Amor Prisionero

Socorro no sabía cómo contactar a Victoria así que fue a la universidad a ver si le podían dar el teléfono de su hija allá en Francia...

Señora, no le podemos dar esa información, ¿qué es lo que necesita?

Socorro tenía que inventar algo para que su hija regresara...

Es que no sé cómo decirle esto, me da vergüenza, es algo muy delicado...

Pues díganos, no hay problema...

Lo que pasa es que Victoria tiene una enfermedad muy contagiosa, por eso camina así, la enfermedad le ha ido carcomiendo los tejidos de la pierna, no hemos querido decir porque ella tiene el derecho a estudiar como todos los chicos de su edad, discúlpenos, fue un error…

¿Error?, ¿llama usted error cuando sabe que su hija tiene una enfermedad contagiosa y no nos lo dijo?, ¿sabe cuántos alumnos hay en la Universidad de Francia?, puede retirarse nosotros arreglaremos esto...

Con permiso, al darse la vuelta una sonrisa siniestra se dibujó en la cara de Socorro...

Alfonso echaba de menos a Vicky, desde que la vio tan desvalida sintió pena por ella, pero después con el tiempo el amor fue aflorando, él solo estaba esperando una oportunidad para decirle lo mucho que la ama...

Él despuntaba para convertirse en un ingeniero en sistemas, él, aunque no era rico tenía lo suficiente para vivir bien, sus padres podían darse el lujo de pagarle los estudios...

Últimamente, lo notaban muy serio y cabizbajo, eso no era normal en él, ya que siempre andaba con la alegría que contagiaba a todos...

¿Qué te pasa hijo?, sabes que puedes confiar en mí...

Lo sé mamá, pero hoy no quiero hablar de eso, perdón...

Alfonso se fue directo a su cuarto, quería recordar a Vicky, tenerla para él solo, aunque solo sea en su mente...

"Victoria, ¿por qué no regresas? Necesito decirte cuánto te amo por favor"...

Alfonso era un hombre muy educado siempre trataba bien a todas las mujeres sin excepción...

Sus padres estaban muy orgullosos de él, iba muy bien en la universidad ya casi terminaba los estudios, ya solo le faltaban dos semestres para recibirse...

Sus padres le pensaban hacer una fiesta de graduación, para premiar a su hijo por tanto esfuerzo. Claro, todavía faltaba algo de tiempo...

Pero ya estaban buscando un lugar para poder hacer la fiesta...

En Francia...

Victoria estaba en su clase, de pronto una maestra entró pidiendo hablar con ella...

Señorita Victoria vaya por favor con la maestra...

Victoria se extrañó de que la maestra no se acercara a ella, sino que empezó a caminar paralelo pero sin acercarse...

La maestra, su vez, se le quedaba viendo a la pierna que tenía mala...

¿Cómo te lastimaste esa pierna?, le preguntó...

Discúlpeme maestra, pero eso no viene al caso, ¿por qué tendría que explicar parte de mi vida?, Dijo Vicky por toda respuesta...

"Si no quiere hablar de eso es porque algo oculta, tal vez sea verdad lo que dijo su madre"... Pensó la maestra...

Ya en la dirección, la maestra la interrogó como si fuera un criminal...

Mire, señorita Victoria, están pasando cosas raras, necesitamos saber toda la verdad acerca de su vida... De eso depende que siga estudiando aquí o que la deportemos a su ciudad natal...

Pero, ¿de qué habla maestra?, mi vida personal es muy mía, es privada, ¿por qué querría saber algo de mí?, todo lo que necesite saber está en mi expediente, no hay trampas ni nada pero mi vida privada es muy mía, Victoria se defendía como podía...

Bueno solo díganos qué le pasó en esa pierna, dijo la directora...

Maestra con todo respeto, ¿eso que tiene que ver con mi preparación académica? Yo lo único que quiero es estudiar no hablar de mis piernas...

Nosotros como directivos tenemos la obligación de checar que todo esté en orden y si usted tiene una enfermedad contagiosa lo mejor será que regrese a su país, aquí no aceptamos a ninguna persona con enfermedades, ¿por qué?, porque tenemos muchos alumnos y no quiero que se me vayan a contagiar, ¿está claro?

Pero maestra, ¿de qué está hablando? Yo no tengo ninguna enfermedad contagiosa...

Entonces, ¿por qué no quiere decirnos lo que le pasó a su pierna?...

Eso es algo muy privado mío, ¿por qué quiere saberlo?

Está bien si no es capaz de decirnos lo que le pasó a su pierna, entonces está expulsada de esta escuela...

Está bien, no se preocupe, pero quiero asegurarle que si no es aquí será en otra escuela pero yo voy a terminar mis estudios, y se acabó, yo no voy a permitir que nadie me echa a perder mis sueños, ni que se meta en mi vida privada...

Y si ya es todo me retiro, con permiso maestra...

En cuanto estaba en el cuarto que compartía con otras dos estudiantes se puso a llorar amargamente, las chicas al verla llorar se acercaron a ella preguntándole qué le pasaba...

Victoria, sin hacer caso se puso a hacer su maleta...

Pero, ¿qué haces, a dónde vas?, una de sus compañeras le preguntó...

Me voy, me regreso a mi país...

¿No estás a gusto aquí, por qué quieres irte?

Bueno, no es que quiera irme precisamente, la directora me dijo que me fuera, me ha expulsado...

Pero, ¿por qué ha hecho eso?

No lo sé; fue cuando Victoria ya no pudo soportar más y se echó a llorar...

Cálmate Vicky voy a hablar con la directora a ver qué pasa...

Ya déjalo así, la directora fue muy contundente, me dijo que me fuera porque tenía una enfermedad contagiosa que no sé de dónde sacó esa información, pero la verdad es que yo no tengo absolutamente nada estoy muy bien, solamente porque tengo la pierna así, pero yo no le pienso dar explicaciones a nadie...

Tienes razón amiga, no se puede hacer nada, te deseo un buen viaje y ojalá algún día nos volvamos a ver ya convertidas en azafatas...

Eso júralo Lizeth, voy a hacer una azafata cueste lo que me cueste...

Así se habla amiga jamás pierdas las esperanzas, tú eres muy buena estudiante y estoy segura que lo lograrás, si alguna vez terminas tus estudios y eres una azafata no dudes en buscarme...

Gracias, eso haré te lo prometo, un abrazo selló la despedida, la otra chica que estaba ahí también llegó a abrazarla aunque no llevaba mucha amistad que digamos...

Bueno, ya me voy, fue un placer conocerlas aunque estuve muy poco tiempo aquí, pero algún día nos encontraremos, gracias por todo...

Victoria salió, pero contrario a lo que todos pensaban iba con la cabeza muy en alto segura de que ella algún día cumpliría su sueño y para nada se sentía humillada...