Es una mujer de 30 años que no a creído en la transmigracion en novela como lo hacen ver algunos escritores. Pero muere en un asidente aerio, transmigra en la villana de un novela que su madre leía y no sólo eso, es la esposa del protagonista y tiene un hijo de 5 años, que va a hacer el villano en la segundo libro.
Decide pasar que perdió la memoria, se Divorcia y decide cuidar al mini villano para que no seiga tan malo en el futuro.
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Capítulo 6
¿Tengo más familia a parte de usted? - Carolina siguió con sus preguntas para que el primer Ministro no sospechara.
- Sí, esta tu madre, tus abuelos, tus siete tíos, las esposa de estos, tus primos - al mencionar a su familia, el primer Ministro tenía una sonrisa en su rostro - cuando todos regresen te los presento, ¿está bien? -
Carolina asintió con la cabeza, miró a su alrededor - ¿Dónde estoy? -
- Estas en la mansión del primer Ministro, tu casa de soltera - la sonrisa que había en el rostro del primer Ministro había sido resprasada por una seria.
- ¿Qué me paso? - Carolina queria saber que había pasado para comprender en qué parte de la novela había transmigrado y así poder hacer un plan.
- Venía del palacio después que la reunión matutina de la mañana había termido - miro a su hija que lo mira, el primer Ministro sintió un dolor en su pecho al recordá a su hija en el suelo.
Como todos los días, la reunió de la manana había sido pesada, ver a los generales militares y los eruditos peliarsen, era muy cansado.
Al final, el rey suspendió la reunión ante de la hora, sin dudarlo salió del palacio con pasos rápidos.
Por poco y se queda dormido, pero lo bueno es que había llegado a la mansión, se iba bajando cuando escucho un grito, levanto la cabeza y miro a su hija en el suelo.
No supo en qué momento había corrido y llegado al lado de su hija - ¿Clarisa, hija? - miro su rostro pálido, en una de sus mejillas tenía cinco dedos marcados en rojo y a su lado había una maceta de flores rojas rota, esparcida por el suelo.
El primer Ministro vio salir a su esposa y miró su explecion sorprendida al verlo.
- ¿Cariño, ya llegaste? -
- Sí, ya llegué - contestó con los dientes apretados, estaba furioso, él, su padre nunca le había puesto la mano encima a su hija, por temor a lastimarla.
Pero otra persona se atrevió a levantar su mano contra su hija, como su padre se siente enojado y quien no, que padre no estaría enojado al ver a su hija golpiada.
- ¡Tiene una explicación! - la princesa Renard estaba nerviosa al ver a su esposo enojado.
Todo lo que se tratara sobre Clarisa, su esposo era el primero en defenderla y si tenía que pelear con esa persona, peliaba sin importar lo que pudiera pasar.
Hasta ella, que era la madre, la defendia contra ella misma, en esos momentos era la enemiga y no su madre.
Alzando al estilo princesa a Clarisa, el primer Ministro miro a su esposa fríamente - Por supuesto que tiene una explicación y la quiero escuchar, espero que seas honesta - se volví y entro al mansión.
Después de dejar a Clarisa en su habitación, fuero al despacho, cerraron la puerta y al mismo tiempo activo la barrera mágica, no quería que los sirvientes escuchar su conversación.
- ¿Ahora puedes explicarme que sucedió para que mi hija terminará en ese estado? - se sento en la silla si dejar de mira a la princesa Renard con friedad.