¿Qué harías si estuvieras enamorada de tu hermano adoptivo?
Kira Moreau fue adoptada a los cinco años y desde entonces ha visto cómo su vida cambia de la noche a la mañana, pasando de una vida simple y ordenada a una vida lujosa.
Hoy, a sus veintidós años, es el rostro de las joyerías Moreau y, tras una campaña, debe mudarse a la casa de su hermano mayor, Nero. ¡Y ahí descubrirá un sentimiento abrumador que cambiará para siempre sus vidas! ¿Será que este sentimiento es capaz de superar tabúes? ¿Puede el amor vencerlo todo?
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Capítulo 6
Tan pronto como Nero se fue, aproveché para sacar mis cosas de la maleta y ponerlas en el armario, me di una ducha y me puse ropa más cómoda, unos jeans y una blusa básica blanca, recogí mi cabello en un moño informal y fui a la cocina a preparar algo de comer, puse la televisión en la serie que estaba viendo y me fui a la cocina, que estaba integrada con la sala de estar, me hice un zumo de naranja y un sándwich con el pollo desmenuzado que había en la nevera, me senté en el sofá y pude relajarme un poco.
Era increíble que incluso sin que él estuviera su imponente presencia era notable en cada rincón del apartamento.
Tan pronto como terminó mi episodio, cogí mi teléfono para ver las noticias y ponerme al día con algunas exigencias sobre el proyecto Ocean.
Oigo un ruido y las puertas del ascensor que dan acceso al apartamento se abren con nada más y nada menos que Camille, la prometida de Nero.
Clava sus ojos en mí en el segundo paso que da dentro, me examina de arriba abajo e incluso me miro para ver si hay algo raro en mí, ¡pero no!
—¿Qué haces aquí?
Me pregunta como si fuera una intrusa, me levanto del sofá poniendo mi plato y mi vaso en la mesa de centro antes de responder.
—Vine para hacer la campaña...
—¡Ja! Todavía no entiendo por qué serás el rostro más allá. En fin, Nero sabe lo que hace...
Deja su bolso encima de un mueble y luego sube a su habitación, me pongo las zapatillas y llevo las cosas a la cocina, las pongo en el lavavajillas para dejarlo ordenado y escucho el clic clac de sus tacones volviendo. Respiro hondo porque sé que me va a acribillar a preguntas...
—¿Dónde está?
—Que yo sepa, ¡se ha ido a trabajar!
—¿Y por qué estás aquí sola?
—Bueno, voy a quedarme aquí durante el proceso de divulgación...
—¿Aquí en su casa?
Me contengo la risa porque me mira como si me hubiera salido una segunda cabeza, sinceramente, qué paciencia, ¡no sé cómo la aguanta!
—Sí.
—No es posible, él nunca lo permitiría, esto debe de tener la mano de Agnes, ¡eres su favorita!
Mi paciencia casi se agota al verla hablar así de mi madre con tanto desprecio, pero me contengo para no crear un conflicto con Nero el primer día.
—Mira, Camille, no estoy aquí para molestar, solo vine a petición de mi madre y de mi hermano. Sobre preferencias, debes de estar equivocada, si conocieras a mi madre sabrías muy bien que ella no es así y hace por todos lo mismo.
—¿Equivocada aquí solo puedes estar tú, querida? Ya que estás en esta familia por favor, con solo mirarte se puede ver desde lejos que eres una pobre desgraciada que ha prosperado en la vida.
—Camille, respeto a Nero y por él me quedaré callada, pero no voy a permitir que me menosprecies o me trates mal, ¡ya he hecho suficiente por ti para recibir este odio gratuito!
—No siento odio, no te preocupes, ¡es solo pena! ¿De verdad crees que después de que Agnes no esté entre nosotros los chicos lo dividirán todo contigo? Disfruta, Kira, ¡mientras tu mami te defienda! Ya he notado la indiferencia de Nero hacia ti, apenas habláis y por eso me ha parecido raro que te dé cobijo pero hablaré con él y te sacaré de aquí.
—¡Haz lo que quieras!
Voy hacia mi habitación para acabar con esta discusión sin sentido que ya me está aburriendo.
No contenta, ella viene siguiéndome y entra detrás de mí sin dejarme cerrar la puerta, ¡qué horror!
—No te he autorizado a que te vayas, ¡todavía no he terminado!
—Sabes, Camille, pensé que eras una mujer más inteligente, ¡pero veo que me he equivocado de lleno!
—¿De qué estás hablando, aprovechada barata?
—Para mí ya es suficiente, ¡no estoy aquí para escuchar tus desplantes! Pero voy a darte un consejo, por lo que conozco a mi hermano, si sigues por este camino con su familia este compromiso no pasará de ser un simple anillo en tu dedo. Porque conozco los valores que le han inculcado y tú no cumples ninguno de ellos.
Cojo mi bolso y salgo del apartamento lo más rápido posible dejándola fuera de sí.
Salgo del edificio y me detengo fuera, pensando adónde debería ir ya que está empezando a anochecer. Llamo a Nico, que me contesta al tercer tono.
—Mira quién es, la princesita de los Moreau, ¿a qué debo el honor?
—¡Tonto! Necesito alejarme un tiempo, ¿dónde estás?
—Pensé que querrías descansar hoy, ¿ha pasado algo?
—Camille ha pasado, pero hablaremos en persona.
—¿Qué ha hecho esa bruja?
Su tono de voz despreocupado se vuelve preocupado.
—¡Por lo visto Nero la ha dejado al margen de los últimos acontecimientos!
—Voy a mandarte una dirección, es un café, está cerca de la oficina y del restaurante... un lugar neutral. ¡Espérame allí!
—De acuerdo.
Tan pronto como recibo la dirección, llamo a un taxi y a los pocos minutos estoy allí, era un lugar bien situado y se podía ver la Torre a lo lejos, estaba lleno, así que elegí un lugar en el exterior para contemplar la vista y el atardecer. Enseguida aparece una chica muy amable entregándome el menú.
—Buenas tardes, ¿ha elegido su pedido?
—¡Hay tantas cosas ricas que estoy hasta indecisa, jaja!
—Si me lo permite...
—Por favor.
—La tarta parisina es lo mejor que ofrecemos.
Sonríe y entonces veo su nombre en el uniforme.
—Por favor, Atenea, voy a querer un trozo y un café.
—Enseguida se lo traigo.
Se va y yo me quedo observando a Atenea, era dueña de una sonrisa preciosa a pesar de que sus ojos mostraban cierta tristeza, antes de que llegara mi pedido Nico me abraza con fuerza, lo que yo le correspondo con mucho gusto.
Y entonces nos sentamos.
—¡Te he echado de menos! ¿Has hecho un buen viaje a pesar del jaleo con Camille?
—Sí, todo tranquilo. Estoy deseando empezar a trabajar y volver a casa.
—¿Acabas de llegar y ya te quieres ir?
—No encajo en esta ciudad y lo sabes.
—Entonces vamos a tratar de cambiar eso cuanto antes.
Hasta que llega la camarera y toma nota de los pedidos de Nico y entonces nos ponemos al día, le cuento lo que ha pasado con Camille y Nico se pone como loco prometiendo tener una conversación seria con Nero y amenazando con sacarme de allí si no pone a su novia en su sitio.
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