Tus Ojos

-Wow Mila, si no te conociera no te creería nada de lo que me estás contando, se que fue una misión difícil, pero..... Mmmmm--

Me miraba con escepticismo, aunque en el fondo sabía que si alguien podía vivir algo así, era ella. Mila tenía esa mezcla de lógica y caos que convertía su vida en una serie de eventos inexplicables.

-Adelante, pregunta lo que quieras saber, yo te conozco--

Se rio suavemente -- Está bien, está bien, cuéntame del chico, te aseguro que si te hubiera visto como humana se habría enamorado de ti--

alce una ceja, sin quitar esa expresión sarcástica que me caracteriza.

--no seas tan creativa, obviamente no iba a pasar nada en cualquiera de los dos estados-- le dejé claro.

--mmmmm si eres aguafiestas, bueno pero por lo menos ¿sabes quién es?-- negué.

-- Un tal Frederic Villamil eso me dijo él--

Su reacción fue inmediata, su cuerpo se tensó, y a la vez, sus ojos se abrieron como platos.

--¿Qué?.... ¿Frederic Villamil?-- preguntó con asombro.

--óyeme hoy aparte de curiosa y creativa, amaneciste sorda, sí, Frederic Villamil-- le repetí

Se llevó una mano al pecho, teatral, como si le faltara el aire -- ay niña, te topaste con el hombre más guapoooo que podrías encontrar en tu vida, definitivamente vas a ser una solterona por distraída-- se burló.

Rode mis ojos -- ¿y quién te dijo que me interesa tener a alguien en mi vida? además ¿qué tiene de especial ese hombre?--

--Bueno, pues empezando que es súper guapo, es... o bueno, era, el CEO de una empresa prestigiosa de investigadores privados, VillamilInvestigation, creo que tu padre debe conocerlo-- me contó Vivían.

--¿es o era?, decídete porque ya me estás confundiendo-- le pedí.

-- Al parecer perdió todo ayer, resulta que tenía una novia y tal parece que lo embaucó, pero bueno, él se lo buscó--

-- No digas eso, uno nunca espera que lo traicionen, créeme que si él hubiese sabido que eso iba a pasarle no lo habría perdido todo porque lo habría evitado...-- era lógico.

.....<>...(esto último lo dije en un susurro)

--¿qué dijiste?--

--no, no nada, que pobre hombre, ojalá todo se le solucione--

--tú deberías aprovechar esa oportunidad y le ofreces tus servicios, quizás puedas ayudarle a recuperar todo-- me dijo.

--no lo sé, además él me vio convertida en gato, sería raro que yo me apareciera frente a él y decirle ¡¡hola soy yo!!--

--ay por favor, tú eres muy inteligente, sé que buscarás la forma-- tenía razón.

--no lo sé, voy a pensarlo, ahora tengo mucho trabajo y no lo puedo descuidar--

--está bien, pero te conozco, y sé que lo vas a ayudar--

--no tengas muchas esperanzas, quizás yo sí quiera ayudarlo pero no sabemos si eso es lo que él quiere--

Tuvimos que cortar nuestra conversación porque en ese momento entró el decano y comenzó a impartir su clase.

Aunque traté de concentrarme, mi mente seguía repasando cada momento del encuentro con Frederic. Su voz, su mirada, la forma en que no me apartó cuando me acurruqué a su lado… Era extraño, había sido amable, casi cálido, como si de verdad necesitara sentir que alguien, lo comprendía.

Estuvimos toda la mañana entre clase y clase. Normalmente el primer día no se estudia tanto, pero precisamente hoy sí, y el cansancio que tengo no me está ayudando nada.

Cada hora parecía más pesada que la anterior, y aunque trataba de copiar lo esencial, mi letra se iba deformando con cada línea, los párpados me pesaban y tenía que pellizcarme para mantenerme despierta, Vivían me pasaba dulces y garabateaba comentarios graciosos en el margen de mi cuaderno, intentando que no me durmiera, qun así, nada podía contra el agotamiento que sentía.

Llegó la hora de salida......

--Vivían, después me explicas todo, hoy a duras penas tomé apuntes-- le pedí el favor.

--dale amiga, no te preocupes, yo te pongo al día, mejor vete a descansar--

--gracias, sí, me voy a dormir, no sé qué me tendrá preparado mi padre para esta noche--

Me despedí de mi amiga y me fui directo a mi casa, la verdad, caminé por inercia y mi subconsciente me guió, porque estaba demasiado agotada, incluso sentí que choqué con alguien pero no quise detenerme.

No lo noté en ese momento, pero al pasar junto a él, mi pulso se aceleró de forma absurda, era como si mi cuerpo hubiese reaccionado antes que mi mente.

NARRACIÓN DE FREDERIC

Hoy ha sido un día caótico, entre ir al banco a solucionar lo de mi cuenta anónima y buscar un lugar donde vivir, no había tenido tiempo de buscar algo para comer, y como estoy en compañía de Rodrigo, quizás el único que realmente es leal a mí, decidí invitarlo a almorzar.

Nos sentamos en un restaurante discreto, no muy lejos de la universidad de donde me gradué, mientras él hablaba de posibles alternativas, yo apenas podía concentrarme, tenía demasiadas cosas en la cabeza, no solo era la traición de Emma, sino la forma en que todo había colapsado como un castillo de naipes.

Después de quedar satisfechos y sin perder mucho tiempo salimos para continuar con mis pendientes, cuando de repente vi que una chica venía hacia mi dirección, parecía caminar sin ver, sin notar a su alrededor, cuando ya estuvo lo suficientemente cerca pasó por mi lado, chocando conmigo, pero fue como si no existiera ya que no se disculpó y continuó con su camino.

La verdad, no reaccioné. No porque no me hubiese dado cuenta del choque, sino por sus ojos, algo en ellos me dejó desconcertado y sin posibilidad de reaccionar.

Era como si los hubiese visto antes, no su rostro, no su figura, sino… sus ojos, había algo en ellos que me querían traer recuerdos, una familiaridad inexplicable, durante un instante, un recuerdo fugaz de la noche anterior se coló en mi mente, el gato, ese gato que pareció entenderme más que cualquier persona en semanas.

Rodrigo me tocó el brazo --¿Estás bien?--

--No lo sé… creo que acabo de ver a alguien...--

--¿A quién?-- indagó.

--No estoy seguro. Pero sus ojos…--

Me volví lentamente para mirar hacia donde se había ido, ya no estaba.

--¿Quieres que la sigamos?-- preguntó Rodrigo con un tono más curioso que preocupado.

--Nah... debe ser solo mi cabeza jugándome trucos-- concluí.

Pero no podía quitarme esa sensación, no era simple coincidencia, había algo más en esa chica, algo que me decía que volvería a verla, y esta vez... tal vez no la dejaría pasar de largo.