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LA JOYA DEL CAPÓ

LA JOYA DEL CAPÓ

Status: En proceso
Genre:Matrimonio contratado / Intrigante / Mafia / Casada con el millonario
Popularitas:3k
Nilai: 5
nombre de autor: Nene R

Bianca solo tiene un deseo: poder y respeto. Dante se lo concederá. La convertirá en su esposa y lo que en un inicio fue por conveniencia se transformará en algo mucho más fuerte.

NovelToon tiene autorización de Nene R para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

El Sueño.

DANTE

Mierda, creo que anoche me embriague.

Pero no lo suficiente para no estar consciente de lo que hice o dije.

Después de una exorbitante amenaza ante todos, pude ver que Bianca fue bien recibida en la familia. Nadie la hizo menos por ser hija de quien es o por el hecho de ser bastarda. Eso ya pertenece al pasado y ahora solo importaba quién es. La esposa del capo.

Bianca aún duerme a mi lado, luce tan calmada y llena de paz como si no tuviera al lado a un completo desconocido.

De pronto sus ojos tristes se fueron abriendo, vio el lugar donde se encontraba y después a mí. Salió de aquel mando que la cubrió toda la noche y se removió incómoda entre las sábanas.

—Buenos días—hablé.

—Hola—susurra.

Me mantengo viendo sus facciones. El rostro lo tiene sin maquillaje y esa belleza natural es deslumbrante. Labios rosados, una brillante y perfecta piel, ojos verdes y un cabello marrón natural.

—¿Sucede algo?

Su voz resonó cuando ella notó que no dejaba de mirarla.

—Siempre me gusta despertar por el lado izquierdo.

Ella mira donde está y al instante baja de la cama haciéndome soltar una risa. Sí es ingenua.

—No es cierto—baje de la cama y tome el sobre del buro—.Este es una extensión de mi tarjeta, llego hace unos días. Casi no tienes ropa aquí, así que puedes comprar lo que quieras. Yo no tengo el tiempo suficiente para acompañarte.

—¿Lo que quiero?—asiento—¿Puede ser un MP3?

—Lo que quieras—me acerque a ella y acaricie su mejilla. Estuve parado mientras que Bianca se quedó sentada en la cama.

Entre al armario y me vestí. Tengo que hacer unas diligencias aún. Tarde poco y al salir vi a Bianca con su celular en mano.

—Tu guardia se llama Antón. Tiene órdenes que no puede separarse de ti y mantener a salvo.

—¿Y si necesito ir al baño?

—Aguantas hasta que llegues a casa porque él no entrará contigo.

Ella asintió. Volví acercarme a ella y dejé un beso en su frente. Al estar cerca de ella pude oler un dulce aroma a fresas. Me imaginé que solo dentro de un tiempo todo esté cuarto va a tener su olor.

—Compra comida, ropa, cosas de mujeres y tu MP3 está incluido.

—Gracias Dante—sonríe, adoro su sonrisa ¿Quieres que desayunemos juntos?

—No desayuno. Es solo pérdida de tiempo.

Ella frunce el ceño—.No es cierto. Entonces ¿El almuerzo? No me digas que no comes.

—Eso sí. Bien, vendré por ti más tarde y saldremos a almorzar juntos ¿Te parece? Así podrás conocer la ciudad.

Bianca mueve su cabeza en afirmación. Salí de la habitación y vi a Antón ya en su posición.

—Si le pasa algo, respondes con tu vida.

—Si señor.

Bajé las escaleras y encontré a mi consigliere tomando de su café.

—Buenos días, capo.

—¿Los Corsi ya llegaron a Sicilia?

—Si capo. Hace unas horas. Pero el hermano...—puse mi atención en él al entrar en el auto—me comentan que lucía nervioso y raro.

—No quiero volver a ver a esa familia —él asiente—.Avísame si descubres a algunos de ellos contactándose con mi mujer.

—Si señor.

Veo a Bianca de una forma diferente, ha madurado y sabe lo que le conviene. No puedo evitar sonreír, ya que ese rostro que refleja inocencia no dudaría dos veces en escoger lo que más le conviene. No obstante, sus ojos siguen reflejando esa misma tristeza que noté en el primer momento que la vi. Tengo tanta curiosidad por saber cómo se formó en esos bellos ojos y si soy capaz de terminar con ellos o hacer que esa tristeza perdure.

BIANCA

—Aquí esta señora.

Evado la última palabra y veo al muchacho que abre la pequeña caja y saca el MP3 color rosa. Es una maravilla. No sé cuanto tiempo estuve deseando uno, creo que fueron años, pero al fin tengo el que quería conmigo.

Antón veía cada movimiento del chico de la tienda. Él ha tomado en serio el de no separarse de mí, la única distancia que hay entre nosotros son solo unos 5 pasos.

