NovelToon NovelToon
Corazón De Cristal

Corazón De Cristal

Status: Terminada
Genre:Completas / Contratadas / Ascenso de clase social / Matrimonio entre clanes / Amantes del rey / Secretos de la alta sociedad
Popularitas:493.2k
Nilai: 4.9
nombre de autor: thailyng nazaret bernal rangel

Después de que el Rey Evans se llevara a la fuerza a Liliam, la vida de su hermana Sandra cambió bruscamente, su padre le ha dejado a cargo de las obligaciones de la hacienda, su vida deja de tener sentido para ella, pero comienza a tener un poco de luz cuando el General Itans llega a la hacienda para cumplir con la misión que el encomendó el rey, pero sin esperar lo que le tenía deparado el destino. Segundo libro de Corazón de Piedra.

NovelToon tiene autorización de thailyng nazaret bernal rangel para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

AGUAS TRAICIONERAS

...SANDRA:...

Salí rápidamente del estudio, completamente alterada, avergonzada y ofendida. El General Itans malinterpretó la situación, no lo había hecho al propósito, yo tenía moral y principios, jamás actuaría tan atrevidamente, en mi mente no estaba actuar indebidamente, yo nunca tomaba la iniciativa en nada que tuviera que ver con hombres y menos tocarlos.

"Se equivoca de hombre " había dicho con una mirada de leve irritación, estaba ofendido también.

Subí a la habitación con la carta de Liliam y entré rápidamente, Clara tenía un libro en su mano, levantó su mirada. Dejé la carta de Liliam sobre la mesa y fuí hacia el retrato, le quité la manta, me quedé por un momento observando ese rostro.

Tomé uno de los frascos de pintura, el de color negro y la destapé, hice ademán de aventarla al retrato pero Clara se atravesó y me arrebató el frasco.

— ¿ Qué rayos haces? — Preguntó y retrocedí, me dejé caer en el banco.

— No debí pintar ese cuadro.

— ¿ Acaso el General Itans te hizo algo ? — Clara dejó la pintura en la cómoda.

— No, no me hizo nada — Me froté los ojos.

— ¿ Entonces por qué quieres destruir la mejor pintura que haz hecho? — Se acercó y se cruzó de brazos.

— El General Itans se ofendió por algo que hice, fue involuntario, pero creyó que lo estaba seduciendo... — Me sentí avergonzada de nuevo.

— ¿ Qué fue lo que hiciste? — Preguntó con las cejas alzadas.

— Accidentalmente me distraje, crucé mis piernas por debajo del escritorio y le toqué el muslo con la punta de mi zapatilla... Se mostró tan ofendido cuando me pidió que retirara mi zapatilla y luego me dijo que me estaba equivocando de hombre... Al principio no comprendía de que hablaba... — Me cubrí el rostro con las manos — Jamás intentaría algo así y lo sabes, me sentí tan mal con la idea que tú me diste.

— Pero tú no eres esa clase de mujer y olvida esa idea, fue una mala idea que saqué de un libro erótico, solo quería darte un empujón pero ya veo que el General Itans es un hombre caballeroso y respetuoso así que no funcionará — Dijo Clara mientras se sonrojaba.

— ¿ Dónde conseguiste un libro así? — La reprendí con la mirada.

— No es el tema ahora — Dijo Clara, evadiendo mi pregunta — Lo importante aquí es que debes apartar esa mala reputación y juicio que el General Itans seguramente tiene de tí.

— No... no tengo porque convencerlo de nada — Me levanté enojada.

— Pero ese hombre no te conoce y por eso creyó que lo estabas seduciendo, es eso o tu toque inocente si tuvo efecto en él y por eso se convenció de que lo estabas provocando — Insinuó y me volví abochornada.

— Cállate Clara, eso no es así... Deja de leer esos libros sucios, te están dando ideas impropias — Le advertí y se encogió de hombros.

— Es un hombre, no importa cuán caballero sea siempre serán sexuales...

— Ya basta Clara — Supliqué y tomé el retrato.

Clara apenas tenía quince años y parecía una mujer, gracias a esos libros tocaba temas delicados sin abochornarse.

— No sé ni porque rayos lo pinté.

— Porque te atrae — Dijo Clara con rostro aburrido.

— No, claro que no.

— ¿ Si no vas aplicar la seducción entonces como vas a conquistarlo ? — Preguntó y negué con la cabeza.

