Al Diablo Tus Reglas

Guadalupe

Salimos del despacho, decir que estoy furiosa con el idiota es poco, niñito de papi, aburrido, grosero, ¿Que esperaba? una princesa de cuento de hadas que le arroje las bragas y se enamore perdidamente; que se siente a esperar. No es mi estilo y ese traje que usa me provoca rechazo, parece un abuelo. Yo luzco ruda pero al menos me veo sexy.

No quiere que le sea infiel, como si fuera tan fácil. Si usa ese traje cada día acabaré lesbiana o ciega. Ni siquiera es gran cosa y se cree la última coca cola del desierto.

Cenamos en una absoluta incomodidad. Mis padres aún estaban avergonzados por confundirlo con un vendedor y por la mini discusión mientras que él padre de él parecía encantado.

Ver comer a mi futuro esposo me da ganas de saltar sobre la mesa y arrojarle el plato a la cara. Mira cada alimento, lo corta perfectamente y recién come, mastica mil veces y traga. Maldito niño carece de humildad.

-¿No te gusta el menú Beethoven?- sonreí inocentemente- puedo hacerte un huevo frito o pedir una hamburguesa a McDonald's

-Es Brandon, no como fritos ni grasas, te agradezco pero debo rechazar tu ofrecimiento

-Oh que pena, tendrás que acostumbrarte querido Braulio porque cuando nos casemos se acabarán las comidas desabridas que consumes

-No hará falta que cocines querida, tengo al mejor chef dispuesto a complacer mis pedidos

-Otro aburrido

-¿Que dijiste?

-Que es fantástico, de todos modos podré pedirle cosas deliciosas- sonreí de la manera más falsa posible

-¿A qué te dedicarás?

-¿Soportarte a ti no califica como trabajo?- negó- relájate cariño, te explotará la vena de cuello y sería una pena quedarme viuda antes de casarme. Respondiendo a tu pregunta ya veré qué hago con mi vida

-Buen provecho

-No comiste casi nada Braulio, ¿Te sientes bien?

Acabamos de comer y ellos se retiraron. Mis padres parecían querer matarme pero no dijeron absolutamente nada. Ya le enseñaré a ese estirado quien soy yo.

Días después...

Me llamó una organizadora para preguntarme de que color me gustaría la decoración pero al decirle negro respondió que me relaje y ella se ocuparía de todo, creo que no le gustó mi respuesta.

Mis hermanos llegaron para acompañarme estos días antes de mi matrimonio y mis hermanos me dijeron que me cuide y que si el se pasaba de listo se la verían con ellos, aunque bien saben que se defenderme bien sola. Mis hermanas por me preguntaron si era guapo así que solo lo busqué en internet y les enseñe cómo es. Dicen que es lindo, que no está nada mal y que esperan que entre nosotros surja el amor, creo que han perdido el juicio.

Mi madre y hermanas me llevaron a ver vestidos blancos como pidió Brandon. Sentí que con tanto blanco estaba en la sala de un hospital. Estoy que muero de aburrimiento, habiendo tantos colores no entiendo por qué blanco. En definitiva mientras yo me sentaba a esperar que mi madre y hermanas traigan vestidos para mí me coloqué mis auriculares.

Mi madre trajo vestidos enormes, no se si pasaré por la puerta con tanto volumen, la gemela apareció con algunos demasiado pegados al cuerpo y con transparencias y la mayor unos con volumen pero no demasiado. Todas estaban emocionadas excepto yo. Muchos me ajustaban demasiado el busto, sentía que no podría respirar, otros eran demasiado largos y con mi torpeza seguro acabaría limpiando el suelo con él y otros eran ajustados hasta debajo de las rodillas y parecía un pingüino caminando.

En uno estuvieron de acuerdo y lloraron de emoción, así que era el indicado con tal de no volver a ponerme otros veinte acepté usarlo.

Con el vestido, velo y zapatos me sentí aturdida. Fue un golpe de realidad dónde caí en cuentas que conviviria con un extraño dos años de mi vida y estaría muy lejos de casa.

El día de la boda está tan cerca y se que ahí vendrá la prueba de fuego para nosotros, espero que ninguno se queme. No nos soportamos y tenemos que fingir amor y felicidad. Solo ruego que no haya luna de miel, mudarnos lo antes posible y que se vaya a trabajar así lo veo pocas horas al día.