Estoy desde ya hace casi dos horas en el centro comercial. He comprado varias cosas, pero teniendo cuidado que el dinero no sea una cantidad fuerte. No quiero problemas con Dante.

Entre mis tantas cosas son vestidos, faldas, jeans y zapatos. Antón carga todas mis cosas sin quejarse. Después de que el chico me enseñara como usar el MP3, salimos de la tienda.

Entre a otra tienda y tomé una canastilla para tomar algunos productos de maquillaje, aseo y unas cremas. En esta última sección tomé algunas que estaban en otro idioma, sin embargo, el empaque era lindo, tiene frutos rojos y es color rosa, además que tiene un olor dulce.

Lo coloque en la canastilla y lleve todo a caja. Pagué con la tarjeta y decidí que ya este día de compras había finalizado. Tengo que volver y prepararme para salir con Dante. Quiero lucir bien para él.

Volvemos al auto con Antón y él empieza a conducir hacia la mansión.

No tardamos mucho en llegar, pero en el camino disfruté la bella vista de Calabria. Es un lugar nuevo y ahora mi hogar.

Cuando llegue a la mansión, Antón me ayudo con las compras hasta la habitación y es aquí donde me dejo. Entre a darme una ducha rápido y me coloqué un jean y un suéter. No quiero que cuando Dante llegue me encuentre sin estar lista para salir.

Su juramento de anoche... rondaba a cada momento en mi cabeza ¿Será verdad?

Bajo por las escaleras de la mansión hasta llegar a la terraza de la parte trasera. Hay un enorme campo entre nosotros y puedo ver un pequeño lago a unos metros de mí.

—¿Puedo ir Antón?—le pregunté a mi guardaespaldas.

—No lo sé ¿Puede ir?—fruncí el ceño—.Es la señora Rossi, la esposa del capo y puede decidir lo que desea. Solo tengo órdenes de mantenerla a salvo.

—Oh, está bien.

Me mantuve quieta a pesar de esas palabras.

—Bianca.

Para mi suerte Dante había llegado. Me acerqué a él bajo la presencia de Antón y le sonreí levemente.

Esta salida nos serviría para conocernos más.

—¿Nos vamos? Tengo mucha hambre.

—Sí, claro.

Salimos de la mansión y subimos a su auto. Esta vez Antón no vino conmigo, pero vi que subió a una camioneta tras nosotros, mientras que Dante y yo vamos en el Lamborghini azul.

—Vamos a almorzar en uno de los restaurantes donde soy dueño. Queda frente al mar, hay una hermosa vista para ti Bianca.

Asentí. Sonaba muy bien.

Teodora me hablo de que el mafioso de los Ndrangheta es una bestia despiadada, pero el hombre a mi lado no lucia así.

No, Bianca... es demasiado pronto para confiar en él. Puede estar solo fingiendo para atraparte en sus enredos.

Tal vez yo pueda hacer lo mismo. Fingir, fingir que me enamoro de él y ganarme su confianza. Ganaría más de lo que tengo ahora a su lado si él piensa que lo amo.

Dejé de mirarlo cuando vi que volteo a verme. Esos ojos... mierda. Me estoy volviendo loca. Dirigí la mirada por la ventana y vi como bajábamos hacia la playa. Nunca había estado tan cerca del mar.

Una sonrisa desprevenida recorrió por mi rostro ante tal belleza.

El auto de Dante se estacionó y cuando quise bajar para abrir la puerta, él se adelantó y me ofreció la mano, la cual recibí. Caminamos hacia el restaurante con el grupo de guardias tras nosotros y entramos.

Nuestra mesa se ubicaba en una zona apartada a las demás. Solo teníamos la terraza para nosotros, dos y dos de los tantos guardias.

Una mesera vino a atendernos. La mujer cuando hablo lo hizo mirando a Dante. Su mirada es intensa y seductora. A él no parecía importarle, pero a mí si. Ella me molestaba que lo hiciera en frente de mí sin una clase de vergüenza.

—Amore—hablo él a... mi —¿Puedo recomendarte el soufflé de chocolate? Es exquisito.

—S-sí —dije sin pensarlo—quisiera probarlo.

—Trae eso para el inicio.

La mujer se alejó después de dejar las cartas. Fue en este momento en que pensé que él debe tener otras mujeres, muchas más. Es por ello por lo que no insiste en el tema de sexo. No habla respecto al tema, y aunque lo agradezco porque siento que no estoy preparando algo dentro de mí, duele de pensar en otras mujeres con él.

—¿Estás bien?—pregunta él y ríe—Estás roja.

Ay no. Me tomé las mejillas sintiéndolas a ambas calientes.

