Odet y Dafne se conocen desde niñas, siempre fueron amigas hasta que cada una tomó su camino. Después de muchos años volvieron a encontrarse. Esta es una historia basada en hechos reales, los nombres y los personajes fueron creados para dar vida a esta historia. No todo lo que se escribe pasó de verdad. Sin embargo, algunas cosas sí pasaron.
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El primer logro para Odette
Las amigas de Odette seguían su camino. Había salido de la secundaria.
Aurora no quiso estudiar la prepa ella simplemente se metió a una escuela de dibujo.
Mientras que Dafne decidió estudiar la preparatoria.
Odette tampoco estudió la preparatoria, ella también se metió a una escuela de dibujo. Su primera opción era estudiar diseñadora de modas, pero al no haber un maestro disponible para esa carrera se quedó con dibujo publicitario.
El padre de ella le compraba todo lo necesario, no había mucho dinero, pero quería que sus hijos estudiaran. El ambiente en esa escuela era muy diferente al que vivió en la primaria y la secundaria, ahí nadie te criticaba y todos se portaban muy buena onda.
Odette era muy aplicada donde quiera que estaba sobresalía siempre. Allí en ese lugar conoció a dos chicas sordomudas. Odette aprendió los signos de las manos para poder comunicarse con ellas.
Se hicieron amigas, pero no tan amigas como Aurora y Dafne. Ella se podía comunicar con sus amigas con las manos.
Ellas le contaron que su madre había tenido problemas con el embarazo por eso ellas nacieron con la sordera. Las dos chicas eran gemelas y ambas eran sordomudas.
Odette les preguntó que cómo le hacían para aprender.
Ellas le dijeron que estaban sordas no tontas. El dibujo siempre estaba presente en sus vidas y decidieron tomar ese curso.
Cuando se recibieron de "Dibujante comercial publicitario" las tres chicas se despidieron con un abrazo deseando poder encontrarse en un futuro.
Y así, los días siguieron pasando. Don Luis trabajaba en una fábrica de láminas. Ahí fabricaban una gran variedad de corcholatas y tapas (son las tapas de las botellas de coca, pepsi, etc., así se llamaban en aquellos tiempos).
Odette tenía 17 años, don Luis ya le había dicho que quería que entrara a trabajar en esa fábrica donde él estaba. Obvio, Odette no quería porque para eso había estudiado una carrera.
Pero a don Luis no le importó y la mandó a que llevara la solicitud. En un mes Odette cumpliría los 18.
Ese día, Odette, a regañadientes, fue a dejar la solicitud. Pero al llegar al edificio donde se supone que le recogerían la solicitud vio que tenía que subir unas escaleras, pero estaba todo oscuro y le dio miedo y mejor decidió no entrar.
Al querer regresar a su casa se perdió y no encontraba el camino. Estaba perdida en el mero centro de Monterrey allá por Padre Mier.
Odette solo conocía el camino hacia su escuela porque no estaba tan retirada, pero ya más allá pues, obvio estaba muy lejos y no sabía cómo regresar.
Empezó a caminar buscando algún indicio hasta que vio uno de los camiones que iban para su casa y no lo pensó dos veces y se trepó en él.
Cuando llegó a su casa su padre le preguntó que si había dejado eso.
Odette le dijo que no porque el edificio estaba muy oscuro y no quería arriesgarse a entrar.
Ese día Odette recibió una santa regañiza por parte de su padre.
Y la mamá como si estuviera pintada porque nunca decía nada, hacía todo lo que el señor le decía.
Pues con o sin solicitud Odette fue obligada a entrar a esa fábrica.
Aunque la cosa no era tan terrible porque ahí conoció a muchas personas diferentes y todos se portaban muy bien.
Entró a trabajar a esa fábrica con apenas 17 años le faltarían si acaso dos semanas para cumplir los 18.
Odette vio con beneplácito que ahí había una especie de oficina donde estaban los dibujantes y decidió postularse para ese puesto ahí mismo.
Le hicieron las pruebas pertinentes y vieron que sí tenía capacidad, pero...
En esa fábrica eran machistas o misóginos porque no querían a las mujeres embarazadas ni casadas, era una regla ahí. Y si alguna mujer salía embarazada o si se enteraban que estaban casadas las echaban para afuera sin misericordia.
Bueno, pues como les decía Odette hizo las pruebas para trabajar como dibujante en esa fábrica. Ella era muy lista, pero como les dije antes ahí no querían a las mujeres le dijeron que no podía trabajar ahí con los dibujantes porque eran puros hombres y no se vería bien que ella estuviera con todos ellos. La decepción de Odette se reflejó en su cara y no le quedó más remedio que estar ahí como una simple obrera. Obligada por su padre, claro está.
Dos meses después de su entrada a esa fábrica, hubo una convocatoria para hacer un eslogan en dicha fábrica. Todos podían participar no importaba el sexo ni la preparación.
Odette pensó: "voy a participar y les voy a dar en la torre a todos esos dibujantes machistas".
Así lo hizo, Odette hizo un dibujo muy bonito con una frase muy importante.
"No se duerma, la calidad depende de usted".
Con esa frase y su dibujo Odette ganó el primer lugar, les hablo que eran como 80 dibujantes profesionales que tenían años trabajando en esa fábrica; y Odette una simple niña de 18 años les había ganado a todos ellos. Con eso Odette se sintió realizada.
Una semana después, había una manta con su dibujo y su frase en cada departamento de esa fábrica.
Le tomaron fotos y salió en la revista que hacían cada semana de todos los acontecimientos.
Fue un pequeño momento, pero Odette fue feliz.
Como cosa que parecía hecha adrede, Jocelyn también entró a trabajar a esa fábrica, claro ella era dos años mayor que Odette.
A Jocelyn la habían acomodado en otro departamento, pero ahí se veía con ella todos los días.
Odette no estaba muy conforme porque no tragaba a su prima. La consideraba muy sosa y chismosa. Pero bueno, ya estaba ahí y ni hablar.
Odette se hizo de muchos amigos ahí: Pepe lepú (así era su apodo), Bertha, Sergio, "el garrote" (le decían así por su gran altura), Arturo, Chayo, Pilar, etc.
Varios meses después, a la fábrica entró un muchacho guapísimo. En cuanto Odette lo vio se dijo: "este chico tiene que ser para mí".
Jocelyn y Odette estaban juntas ese día, pero eso a Odette no le importó, se acercó al muchacho y le habló.
Hola, ¿cómo te llamas?, le preguntó.
Rodrigo, le dijo él, ¿y tú?
Yo me llamo Odette.
Pues gusto en conocerte, Odette.
El gusto es mío, espero que seamos amigos.
Por supuesto, le dijo él con una sonrisa, la más bella sonrisa que Odette haya visto jamás.
El chico le movió el tapete cañón.
Jocelyn vio todo y la regañó cuando Rigo entró a la fábrica.
Estás loca Odette, casi te le echas en sus brazos. ¿Qué te pasa?, le voy a decir a mi tío.
Ay Jocelyn, deja de estar molestando.