Ella siempre fue un experimento y nunca había visto el mundo exterior. Cuando al fin la dejaron salir, experimentó de primera mano la complejidad de los humanos y sobre todo, la vida en sí misma, salpicada de melodias alegres y tragicas.
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Capítulo 4
Chang regresó de su viaje a los recuerdos y mostró una sonrisa cínica que siempre le caracterizaba para no dejar ver lo cansado que ya se sentía. No le importó ver el rostro hastiado de su ex compañero, ni los rostros duros de los dos chicos detrás de él, tampoco el rostro iluminado de Alice, quien parecía que quería decir algo, pero algo la detenía.
Tomó asiento y se encogió de hombros.
Está bien, pero la junta será larga. No solo tendrán la misión de infiltración como la única. Para poder realizarlo a la perfección, ustedes deben de ser uno solo, sin conflictos, complementados como unidad.
-Me lo imaginaba ya que, me has dejado a cargo de una niña. Perfectamente, puedo realizar la misión con mis dos hombres de confianza.
-No lo dudo – sonrió Chang – Pero, primero, Alice no es una niña ya pasa de los veinte y en segundo lugar, no podrán pasar la inspección de ese grupo. El requisito para poder pasar la primera prueba es tener un familiar con el virus y que sea evidente. Tengo información que realizan pruebas sanguíneas y neuronales.
Ryan sonrió con autocritica y maldijo a los cielos. Estaba tan cerca de saber sobre el paradero de su hijo y al mismo tiempo tan lejos. Se preguntaba cuánto tiempo tomaría para poder llegar al objetivo fijado y dar por finalizado su trabajo. Sabía que infiltrarse podría ser bastante sencillo, pero mantenerse dentro del grupo sin levantar sospechas era lo más difícil, sobre todo si en su grupo había una chiquilla que podría hacer peligrar dicha misión.
Dejó escapar un suspiro lleno de frustración y cerró los ojos intentando serenarse lo mejor que podía. La irritación crecía a grandes pasos y temía no poder controlar su temperamento explosivo como hacía un rato en la oficina de esa institución.
-Ya entiendo, cuánto tiempo nos tomará para poder empezar el operativo.
-Te doy un límite de tres meses para que entrenes a Alice y la integres en tu escuadrón. Después se marcharan y atravesarán la frontera por el río Bravo hacia México. Estarán por su cuenta, no habrá información más la que te daré en estos archivos – sacó una Tablet nueva de color verde – Estúdialo bien y diseña todas las estrategias que creas que ayudara a tu equipo a salir con vida de ese lugar.
-Y cuál es el objetivo definitivo de esta misión.
-Encontrar los demás escondites de este grupo.
-Este grupo terrorista está en México, ¿no debería ser las fuerzas del mismo país quienes tuvieran que intervenir?
Chang miró hacia la nada mientras intentaba tranquilizar su enojo. Estaba claro que al igual que él, Ryan estaba pasando una etapa frustrante y miserable, debería mostrar cierta empatía pero le costaba.
-Hemos recabado información fidedigna que ese lugar en México no es el único que está reclutando gente con familia con el virus daimon. Tal vez sean diferentes métodos, o que tengan nombres diferentes pero una cosa es igual en todos los países; están reuniendo a estas personas con esas características peculiares.
-¿Piensan hacer guerra? – preguntó el pelirrojo algo atónito – ¿Acaso los atentados no son suficientes para desistir de una idea estúpida?
-No sé qué es lo que piensan, pero lo que sí es que están reuniendo tropas. Ya sea para una guerra o para algo más, esto es de suma importancia. Cada país, cada persona de todos lados están en peligro de una campaña de sangre.
Rayan estaba tentado a decir que aquello no le importaba, sin embargo, pensar que su hijo podría seguir vivo, que sus dos subordinados aún tenían familia, le hizo cerrar la boca y solo asentir para indicar que había entendido.
-Bien – Chang parecía relajarse – Empezarán a partir de mañana. Como sabes, deben permanecer dentro del cuartel para empezar con el entrenamiento – se levantó Ryan junto con los demás para marcharse y dirigirse a la base – Por cierto teniente Blackwell, su informe al final del día que sea a las 1215 horas.
Ryan lo miró de reojo antes de entender su mensaje. Supo rápidamente que dentro de los informes en la Tablet, debía haber información codificada que no podía decirse libremente. Miró rápidamente las esquinas y notó las cámaras de seguridad. Por supuesto que entendió el mensaje y solo asintió en reconocimiento.
Mientras salían del lugar, Alice no pudo evitar mirar en dirección de Chang, quien le regaló una sonrisa pequeña y un asentimiento.
Salió de la oficina y Chang se dejó caer en su silla, mirando por la ventana el ocaso. Que si bien aún parecía hermoso en medio de una ciudad derrumbada, no le daba ningún consuelo. Las cosas estaban escalando a un ritmo alarmante y esto es todo lo que podía hacer mientras tuviera el poder en sus manos. Era una pena, que esta vez sería la única y última vez que podría ver a Alice.
Se sentía culpable de cómo la había ignorado, pero no quería ahondar más en su vida, porque estaba seguro que el moriría. Hacía tiempo que sospechaban de él, pero se había mantenido alejado de todo con tal de aun tener el tiempo suficiente de recabar la información de esos malditos.
Lo había logrado, pero también la extrema vigilancia. Solo quedaba dejar todo en manos de ellos y si tenía suerte, Ryan lograría la primera parte de detener este loco ataque. Pero viéndolo tan nervioso, comenzaba a dudar de su razón de escogerlo a él para esto tan importante.
Suspiró.
Ya nada se podía hacer, los dados estaban echados.