Mila, hija de uno de los hombres más poderosos de Suecia, hará todo para evitar los planes de su padre, imponiendo los de ella.
Para evitar un gran problema con su futuro, se meterá en uno peor, todo por ser tan rebelde, ¿será que de esa locura surgirá el amor?
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Capitulo 6
Tengo que idear un plan, el plan perfecto, no sé qué demonios me pasa, pero quiero que Horacio sea mi esposo, o bueno el que se case conmigo, ya qué eso será lo único que va a obtener de mí, después de eso, me iré lejos, ¡Dios que tan difícil puede ser eso! Busco mi laptop, necesito buscar información sobre Horacio, algo debo conseguir, para chantajearlo no sé.
Escribo su nombre, y espero que cargue la página, me aparecen mil Horacio, ninguno es él, ¿quién demonios es?, a menos que tenga otro nombre en las redes sociales porque es muy famoso, él dijo que estaba muy ocupado, que tiene muchas responsabilidades, ¿Cuáles serán?, ¿Qué debo hacer ahora?
Me quedo en la cama acostada, pensando, pero nada más cierro los ojos, esos estúpidos ojos azules llegan a mi mente, con esa forma de mirar tan, tan diabólica, ¡maldición!, agarro el celular y le envío un mensaje.
“Hola, ¿ya lo pensaste?”
“¿Quién es?, disculpe”
¿Qué?, ¡pero qué demonios!, borró mi número y después dice que la infantil soy yo, ¿qué demonios se ha creído el bastardo?
“Disculpa me equivoqué”
Le escribo y tampoco voy a parecer una estúpida, no señor, estoy desesperada, pero no urgida.
Lanzo el aparato lejos de mí, no quiero saber nada de nadie, qué desgracia haber nacido en esta familia.
—Señorita Mila, su papá le manda a decir que la espera en el despacho—Me informa la muchacha de servicio.
—Gracias, enseguida voy.
Me levanto sin ánimos y voy hasta su despacho.
—Dime papá, ¿ahora qué?—me siento sin ánimos.
—Tenemos que hablar del matrimonio, el Conde tuvo que salir de viaje, y no regresa hasta dentro de unos meses, Mila no hagas más difíciles las cosas—me mira con autoridad.
—Papá no me quiero casar, menos con un desconocido.
—Hija, no lo has conocido porque no quieres, todo este tiempo él ha querido conocerte, pero tú con tus berrinches no has querido.
—No lo quiero conocer, no quiero casarme, solo desherédame, y déjame ir a vivir como a cualquier persona—Intento persuadir.
—Ninguna hija mía va a andar por ahí, cómo una mendiga, viviendo de la caridad de la gente, tú eres, grande—Se levanta—Naciste para cosas grandes, no para andar en discotecas, fingiendo tener sexo con cualquiera—Me mira con una sonrisa.
Papá tú. . .—Me levanto—¿Siempre lo supiste?
—Hija—acuna mi rostro entre sus manos—Tú eres mi pequeña, no quiero mal para ti, solo quiero que tengas la vida de una reina, eso es mucho pedir.
—Papi te entiendo, pero yo no quiero ser eso que tú quieres, yo quiero ser libre, ser independiente, casarme, tener hijos, pero después que conozca a la persona indicada, sabes enamorarme—le doy un beso en la mano.
—Hija, el amor lo inventaron los mediocres, eso es basura.
—Papá, tú no amas a mi mamá—Los ojos se me llenan de lágrimas.
—Eso es otra cosa, no confundas las cosas.
Estoy molesta, cómo me va a decir algo como eso, para mí ellos eran perfectos, ahora todo se ha desmoronado, igualmente no me voy a casar con quién él decida.
—Déjame papá, estoy molesta, no quiero verte, no quiero hablar contigo.
Salgo del estudio y en la habitación me desahogo en llanto.
En la mañana me voy al gimnasio que tenemos en la mansión, mi papá siempre hizo todo para que no nos falte nada, y que nosotros no tengamos que salir a la calle, dice que hay mucho peligro y no sé cuánta mierda más, siempre pensando en que nos van a secuestrar, vaya, si fuera así lo hubieran hecho cuando estaba prácticamente sola, en América.
Me coloqué un atuendo deportivo color negro, bastante sexy, los guardaespaldas que no me dejan sola ni para hacer ejercicios.
Mientras estoy en la caminadora, mi cabeza no deja de darme vueltas buscando una estrategia, creo que he estado buscando en el lugar equivocado, eso es lo que pasa, cómo pretendo buscar un potencial esposo en una discoteca, claro eso es, cómo no me di cuenta antes, ahora voy a cambiar de estrategia, voy a una plaza o que sé yo.
A uno de los empleados no le puedo pedir algo así, puesto que mi padre acabaría con su miserable vida en un abrir y cerrar de ojos.
15 min en la caminadora, voy a hacer un poco de abdomen.
Después de una larga hora de ejercicios, agarro el paño y me seco el sudor que corre por mis pechos y abdomen.
—Voy a salir—Le aviso a mi niñera—me doy un baño y salgo, espero no tener ningún inconveniente.
Niega rápidamente y me deja pasar, aunque lo odio por no dejarme en paz todo el día cómo un chicle pegado a mí, no se puede, negar que está muy bueno el condenado, le doy una mirada atrevida, que lo hace sonrojar de inmediato.
Me voy riendo y él solo se queda atrás, supongo que me estará mirando las nalgas.
Me doy un baño y decido colocarme un vestido, que resalta el color de mi piel, no tan cortito como de costumbre, y bastante discreto, unos zapatos altos, y el cabello recogido, no me da tiempo de secarlo, me maquillo un poco, me coloco bastante loción, para llamar la atención.
Subo al auto y el guardaespaldas, espera que le diga para donde voy, pero no sé para donde ir, solo quiero ir y conocer a alguien, que tan difícil puede ser eso, me da rabia, porque no quiero casarme, sé que la reflexión de Horacio es válida, igual me voy a casar, el problema es que no quiero hacerlo como a mi papá le dé la gana, quiero que la gente sepa que no es necesario casarse para ser feliz, que nosotras solas podemos ser exitosas, pero sé que mi papá jamás me va a permitir tal cosa, mucho menos teniendo un prospecto como el fulano conde ese, que quien sabe cómo será.
—Llévame a un centro comercial—Digo por fin.
Me bajo y avanzo rápidamente buscando sentirme libre, sin que estos gorilas estén detrás de mí, lo único que hacen es ahuyentar a los posibles interesados, me siento en una mesa, que está en el área de la comida.
Suspiro mirando a todos lados, ¿qué debo hacer?, solo aceptar lo que mi padre dice y vivir una vida que no quiero, o seguir intentando conseguir lo que quiero.
A lo lejos veo a alguien familiar, será una señal.
Gracias y bendiciones