Mi Cielo... Mi Infierno

Wellia:

Me sentía muy triste en que Francis no se encontraba presente en mi presentación, miraba mis leotardos metiendo los que había decido no usar dentro de mi maleta. Miré mi medalla metiendo igual en mi maleta, la puerta se abrió, giré un poco mirando a mis amigas que entraban emocionadas.

Amiga: Te lo mereces nena.

Amiga 2: Tenemos que ir a celebrar.

Wellia: No sé si pueda.

Amiga: ¿Por qué? Tenemos que ir.

Wellia: Tengo compromiso con otra persona.

Amiga 2: Vimos a Máximo, ¿será con él?

Asentí con la cabeza, ellas sabían de mi romance en secreto y era lo que necesitaba, tener a mis amigas que ellas si me apoyarían en todo momento.

Wellia: Claro que tendré que decirle a mi madre que iremos a su casa de alguna para celebrar. Willow es muy quisquillosa y no puedo salirme así nada más por que si.

Amiga: Sabes que si amiga, además está como quiere ese hombre.

Amiga 2: Siento Wellia que ese hombre te puede meter en problemas, puede… no sé.

Wellia: Él me ama, me lo ha dicho, ve por mi, últimamente no he tenido necesidad de recurrir ni a Willow ni a mi madre que siempre están pendientes en mis gastos. Él me apoya con eso.

Amiga 2: Por algo será. Amm, solo así. Además tú sabes de sus negocios y con eso que muchas menores han aparecido muertas.

Amiga: AAAy, basta, no le digas eso. Máximo la protegerá de todo malo.

Asentí con la cabeza, por más que mis amigas pudieran o no estar de acuerdo en la relación que él y yo tenemos, lo conocía, él me habló claramente de todo lo que hacía, nunca me ocultó nada.

Me senté frente al espejo quitando el peinado que traía.

Wellia: Máximo no solo pertenece a la mafia, es un científico muy importante, es médico y conocedor de cualquier tema.

Amiga 2: ¿Lo has escuchado hablar de esos conocimientos?

La miré con ganas de matarla, a ella que le importaba lo que hablara o no con Máximo, él me decía todo lo que necesitaba saber.

Wellia: No, cuando hablamos de lo que le gusta o a lo que se dedica, trato de escucharlo, me basta con saber que eso es a lo que se dedica y lo que él me diga le creo.

Mi amiga negó con la cabeza, me puse de pie molesta, no tenía por que meterse donde no la llamaban. La puerta se abrió antes que le dijera unas cuantas. Sonreí corriendo hacia la entrada viendo a mi madre con lagrimas en los ojos.

Madre: Mi hermosa, ganaste.

Sus brazos abrazaron mi cuerpo, el calor y aroma de mi madre era el gran apoyo que necesitaba en este momento además que no tenía ganas de hablar con Mili por sus comentarios sin razón hacia mi novio.

Se apartó tomando mi rostro entre sus manos.

Madre: Te veías tan hermosa.

Willow: Te luciste pequeña.

Mi hermana se acercó dando un fuerte beso tronador abrazándome, ella había un poco de tiempo en su empleo en el bar donde trabajaba de noche como camarera.

Wellia: ¿Te irás a trabajar?

Willow: Si, solo las llevo a casa y me voy.

Sostuvo mi maleta acomodando en su hombro.

Wellia: Iremos a casa de Sali…

Willow se detuvo soltando la perilla de la puerta, miró hacia ambos lados, como que estaba buscando algo, rodé los ojos sabiendo que era a Francis.

Willow: ¿A casa de Sali?

Amiga: si Willow, tenemos que celebrar su primer lugar… Claro que luego con el dinero que ella ganó nos invitará a uno de esos restaurantes lujosos que está acostumbrada.

Miré hacia Sali cuando Willow levantó una ceja confusa ante sus palabras, me acerqué tomando la mano de Sali apretando.

Wellia: Es que les prometí cuando tenga disponible mi dinero, llevarlas a ese restaurante lujo que llaman de la Alta.

Willow: Ese no es lugar para ustedes. Solo las personas muy adineradas van y además parece que es un centro de la ma…

Madre: hija, todo a su tiempo, entonces estarás en casa de Sali.

Wellia: Si.

Willow: Amm, ¿Francis?

Me di la media vuelta, mirando mis rosas, las sostuve acariciando un poco una de ellas.

Wellia: Estabas aquí, sabes lo que siente por ti, prefirió irse sin verme ganar.

Mis amigas pasaron su mirada hacia mi hermana.

Amiga: Mejor te esperamos afuera.

Amiga 2: Te esperamos nena.

Willow se apartó de la entrada dando paso a que ellas salieran, cerraron la puerta, bajó la maleta dejando en uno de los sillones de espera.

Willow: No me tengo la culpa de lo que Francis aun no deja de sentir.

Wellia: Lo sé, no te juzgo al romper su corazón. Pero tampoco esperes que se ande aquí rondando cuando sabe que estarías con Darío. ¿Dónde está? Él no te dejaría sabiendo que está por aquí Francis.

