Abdelary La Guerrera Albina

Mientras ellos hablaban Abdelary escuchaba detrás de la puerta, cuando su hermano la vio se acercó también a escuchar, Hakim estaba rojo de la ira, pero se tragó sus palabras. Al parecer los gemelos tenían claro lo que pensaban hacer, todo seguiría como siempre.

Tomó a su hermana de la mano, y le pidió que tocaran sus instrumentos de manera magistral, como nunca lo habían hecho, el rey al escucharlos le preguntó al general Bongani… ¿Quiénes tocan esa melodía?... mis hijos Hakim y Abdelary… extraordinario, es lo mejor que he escuchado en mi vida, me gustaría que fueran al palacio a tocar, pídeles que vayan… aquí las cosas no funcionan así mi rey, si quieres que vayan pídeselo tú mismo.

Cuando terminaron de tocar Abdelary lloraba, Hakim la abrazo y ella puso el Kora a un lado de ella y lo mismo hizo su hermano con el Adungu… ¿Dónde aprendieron a tocar este tipo de instrumentos?... un maestro les enseño y como esos tocan muchos otros.

Los muchachos salieron nuevamente y el rey sonriente les dijo: ¿pueden tocar esa melodía en el palacio?... lo siento, yo tengo que salir de la ciudad pronto… Abdelary no pronuncio palabra y solamente miraba al general… ¿Y tú no dices nada?... lo siento quien debe decidir si voy o no son mis padres.

El rey frunció el ceño y Bongani intervino... iras acompañada de tus hermanas, de lo contrario no iras… está bien padre ¿y cuando seria esto?... mañana después del mediodía… allá estaremos puntuales.

El día siguiente, Abdelary llego con sus hermanas, tenía un hermoso vestido azul, y cubría su cabello con un turbante del mismo color y para que solo miraran sus ojos cubrió su rostro con un velo blanco, las dos princesas estaban sentadas al lado de su padre, estaban todos entretenidos escuchando la melodia, cuando entra una mujer que estaba de visita, la escucha tocar y sonríe, Abdelary tenía los ojos cerrados.

Cuando terminó de tocar todos aplaudieron… felicitaciones, le decían, minutos después… ¿Me puedes enseñar a tocar por favor?... lo siento princesa, pero no tengo tiempo, tengo muchas ocupaciones… pero yo soy una princesa, soy la hija del rey, deberías dejar tus cosas por enseñarme… lo siento mucho, princesa, pero tengo obligaciones que no puedo descuidar.

Puede decirle a su padre que le consiga un maestro que le pueda enseñar, como hizo mi padre el general Bongani… pero quiero que tú me enseñes… niña mi hermana no tiene tiempo para esas cosas, no todas pasamos el tiempo en un palacio sin hacer nada… Aziza, cálmate por favor… tu hermana es una loca.

El rey había salido un momento y todo se estaba saliendo de control… es mejor que nos vamos no queremos problemas… mi hermana aprende rápido y si no le enseñas estarás en problemas… otra que no entiende nada… mejor nos vamos, estas princesas son muy fastidiosas… si vámonos.

¿Chicas porque se van?... porque nos están molestando… eso no es cierto mi reina, solo le dijimos que mi hermana no les podía enseñar a tocar, porque no tiene tiempo libre, ella se mantiene muy ocupada, y las princesas lo tomaron muy mal, entonces es mejor que nos vamos no queremos ver sangre… ¿Nos están amenazando?... para nada, es solo que a mi hermana le sangra la nariz cada vez que siente mucha ira… eso es verdad.

La reina les sonrió, sabía que las hijas del general querían evitar problemas, en ese momento se le cae el velo a Abdelary… ¿Eres albina?... sí, soy albina… ¿Eres bruja y traes mala suerte?... princesa, le grito la reina… Aziza tomó a sus hermanas que casi no hablaban y las jaloneo para que salieran del lugar.

Cuando están afuera, mientras Aziza estaba furiosa, Abdelary y Barika no dejaban de reír, ¿ustedes se enloquecieron o qué?... todo lo que paso en el palacio las tenia de muy buen humor…

Al parecer el hecho de que Barika pronto se casará con el hombre que ama la tiene de muy buen humor.

Se casará con un príncipe del norte, vendrán personas de muchos lugares, príncipes, generales y hasta reyes... la amargura de Barika se le paso a Aziza... Dijo Abdelary… creo que será bueno que nuestros padres también te casen a ti, a ver si se te quita tanta amargura.

Mientras las jóvenes se reían afuera del palacio, el rey Amín hablaba con su invitada misteriosa… ¿Quién es esa hermosa joven que tocaba la Kora?... ¿Cómo sabes que es hermosa?... simplemente lo sé, esa joven será la esposa de alguien importante para mí.

¿Sabes cómo se llama?... Abdelary… ¿Sabes quién es?... si, ella es mi hija… ¿Creí que solo tenías dos hijas?... tuve dos hijos con la reina Hasana… pues déjame decirte que esa joven te asegurara que tu reino no sea conquistado nunca… ¿Estás segura?... si, solamente tienes que casarla con mi hermano, él la está buscando hace varios años.

Asegúrate que tenga un lunar o mancha en forma de una flor de Baobab, si ella tiene ese lunar mi hermano te brindaría protección al igual que te aseguraría que a tu reino llegue todo tipo de mercancía… eso suena muy bonito, pero… ¿Qué te preocupa?... no me preocupa nada… ¿Entonces le darás la mano de tu hija Abdelary a Mandla… claro que sí, mi hija se casará con tu hermano cuando él así lo disponga.

El vendrá al matrimonio de la hija del general Bongani, y sería una buena oportunidad para que se conozcan… a pesar de que el rey Amín dio su palabra de dar a su hija en matrimonio, estaba muy preocupado, ya que la tarea más complicada era convencer a el general Bongani, sabía que no era nada fácil pero tampoco sería imposible.