— No haré nada para captar su interés.

Sonrió — Eso siempre te ha funcionado.

— No estoy tratando con uno de nuestros pasados pretendientes que solo se fijaban en nuestra apariencia. Le soy indiferente al General Itans, él claramente no está interesado en mi persona, se le nota interesado pero en sus obligaciones y por eso no intentaré absolutamente nada, me mantendré formal y alejada.

— No lo sé, eres demasiado hermosa para que él no lo note.

Toqué el retrato, aprovechando de que se había secado.

— Mis años tratando con chicos adolescentes me permitieron conocer las miradas de interés o de atracción, ese hombre no muestra nada al verme pero eso no importa en lo absoluto — Aclaré de inmediato.

— ¿ Por qué lo pintaste ? — Preguntó de nuevo.

— No lo sé, tal vez impresión, no se puede negar que es un hombre hermoso pero no hay nada más — Me acerqué al armario y lo abrí, guardé el retrato junto a mis otras pinturas.

— ¿ Te sentiste inspirada solo con eso ?... Siempre pintas con el corazón, te gusta pintar cosas que son significativas e importantes para tí — Se acercó, me observé en el espejo de la cómoda, por primera vez en mi vida no había atraído la atención de un hombre, ese hombre era muy diferente a mis pretendientes, él era maduro, formal, no un adolescente.

Yo no era una cualquiera, jamás llegué ni al toque de manos con ninguno de mis pretendientes, solo uno mereció ese derecho pero se marchó cuando caímos en la miseria así que tampoco se lo merecía, agradecí no haberme dejado besar ni mucho menos entregar mi virginidad.

— Clara, ya no quiero hablar del General Itans, te pido que no toquemos más el tema, olvidemos todo — Le pedí y me tomó las manos.

— Está bien, de todas formas no confío en ese hombre como para seguir metiendo ideas de conquista en tu cabeza, no lo conocemos lo suficiente... Le hice saber eso a Liliam en la carta.

— Oh, la carta, debo escribir mi parte — Dije y me senté, busqué pluma y tinta, empecé a escribir, hice notar mi felicidad por el bienestar de Liliam, también le hice notar que la extrañaba, las obligaciones que mi padre me había encargado desde su partida y terminé contando mi impresión sobre el General Itans.

A diferencia de él mi impresión era buena, me parecía una persona tan integra, me entristecía que no tuviera la misma impresión sobre mi persona.

De nuevo pensando en él.

Doblé la carta y salí de nuevo, me dirigí al estudio, el General Itans seguía en su trabajo, me observó pero yo no lo hice, me dirigí al escritorio y busqué un sobre.

Metí la carta y escribí la dirección del palacio. La sellé con esperma y la coloqué sobre la pila de sobres por enviar.

El General Itans me observó por varios instantes, parecía querer decirme algo pero me alejé a la puerta.

Liliam siempre había sido mi mejor confidente pero no podía contarle todo en una carta.

Después de desayunar un trozo de pan con queso, salí de la casa y me senté a la sombra del árbol favorito de Liliam, estaba haciendo calor, me gustaba como se veía la casa desde allí, con sus rejas color terracota y sus ventanas en arcos con rejas, sus columnas en el patio, el establo más allá, completamente de madera y el pequeño cuarto donde el General Itans dormía.

Me gustaba la yerba que había crecido a los bordes del camino hasta la entrada, una pequeña puerta de rejas de hierro mantenía la propiedad cerrada. El viento soplada silencioso junto con la tranquilidad del campo, ya la primera cosecha estaba creciendo. El lugar había tomado vida de nuevo, se respiraba paz.

Me alejé y caminé por los sembradíos hasta el muro, me senté al borde, me fue fácil llegar porque me llegaba hasta la cintura, las piedras apiladas estaban llenas de musgo, del otro lado estaba el bosque.

Salté hacia el otro lado y me adentré en el bosque.

Caminé entre los árboles, todo estaba fresco, el sol no lograba entrar entre los pinos, las aves cantaban y las ramas se quejaban.

Caminé por unos minutos hasta que el sonido de la cascada se escuchó cerca.

Bajé por la pequeña colina y llegué a ese hermoso lugar, el agua corría tranquilamente, me quedé a la orilla.