Willow: Tuvo guardia, aunque te felicita por haber ganado el primer lugar.

Asentí con la cabeza, le entregué el ramo de rosas a mi madre, pasé mi mirada hacia Willow, sé lo mucho que se ha esforzado para darme la vida que tengo, a ella más que a nadie le debía bastante.

Wellia: Gracias Willow, no sé que hubiera hecho sin ti.

Sonrió tan dulce, como siempre era ella, una persona gentil y comprensible, tanto que prefirió dejar sus estudios para apoyarme.

Willow: ¿A que hora quieres que pase por ti mañana?

Wellia: La mamá de Sali nos llevará.

Soltó un gran respiro asintiendo con la cabeza, dejó un beso en mi frente al igual que mi madre.

Madre: Nada de estar bebiendo con alcohol, son menores, de la casa de Sali no salgan, hay muchas cosas que han estado pasando y lo que menos quiero es que ustedes sean las más vulnerables.

Asentí con la cabeza, tenía que darle por su lado a mi madre, más que nada por que esta noche sería muy diferente a todas. Willow tomó mi maleta su hermosa mirada de tanto amor hacia mi me daba esa fuerza de saber que estaba dejando de ser esa niña que esperaban que fuera todo el tiempo, me considero una mujer hecha y derecha capaz de tomar mis propias decisiones.

La puerta se cerró, respiré profundamente, solo era cuestión de esperar a que ellas se fueran, me acerqué abriendo la puerta, mis amigas entraron a toda prisa, me entregaron una maleta donde estaba mi ropa para esta noche.

Mili: ¿Dónde te llevará?

Sali: si ¿Dónde?

Wellia: En uno de sus centros, allí solo entrar mayores de edad, pero con Máximo a mi lado, entraré sin problemas.

Me había puesto un vestido corto, él se quedaría sorprendido al ver mis piernas bien trabajadas, hasta mis amigas se sorprendieron al verme, me miré hacia el espejo pasando mis manos sobre la silueta de mi cuerpo.

Mili: Te vez impresionante.

Sali: Esta noche Máximo se volverá loco por ti.

Wellia: Esa es la intención.

Ellas abrieron la puerta, salieron esperando hacia afuera, caminaba hacia la puerta, mi corazón daba latidos tan fuerte que sabía que esta noche no solo me convertiría en una mujer, pasaría a una relación formal convirtiéndome en ser parte del negocio de Máximo como muchas veces me propuso…

Sostuve la perilla de la puerta mirando hacia adentro, mi camerino se veía impecable de tanta pureza, tenía un nudo en la garganta sin saber lo que era ni por que me sentía de esta manera, claro que había cosas que por primera vez sería parte un nuevo mundo, ahora con mi plaza y un novio formal, las cosas tendrían que cambiar. Mejoraría y le daría la vida que se merecen mi hermana y mi madre. Cerré la puerta, mis amigas tenían una sonrisa pero Mili estaba en cierta forma algo preocupada, parecía que no estaba muy de acuerdo pero ella tenía su vida y yo la mía.

Salimos del recinto cuando miré la camioneta negra con uno de los hombres de seguridad de Máximo, abrió la puerta en señal que ya nos estaban esperando.

Sali: ¿a que hora llegarás a la casa para estar pendiente?

Wellia: Lo más seguro es que me lleven a mi casa, Willow siempre llega entre las 8 a 9 de la mañana, espero llegar a tiempo, si por alguna razón me atraso paso directo a tu casa.

Mili: Solo cuídate.

Sali: que use preservativo.

Le di un ligero empujón de broma, terminé despidiéndome, ellas estaban feliz por mi y yo por ellas que no sé que hubiera hecho sin ellas.

Caminé hacia la camioneta esperando en ver que ellas se subían a su auto de Sali, aceleraron empezando avanzar. Levanté mi mano en señal de adiós. Ellas correspondieron a mi despido. Miré hacia el hombre, extendió su mano entregándole la mía. Me ayudó a subir en la parte de atrás de la camioneta. Otro hombre me entregó una copa de champagne.

Negué con la cabeza, sonreí al hombre…

Hombre: Es cortesía del señor.

La tomé un poco dudosa, no era de beber alcohol pero si él me la estaba ofreciendo, era por que todo tenía que ser magníficamente. La puerta de la camioneta se cerró, le di un ligero sorbo a la copa, cerré mis ojos percibiendo un sabor medio extraño, tanto que se apreciaba la exquisites de este champagne. La camioneta empezaba avanzar poco a poco, sonreí abriendo los ojos. Esto era de ensueño.

Nunca había a uno de sus negocios pero esperaba que fuera como muchos han dicho, al ser un hombre con mucho dinero las cosas serían de lo más lujosos, sus centros y sus antros deberían de ser lo más prometedor que cualquier pudiera imaginarse. Así que yo disfrutaría de una buena noche.

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Willow