ZAILA: UN MUNDO PARA IGAN

Seygan vendo su mano, la tomo en brazos, tomo su intercomunicador y llamo a sus hombres.

Seygan:"Akin, despierta a Daher y vengan ahora mismo al portal del tiempo, esperenme ahí"

Akin:"¿pasa algo señor?"

seygan:"encontré a la princesa, no se lo digan a nadie" dijo por toda respuesta.

Le dijo al niño:"sígueme Igan"

El niño fue tras ellos sujetándose de la capa de Seygan y llegaron al portal, Igan entendió lo que debía hacer y volvió a extender sus manos delante del portal haciendo que este se abriera de nuevo, Seygan:"ven conmigo Igan, vamos a ayudar a Zaila"

El niño entro detrás del hombre y al cruzar el portal de luz pudo ver un lugar completamente nuevo, un lugar que no había visto antes y dos hombres esperándolos del otro lado.

Por otro lado Akin y Daher miraban sorprendidos a su general, cruzar el portal con una hermosa mujer de cabellos plateados y piel nívea en sus brazos de inmediato  pudieron reconocer a su princesa, ella vestía de forma extraña y vieron a un niño de cabello plateado y ojos rojos muy  asustado que se sujetaba de la capa de su general.

Antes de que pudieran decir algo Seygan hablo primero.

Seygan:"Akin toma al niño y síganme a la cueva del despertar"

Akin tomo al pequeño Igan y los tres  hombres se elevaron del suelo para dirigirse a la cueva del despertar.

Igan:"¡estamos volando!" Dijo sorprendido 

Akin le sonrio al niño.

Akin:"señor,¿Que está pasando?"

Seygan:"la princesa está experimentando su primer despertar"

Ambos hombres se miraron sorprendidos.

al llegar a la entrada Zaila empezó a brillar de nuevo, Seygan corrió al interior de la cueva con Zaila en sus brazos justo a tiempo para depositarla en la fuente cuando su cuerpo empezaba a elevarse de nuevo.

Fuera de la cueva un consternado Daher se rascaba la cabeza:"¿su primer despertar?, ¿Que no está muy grande para eso?"

Akin:"según supe se creía que la princesa no tenía poder alguno, es por eso que nuestro general se vio obligado a ser el más fuerte para poder protegerla" decía mientras aún sostenía al niño en sus brazos.

Igan:"¿Me puedes bajar?"

Akin miró al niño como si se acabará de dar cuenta de su existencia:"¿Y tú quién eres?" Dijo después de bajarlo.

Igan:"yo soy Igan"

Daher:"hola Igan"

Igan:"hola, ¿y ustedes quienes son?"

Daher:"yo soy Daher y el es mi amigo akin"

Igan:"¿porque ese hombre se llevó a Zaila allí adentro?"

Akin:"te refieres al Gran general"

Igan:"¿Es un general?"

Daher:"es un Gran general”

Akin:”ese hombre es un poderosisimo general, el Gran general del norte, el está por debajo solo del ministro de guerra y de Rey, y se llevó a la princesa ahí adentro, por qué ella necesita estar ahí para poder despertar sin sentir tanto dolor, después de un día dentro de la cueva verás que tu amiga la princesa estará bien, no te preocupes"

Igan:"¿Cuál princesa? ¿Zaila?"

Daher:"si, la princesa"

Igan río ante la ocurrencia de esos adultos creían que su mamá era una princesa, cuando el sabía muy bien que era una recepcionista en un hotel.

Igan:"ella no es una princesa,  su nombre es Zaila, no princesa"

Akin curioso miró al niño de forma interrogante:"oye niño y a todo esto ¿que tienes tú que ver con la princesa? ¿Por que te atreves a llamarla por su nombre?"

Igan:"es que ella es mi mamá" dijo el niño con total inocencia.

ambos hombre abrieron  muy grande los ojos ante tamaña revelación y se inclinaron ante el niño para decir al unisono:"saludos príncipe, sus siervos lo saludamos"

Dejando así a un pequeño Igan muy sorprendido.

Minutos despues, en la entrada de la cueva habían encendido una fogata ya que su general no les dijo lo que debían hacer y no quisieron interrumpirlo así que  después de lavar las manos del niño , convencerlo que su madre estaría bien y explicarle quienes eran y donde estaban habían logrado que el pequeño Igan durmiese en una improvisada cama de paja seca envuelto en las capas de ambos hombres, había sido una noche difícil para el pequeño y por más que intentará no dormirse había caído rendido de cansancio.

ambos hombres  miraban en silencio la fogata hasta que Akin se atrevió a preguntar.