1. LOS INICIOS

Recuerdo

Zaila era la única  hija mujer del príncipe Antares hermano del rey, aunque era una princesa por derecho propio su concepción fue cuestionable, pues su madre había sido una sirvienta que en cuanto la dió a luz se fue abandonandola en el palacio después de recibir una gran suma por su silencio, razón por la cual la princesa consorte, la odiaba y le hacía la vida difícil cada vez que tenía la oportunidad, aún así por ser la única mujer de su generacion recibió la misma educación que cualquier dama de la corte, y el echo de que no haya despertado sus habilidades a los catorce años como el resto lo hacían, la volvía aun más lamentable, los dos hijos de la princesa consorte despertaron sus habilidades a temprana edad y se burlaban de ella, haciendo que otros nobles también le perdieran el respeto y le jugarán bromas pesadas, así que ella trataba de evitar a toda costa relacionarse con cualquier persona.

Sirvienta:"dama, el príncipe mayor desea ver a la pequeña princesa"

La dama era la institutriz personal de Zaila, una duquesa prima lejana de su padre, ella era la encargada de impartirle el conocimiento necesario que debe tener alguien de su rango"

dama:"¿en donde se encuentra el príncipe mayor?"

Sirvienta:"en su despacho"

dama:"princesa Zaila, su padre desea verla

Zaila levanto la mirada del libro que repasaba,  Zaila:"ya voy señora"

Dama:"apresúrate ya escuchaste lo que dijo la sirvienta, dirígete al despacho del príncipe" dijo mientras pensaba (que inutil es si no fuese que la sangre real corre por sus venas no serviría para nada)

Zaila hiba por el camino tratando de recordar que hizo mal para que su padre solicitará su presencia, cuando era más que sabido que no soportaba verla por el hecho de ser mujer, eran pocas las veces que la veía al año y apenas cruzaban unas cuantas frases, la única razón por la que la tenía era porque llevaba su sangre y al ser la única mujer nacida entre los descendientes reales en mas de una década la convertía en una excelente moneda de cambio, ya que también era muy bella, sus ojos violetas y su cabello blanco, junto con su piel de porcelana eran algo poco visto, aún más todos estos rasgos juntos en la misma persona era rarisimo y por eso  las jóvenes de las familias nobles le tenían envidia, ya que a pesar de vestirse de forma sencilla resaltaba de entre todas ellas, el príncipe se dió cuenta de que a pesar de tener solo catorce años su hija despertaba la atención de los pocos hombres de la corte que habían tenido la suerte de verla y aunque ella no era muy sociable y prefería pasar sus día en el pequeño bosque que rodeaba el palacio en compañía de los animales  ya que ninguna criada quería acompañarla, temeroso de que algo le ocurriera y perdiera su valor decidió contratar un escolta que se encargará de su seguridad, mando a su capitán de guardia que escogiera al joven más hábil  y leal de entre sus subordinados para que se convirtiese en su escolta y de esa forma pueda proteger a la princesa.

Al llegar a la puerta Zaila arreglo su vestido y tocó la puerta, la voz ronca de su padre le ordenó pasar, al entrar vio a un joven con poco más de quince años parado frente al escritorio de su padre era obvio que era un guardia nuevo en el palacio.

Príncipe:"Zaila, como as estado"

Zaila:"bien padre"

El príncipe la miro un poco incómodo y Zaila recordo que no debia llamarle padre porque eso lo incomodaba y bajo la mirada.

Príncipe:"¿dime hay algo que te haga falta?"

Zaila:"nada mi señor"

Príncipe:"¿Algo que desees?"

Zaila:"nada, todos lo que necesito me es otorgado señor, tal y como usted ordeno"

Príncipe:"que bueno…, Zaila, este es Seygan, apartir de hoy estará a cargo de tu seguridad, irá a donde tú vayas y estará a tu servicio, sera tu sombra y jamás se separara de tí "

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