que mi vida estaba resuelta, el esposo soñado, la familia amorosa pero nunca imaginé que la traición vendría de esa persona que creía mi único hogar.
Las apariencias engañan y todos verán quien fue el que engaño, miento y destruyó todo a su paso.
Que comience el juego.
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CAPITULO 6
Hola, agradecer a las personas que leen está historia, es mi primera vez que escribo, así que espero más sea de su agrado.
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FRANCO DE LA BARRERA
Paso una semana de la reunión con Esmeralda, tomando un trago de whisky en mi oficina viendo desde la ventana, se veía caminar a la gente y la vi a ella entrando a la empresa, esperaba su visita después de indagar por qué necesitaba estar en un puesto ejecutivo. Y pienso que lo descubrí, pero necesito que ella misma lo haga y si mis suposiciones son ciertas, el mismo infierno envolverá a todos.
Una llamada me entro, a la espera de mi intrigante visita:
- Matilde, dije en un tono serio.
- Señor, una persona solicita hablar con usted, dice que es de manera urgente.
- Hazla pasar, esperaba mientras tenía la vista en los documentos que tenía por firman para cerrar las nuevas inversiones con la creación de nuevos autos.
- Buenos días, señor de la Barrera después de mucho tiempo aún se ve como todo un semental sentado en su reino. Me dijo una voz que ya conocía a la perfección.
Levante la vista y era lo último que esperaba tener este día, sin embargo, ahí estaba paraba, acaba de sacarse los lentes que tapaban esa encantadora mirada y su dulce rostro, jamás lo olvidaría porque era la razón de mi vivir.
No pude pronunciar ninguna palabra, pensé que era un espejismo un intento de destrozarme la cabeza, pero solo se acercó a mí, empujo un poco de mi dejando espacio para que se siente en mis piernas y ahí estábamos rostro con rostro, sentía su respiración tan cerca, estudiaba cada facción de su rostro sin poder dejarla de mirarla y puso mis manos en su cara para despertar de un sueño tan vivido.
- Te extrañe mucho, mi amor, no sabes todo lo que pase para estar aquí contigo. Me beso, nuevamente puede sentir esos labios que tanto anhelaba probar otra vez y que todas las noches recordaba en la oscuridad de mis pensamientos.
No pude reaccionar y solo seguí el beso, como lo hacía con ella, demandante, lleno de deseo, pasión y amor. Diablos, como extrañaba estar entre sus brazos, mi refugio donde todo lo podía mandar a la mierda y solo estaríamos los dos, el mundo podría dejar de existir solo la necesitaba a ella.
Pero algo estaba mal, no la sentía igual no era ella. Así que me aleje de ella, me pare y la deje caer al suelo, pase de lado con la frustración y el dolor, me dolía la cabeza y la mire:
- ¿Cómo es posible esto? Tú, la señalé, tu estas muerta yo te enterré, te lloré muchos años, esto debe efecto del alcohol o un sueño. Con las dos manos en la cabeza me despeine y me quite el saco.
- Sabes eso me dolió, se levantó y se arregló el vestido, te entiendo, pero todo esto tiene una explicación. Mira que te parece si vamos a comer y a tomar algo recordando nuestros añorados momentos y responderé todas tus preguntas y dudas. Te amo, señor Barrera. Se acercó, me abrazo y pude sentir sus sollozos.
Me preguntaba cómo es que me entendía, volvió a la vida por obra de magia y yo estuve llorando todas las noches su muerte y no solo la de ella, mi corazón se hundió en el dolor, la miseria y el vacío. No entendía nada y estaba aquí paraba como si nada hubiera pasado. Definitivamente mi vida, en este instante era sinónimo de catástrofe.
- Jaja, no me hagas reír, la aparte solo su toque ya me provocaba aversión, aun lo entendía, pero solo era el comienzo. Tú no sabes todo lo que pase y como me siento ahora y te presentas en mi oficina como si nada hubiera pasado tan tranquila y diciéndome que todo tiene una explicación.
- Escúchame por favor, escúchame, te juro que todo tiene una explicación, me agarro las manos y se arrodillo, yo no quería que esto pasara, pero no tuve otra opción, solo te pido que me escuches y después entenderás todo y por qué lo hice.
Estuve a punto de nuevamente alejarme, ya no quería escuchar nada, tenía un dolor de cabeza que estaba a punto de explotar y el dolor en mi corazón crecía con cada una de sus palabras, en ese instante se escuchó que entraron a mi oficina con muchos gritos que no me di cuenta:
- Yo tengo una cita con el señor Barrera, entro empujando todo y con sus gritos que se podían escuchar en todo el edificio, déjenme pasar, pronto conocerán quien soy y aparto de a mi asistente.
- ¿Qué demonios pasa, quienes se creen todos ustedes para entran a mi oficina como si fuera su casa? Grite eufórico, ya me tenía hartando toda esta situación.
Las dos mujeres se miraron, Mariana se paró y Esmeralda se paralizo, ambas estaban perdidas y solo se señalaron, pero mi esposa muerta, ahora muerta viviente, se asombró y pude notar cierto enojo, pero se desmayó y todos fueron a auxiliarla.