Sentí las necesidad de aventarme al agua, no había nadie que pudiera verme y solía hacerlo en el pasado con Clara y Liliam, aunque ella siempre le había temido a la profundidad y nunca quiso aprender a nadar. Me despojé de mis zapatillas y del vestido, tal vez nadar me ayudaría a aclarar mis pensamientos.

Me quité toda la ropa incluso el corsé y las enaguas, nadie podía verme desde allí así que caminé hacia la orilla y me adentré en el agua, estaba fresca y me sentí tan bien, el agua me llegó a los hombros y nadé, sumergiéndome hasta el fondo.

Había muchos peces dorados en el fondo y piedras pequeñas.

Nadé por mucho tiempo, salí a tomar aire, aparté el agua de mi cabello.

Volví a nadar y a sumergirme, al salir de nuevo me dirigí a la orilla pero un dolor intenso inmovilizó mi pierna. No podía moverme con agilidad, empecé a patalear desesperada e intenté nadar pero el agua parecía engullir mi cuerpo, el dolor no dejaba que me moviera.

— ¡ Auxilio, por favor, auxilio! — Grité pero no había nadie en el bosque, me estaba ahogando, mi cuerpo no respondía y el agua se me metió por la nariz y la boca — ¡ Auxilio !

El dolor me hundió de nuevo.

— ¡ Señorita Sandra! — Gritó un hombre pero no pude mantenerme consciente.

...ITANS:...

Observé como la Señorita Sandra caminaba por las tierras de su padre cuando salí de la casa, ya había terminado mis obligaciones y me disponía a ir al cuarto a entrenar un poco pero sentí el impulso de seguirla, caminé detrás de ella hasta que llegó al muro, se subió a él y saltó del otro lado.

Se adentró en el bosque, no era prudente que una mujer se adentrara en un lugar solitario, podía sucederle algo, no es que me preocupara pero su padre me había dejado encargado de ambas señoritas y si le sucedía algo era mi responsabilidad.

Así que también salté el muro y me adentré en el bosque, era un lugar silencioso pero tranquilo, mantuve la distancia mientras la Señorita Sandra caminaba muchos metros adelantes, completamente confiada y admirando la naturaleza a su alrededor.

Estuvo muchos minutos caminando hasta que se escuchó el sonido del agua corriendo y ese sonido me llevó a una cascada.

La Señorita Sandra bajó un pequeño barranco y se quedó a la orilla, noté que aquel lugar era el mismo de la pintura, le hacía mucha justicia, el agua era cristalina.

Me quedé detrás de un árbol, la Señorita Sandra se estaba quitando las zapatillas pero me dí la vuelta cuando empezó a quitarse el vestido. ¡ Qué imprudente! Alguien podía verla, me dí cuenta de que yo era el único que la había seguido hasta allí sin ninguna razón, yo era el único que estaba actuando mal, mejor era regresar antes de que notara mi presencia y lo malinterpretara.

Así que empecé a alejarme entre los árboles.

No volteé hasta que la cascada dejó de verse.

— ¡ Auxilio, por favor, auxilio! — Una voz se escuchó, gritando desesperada, me volví, esa era la voz de la señorita Sandra me debatí, si regresaba la iba ver desnuda ¿ Y si era otro de sus trucos ? ¿ Y si no estaba en apuros ?

— ¡ Auxilio! — Está vez se oyó más desesperada, como entrecortada.

No lo dude, corrí de vuelta a la cascada, con fuerza, salté por el barranco hasta la orilla.

La Señorita Sandra se estaba ahogando, movía sus brazos mientras intentaba mantenerse en la superficie, se hundió completamente.

— ¡ Señorita Sandra! — Grité y corrí por el agua hasta sumergirme, nadé al fondo, observando en todas las direcciones mientras intentaba encontrar a la señorita, la divisé casi en el fondo, moví mis piernas con fuerzas y la tomé de los brazos, nadé de vuelta a la superficie.

La Señorita Sandra estaba inconsciente, la cargué en mis brazos y la llevé a la orilla, la coloqué sobre la tierra, evitando observar su desnudes.

— ¡ Señorita Sandra, despierte por favor! — Supliqué, comprobé su pulso en su cuello, aún estaba viva.

La tomé de la barbilla, cubrí su nariz y abrí su boca, le dí respiración, una, dos, tres veces.

Junté mis manos y presioné en su pecho, una, dos, tres.