—No es nada.

Tome del vaso de agua y la mesera vino con el soufflé de chocolate para mí. Tome la cuchara y corte un poco, lo lleve a mi boca y... oh cielos. Es lo mejor que he probado.

—Está muy rico.

—¿En qué piensas?—extiende su mano y acaricia micabello—Sigues roja, no puedes ocultarlo. Pareces un

dulce y tierno tomate.

—No pasa nada—insistí y jadeé cuando sentí su mano acariciar mi pierna. Ante la soledad nadie nos veía y los guardias no mantenían la mirada entre nosotros—¿Q-que haces?

—¿No puedo tocar a mi esposa?

—S-sí, pero... no si tienes rameras.

¿Cómo demonios salieron esas palabras de mi boca?

Cerré los ojos esperando algún golpe de su parte.

Papá y Loretta siempre lo hacían cuando reclamaba o preguntaba cosas que no debía.

—Oh, estás más roja.

Abrí los ojos después de volver a escucharlo reír.

—No tengo putas—aclara—.Voy a esperar que quieras entregarte a mí por voluntad propia. El día que eso suceda créeme que... no vas a salir de la cama, ya que te dejaré sin caminar y adolorida.

—Oh

Es lo único que pudo salir de mi boca, un simple oh.

Continúo comiendo el postre de chocolate.

—¿Por qué yo? Loretta es una Corsi de sangre pura... no una bastarda como yo—pregunte.

—Amo el juego de preguntas—vocifera—.Tus ojos son hermosos, pero irradian tristeza, tristeza que puedo ver desde que empieza el día hasta ahora—sube su mano a mi mejilla—eso me intriga. Loretta es solo una simple niña mimada que su apellido no le sirve para nada.

Hace una pausa y se acomoda en la silla.

—Desde la primera vez que llegue a Sicilia he visto que has intentado pasar desapercibida. Extraño porque yo sí te he notado. En tu piano, en tu ajedrez o solo mirándome.

—No te miraba.

—Posees una belleza inigualable y un aura que me tiene atrapado en ti. Piensas y te preocupas en ti, a veces hay que ser egoístas en la vida para conseguir lo que quieres. Tú no decidiste casarte por tu familia, te casaste por ti y eso me atrae. Sé que vas a demostrarme que el título esposa del capo lo mereces y también el de... bueno, para eso ya habrá tiempo.

—Mi padre piensa que nos casamos para mantener la alianza.

—Tu padre te odia ¿Verdad?—bajé la mirada y no quise responder—.Tu silencio es suficiente. Un día volverás y haré que todos se arrodillen a ti. Todos respetarán el nombre de Bianca de Rossi.

—¿Lo prometes?

—Lo prometo, principessa.

Besa mi muñeca y me muerde ligeramente.

—Ahora me toca.

—Qué? ¿Quieres que te bese la mano?

—Suena tentador, pero no. Necesito preguntarte algo.

Asentí. Él fue sincero conmigo y sea lo que sea que pregunte, también lo seré.

—¿Cuál es tu sueño?

¿Mi sueño? Nunca alguien me había hecho esa pregunta. Pensé en lo que he soñado cada noche antes de dormir, pero... puede burlarse o reírse. No quiero eso. Es un buen sueño para mí. Volví a comer del chocolate y pensé en como decírselo.

—Florencia—respondí en voz alta por primera vez. Solo lo había escrito en mi diario—Hay un pequeño pueblo donde no hay pistas y solo canales de agua. Estefan tuvo una foto de mi madre y me comentó que ella vivía ahí. Mi sueño es tener una pequeña casa en ese pueblo. Alejarme de todo este mundo lleno de peligros y tener una vida en paz ¿Alguna vez lo has imaginado?

Él se mantuvo en silencio después de contarle mi sueño. Mi respuesta terminó en una pregunta que él no contestó y llegue a pensar en un momento que su respuesta iba a ser afirmativa, pero pensé ¿Por qué se alejaría? Él es el capo.

—¿Quieres una casa en ese pueblo?—asentí —. Puedes entrar a mi oficina, usar la laptop y buscar una propiedad. Busca la que te guste y guarda los datos. Tendrás tus sueños.

Sonreí y antes de siquiera acercarme y decirle gracias, la mesera regreso.

—¿Estás listo para ordenar?

—Ordena por mí, por favor—le dije a Dante.

Él asintió y mientras ojeaba rápidamente la carta, yo solo pude pensar en que Dante no perece ser cruel.

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Maria Guadalupe Osio Guarneros
😍😍
Ichigo Kurosaki
Me quedé con la intriga, necesito una actualización pronto.
Laqueno Sebaña
Necesito más, por favor.
Ceridwen
Los personajes están bastante buenos 💪😎
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