La Ex- Emperatriz Será Mi Esposa

Akai había sacada a kana lejos del palacio. Más allá de la capital imperial, un pueblo comercial donde ambos estaban en un pequeña tienda. Éste le ofrece un poco de té ya que habían Caminado un largo camino, lo cuál le sirvió para que kana pensara y no se quedará estancada en sus lágrimas.

Kana tomó el vaso de té y al lado de Akai, donde se que era como su refugio, habló sin vida en su voz.

— le di todo durante estos años. Mis esfuerzos, mis anhelo y sobretodo mis sentimientos...— tal vez ya no habría más lágrimas que derramar, sin embargo, ella sin algún gesto en su rostro, saca un par de lágrimas más.

— eso no es cierto.— aclaró él, limpiándole esa lágrimas con su dedo índice— no te quito lo más importante y eso es tu fuerza y determinación, algo, que te ayudará a superar cualquier mal. Sabía que eras una mujer de carácter desde que te conocí y lo volví a comprobar al verte luchar contra Raiden.

— quizás... El dolor en ese momento se convirtió en fuerzas para no dejarme contra un hombre al cual nunca me amó. Aún así, al no verlo más, me quebré completamente.

— kana... Escúchame. Este dolor solo será momentáneo e inevitable por un tiempo, pero solo tú decides si quedarte con ese sentirmiento para siempre o seguir con la vida.

Ella lo observa con atención. Ya que en gran parte tenía razón.

— En un futuro, tengo la certeza de que te veré reír tanto que tendría que callarte y eso, sería lo mejor, volver a como salíamos ser de niños ¿Recuerdas?

— ah sí...— recuerda con una risa— tu presencia me hacía divertir tanto que los tutores me castigaron por desordenada y me obligaron a ser silencio por unos días. Raiden se abstuvo de verme por temor a ser castigado, pero tú siempre me visitabas en secreto.

— simplemente me gustaba estar a tu lado. Nunca me juzgaste al ser solitario y serio. Raiden me tachaba de ser un niño no amado, él decía que yo me alejaba de lo demás porque nadie me quería, pero el verdadero motivo era que no confiaba en cualquiera...— le ofrece un dulce de miel— hasta que te conocí e hiciste mi vida diferente. Una niña que siempre estaba despeinada y con una actitud tan positiva y alegre que contagiaba.

Kana lo tomó ya que su estómago comenzaba a tener apetito.

— ya dejé de ser esa niña que veía que su vida iba hacer un cuento de hadas.

— y yo dejé de ser el niño que no era capaz de proteger a una mosca. Ahora, soy diferente y puedo protegerte como se debe.— kana lo mira con atención mientras que comía su dulce— ahora que has dejado el palacio y a Raiden, puedo llevarte conmigo a mi imperio.

— Akai... Pero, podría ser una carga para tí. Ya no soy la emperatriz, prácticamente ya no soy nadie y no tengo nada para pagarte.

Akai golpe con sus dedos la frente de kana.

— ¡Auch!

— tonta. Jamás serías una carga, no es necesario que me pagues y sobretodo, para mí sigues siendo algo preciado de mi niñez que jamás podré olvidar. Te llevaré a mi hogar, donde estarás sana y salva de las manos de Raiden. Él, al darse cuenta de la gran mujer que perdió, tratará de buscarte— Se levanta y declara— pero lo mataré si lo intenta.

— Akai...

— será un viaje largo, pero no te forzare a seguir mi ritmo.

— no importa— expone, con una pequeña sonrisa— será una aventura como a la que imaginábamos de niño, será perfecto para olvidar todo lo malo que he sentido.

Akai miró los ojos enrojecidos de kana, al cual se veían muy cansados, ya era mas de mediodía, pero ella se le notaba la pesadez y tristeza que la única forma de quitarlo era descansar un poco en un lugar cómodo.

— kana, duerme, has pasado un día trágico, yo te cuidaré mientras descansas.

— ahora que lo dices... Siento como mis ojos me duelen. Necesito cerrarlos un momento.

Akai pensó en buscar una posada para la comodidad de ella, sin embargo, ella no aguantó más y se recostó en su hombro.

“nunca cambias... Sé que superarás ésto, eres más fuerte que Raiden, por eso no pude evitar querer desde un principio."

Minutos después, Akai acostó en su regazo a kana para mantenerla cómoda sin despertarla.

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La comodidad de ella era la de él. Durante años, Akai se preocupaba por ella a pesar de la distancia y de que amaba a otro hasta ahora, también él sentía que no era el momento de verla, ya que no soportaba el hecho de que amara a alguien que no la merecía. Hasta que recibió una urgente misión por parte de su padre, donde tenía que ir a investigar la verdadera causa de la muerte del difunto emperador, por eso, Akai no quería que nadie supiera de su presencia, pero no evitó visitar a kana para después saber que Raiden la había traicionado. Y así tener una oportunidad de rescatarla de ese engaño que había vivido por años.

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— ¡Eres un grandísimo estúpido!— la emperatriz madre abofetea a Raiden de una manera que le deja herido el cachete.

Ella daba vueltas en la habitación sobándose la mano de lo fuerte que se desquitó con su preciado hijo.

— ¡¿Como se te puedo ocurrir la idea de dejar ir a esa niña ilusa?! ¡¿Acaso no era lo que planeábamos?! ¡¡¡Por qué lo arruinaste con una miserable mujer que no vale nada!!!

La emperatriz madre estaba furiosa, pero no era de menos, ya que Raiden dejó ir a la emperatriz más estratega e inteligente del gabinete del palacio.

En su defensa, Raiden habla.

— no fue mi culpa. No sabía que Kana se iba a revelar ante la situación de que yo tuviera una concubina con mi heredero en camino. Eso fue todo.

— ¿Acaso no conocías a tu esposa realmente?— preguntó con ironía.

— claro que sí. Creí que me amaba tanto que no le importaría que yo tuviera una concubina por el bien de ambos. Pero ya veo que su amor era mentira, de lo contrario, ella hubiera permanecido a mi lado sin importar nada.

La emperatriz únicamente se quedó en silencio dándole la espalda.

“ la idiotez de mi hijo no pudo ser más grande. Dejó ir a Kana, la única que era capaz de ayudarme, tengo que buscarla y convencerla de que regrese"

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