— Vamos, señorita, por favor — Supliqué asustado mientras volvía a unir mi boca con la de ella para darle respiración.

Hasta que una bocanada de aire salió de ella y el agua fue expulsada por su boca, soltó una tos mientras abría sus ojos.

— Gracias al Creador — Respiré y me senté en la tierra, agotado.

La Señorita Sandra asimiló su alrededor y respiró con fuerza.

Me observó mientras intentaba incorporarse, se apartó el agua del rostro y me volvió a observar mientras se sentaba.

La observé de vuelta y no pude evitar observar su cuerpo, sus senos, tensos por el frío y su piel blanca, su abdomen plano, aparté mis ojos antes de llegar más abajo, ya había visto demasiado, esto estaba mal. Su cuerpo era delicado, delgado pero con una bella forma.

No me quedó de otra, su vida dependía de ello, centré mi atención en la cascada.

— ¿ Qué sucedió? — Preguntó con una voz débil.

— Se estaba ahogando, por suerte escuché sus gritos y pude llegar a tiempo — Dije mientras apoyaba mis brazos de las rodillas.

— Sentí un dolor fuerte en la pierna y no pude moverme — Murmuró mientras observaba por el rabillo del ojo como se abrazaba, temblando.

— Le dió un calambre, de seguro no reposó la comida lo suficiente antes de nadar — Yo también estaba empezando a temblar, mi ropa mojada se pegó a mi piel.

— ¿ Cómo lo sabe ?

— Vivía en la costa, solía suceder mucho en la playa y mis padres siempre me advertían que no debía meterme al mar después de comer.

— No lo volveré hacer.

— Debería ser más prudente, no debería venir sola hasta acá y mucho menos a nadar — Me levanté — Tampoco debería desnudarse en lugar abierto.

Pareció darse cuenta de que estaba desnuda y se levantó en seguida mientras se tornaba sonrojada, evité observar como caminaba hasta su ropa y la recogía.

Le dí la espalda mientras procedía a vestirse.

— Por favor no comente esto con nadie, ni con mi padre — Pidió mientras escuchaba el sonido de la ropa.

— Descuide, no mencionaré nada.

— Ya puede mirar — Dijo y me giré, ya con vestida me sentí menos tenso, el cabello le quedó mojado, me observó aún avergonzada, siempre lo estaba pero hoy más.

— Recuerde lo que le dije sobre nadar — Sonreí para que dejara de incomodarse, se colocó las zapatillas.

— Lo tendré en cuenta, gracias por salvarme General Itans — Dijo y nuestros ojos se encontraron.

— No fue nada, era mi deber.

Sonrió débilmente.

— Será mejor que volvamos antes de que alguien nos observe así — Se alejó caminando.

— Claro, por supuesto.

Pero se detuvo, se giró de nuevo y caminó hacia mí.

Me quedé inmóvil cuando repentinamente me abrazó.

1
Mara
me suena a q la cuñada quería ser la vieja del nuevo duque/CoolGuy/
Ameiry Peña perez
Excelente
Cecilia Hidalgo
Wow hermosa historia me encantó, una muy bella narración y de trama excelente, ame a los protagonistas, te deseo mucho éxito en todo, muchas bendiciones, nos vemos en la próxima.
Isabel Peña
Excelente muy buena!!!!!!!!!!!
Bea Tastro
Excelente
Norma Garcia De Barros
excelente!!!!!!!✍️🫶👏👏👏👏👏
Mara
ahora él si muy digno no busca a una mujer por interés 🙄 quizá de puro amor se vive/CoolGuy/
Lorena Itriago
Excelente
Lorena Itriago
excelente
Jharumy Liviapoma manchay
Excelente
Lorena Itriago
clara es mayor o menor?
Nellys Bericote
Excelente
Anonymous
Hermosa la historia me fascinó
Yesica López
Muy beya/Smile//Smile//Smile//Smile/
Yesica López
Por el amor a Dios clara es mi favorita espero que no me desepcione al leer su novela
Yesica López
Haaa a que emoción
Yesica López
Hasta que dijo algo censato el viejo este /Shy//Shy/
Delfina Sánchez
Que difícil perdonar lo que hizo Itans 😢 y tener que verlo
Delfina Sánchez
Que paso con Itans 😢 😢
Delfina Sánchez
Es tan lindo Itans, lo amo
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play