Eh muerto, pero, abri mis ojos, y me eh convertido en una princesa.
Eh reencarnado en Meredith Hockey, la hija maldita de el duque, a la cual NUNCA le prestó atención. Cuando por fin, en la novela, parecía todo ir por el lado correcto, Meredith muere, no solo una vez, también en los 27 especiales que contiene la novela.
Quiero sobrevivir, pero no quiero desperdiciar mi corto lapso de vida en un plan que salve mi pellejo, si moriré, al menos, está vez, disfrutaré mi vida para irme sin arrepentimientos, ¡Esta Vez No Temo A La Muerte!
NovelToon tiene autorización de Orihime chan para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo 23
Horas antes de que cayera la noche, y minutos después de la propuesta de Aryed, Meredith dio la respuesta a Odela, quien sonrió alegremente y junto a las demás doncellas empezaron a arreglarla.
Mucho del día anterior fue repetido, su piel fue preparada y delicadamente maquillada, su cabello rizado fue recogido por completo en una moña alta, dejando escasamente dos mechones en su rostro sueltos.
Y finalmente, casi llegando el momento de partir junto a Aryed el vestido fue puesto en su lugar igual que las zapatillas.
Un vestido verde, un color no muy agradable a su parecer, pero combinaba con los ojos de Bailey, por eso lo había escogido.
Un vestido verde no tan esponjoso, con pocos toque de encaje negro en mitad de la falda y los bordes aferrados a sus antebrazos y hombros descubiertos. Detalles dorados en el escote en forma de corazón y pequeñas piedras que caían como cascada en su espalda descubierta.
Finalmente, joyas doradas y los guantes negros de encaje que combinaban con el vestido, estaba extremadamente nerviosa y no sabía si aquello era normal en su situación.
Respirando profundamente, fue acompañada por Sthepanie y Eylen hasta la salida de su palacio, en donde Aryed debería estarla esperando.
— Te vez hermosa.
Una voz masculina susurró a sus espaldas, y un Aryed vestido del mismo color de su vestido y bien peinado la observaba fijamente, sus ojos incluso parecían brillar a su parecer.
— Y-yo, Tu, no te vez mal.
Respondió Meredith al comentario al aire tirado por Aryed, y los rostros de las doncellas parecieron cristalizarse ante tales palabras.
Aryed, que observaba a la mujer de tez pálida en un vestido oscuro al igual que el chaleco del traje que se había puesto de casualidad para combinar con la princesa. Sentía a su parecer que incluso parecían una pareja de verdad.
¿Pero lo era no?
Si, y su invitación a la ceremonia tenía esa intención.
Pero, en su mente no había esperado que el vestido de la princesa combinara de manera tan perfecta consigo misma, en definitiva destacaría de manera radical esa noche, no solo por su primera aparición en la sociedad, sino también por su increíble belleza y parecido a la difunta duquesa.
Quizás Melody era la anfitriona, pero Meredith era quien robaría su atención.
— ¿Deberíamos irnos?
Pregunto Meredith mirando aún su vestido por encima del hombro, el peluche de color blanco que rodeaba sus brazos para cubrirla del frío de la noche la hacía destacar aún más.
— Lo haremos.
Respondió finalmente abriendo la puerta del carruaje fino y con el escudo de Bailey grabado en las puertas principales, incluso con la bandera sarandeandose con el pasar del viento.
El la escoltaría, y sería su acompañante.
¿Qué más podría pedir el?
— ¡Diviértase princesa!
Grito una llorar Sthepanie moviendo su pañuelo de limpieza para despedirse de la princesa con el movimiento del carruaje.
Desde sus adentro Sthepanie deseo que toda la noche fuera excelente para la princesa, que se divirtiera y fuera capaz de disfrutar como una señorita de su edad.
Pero algo en ella la hacía dudar.
......................
Las grandes puertas del salón principal del ducado de Hockey destacan de manera descomunal, y a sus ojos inexpertos y curiosos era hermoso. Las decoraciones y los muchos caballeros ordenados en filas desde la entrañada dejaba a su vista la perfecta organización que llevaba el evento.
Era fantástico,
Más alla que eso maravilloso.
— ¿Estás lista?
Preguntó el hombre a su lado ofreciendo su brazo para su agarre.
Finalmente, la puerta se abrió ante su presencia y un hombre desconocido para ella anunció su llegada y gritó sus nombres.
— ¡Con ustedes, El joven Duque heredero de Bailey Aryed Bailey y la joven princesa Meredith Hockey.
El nerviosismo consumió su estómago y las miradas precipitadas no se hicieron esperar, el silencio brindó en el salón y el único sonido que se apreciaba por sus orejas era la música intermitente que tocaba la orquesta.
Y a pesar de su nerviosismo y su fuerte agarre al brazo de Aryed sus pies se empezaron a mover y los pasos pesados de sus pies a medida que empezaba a caminar se sentía como caminar en una cuerda floja.
Solo debía presentarse y reverenciar, ¿Cuál era el problema?
Simple, el problema era que ella no estaba acostumbrada a la atención puesta solo en ella, ¿pero estaba con Aryed? Pero los ojos clavados en su espalda parecía generarle un agujero, y el nerviosismo más se materializaba en su cuerpo.
Y más aún al reverenciarse frente al padre de Meredith, el padre que engendró ese cuerpo y los hermanos de la misma, junto a ellos una Melody que destacaba con un vestido amarillo con blanco.
— ¡Hermana Meredith! ¡Haz venido!
Melody saltó de su asiento y muy feliz corrió a tomar la muñeca de Meredith, sintiendo un corrientazo en su mano al momento de solo tener contacto con su piel.
Un corrientazo que se extendió por su cuerpo y causó un dolor infernal por tan solo segundos, ¿Qué era esa reacción?
Inevitablemente, observó como la misma piel de su hermana se tornaba de un color morado do rojizo en la parte en donde ella la había apenas rosado,
¿Acaso era…?
— ¡Oh hermana! ¿Estás bien?
Preguntó un rostro lamentoso y lloroso proveniente de la anfitriona, que observó el color desagradable que se había formado en la muñeca de la otra persona.
— ¿Te he lastimado?, ¿te duele mucho?
¿Que estaba haciendo esa mujer?
Meredith observó una rara aura que recorría el cuerpo de Melody y había chocado contra su cuerpo, y le había provocado aquella dolorosa hematona en su muñeca, pero incluso en esa situación ella estaba haciendo una escena y sus ojos se habían llenado de lágrimas.
Creando la sensación de que en algún momento se pondría a llorar.
Algo allí no estaba bien.
— Estoy bien, Melody. Eh traído algo para ti.
Cambio de tema rápidamente, queriéndo salir de esa situación desagradable lo más pronto posible, ofreciendo finalmente una caja de terciopelo negra con un listón azul oscuro rodeando el contenido.
— Estoy realmente agradecida, hermana.
Melody recibió el regalo y regresó a su sitio, siendo acribillada por las mirada llenas de preguntas de su padre y hermanos.
¿Ella lo sabía?
¿Esa perra lo sabía?
¿La moza de Meredith había visto su poder?
Porque la reacción en su rostro había sido estático y no se había dado cuenta de su hematona que se había formado en su brazo, peor aún, su rostro palideció y miró fijamente a su alrededor, incluso se alejaba rápidamente de allí con sus pasos inestables y el joven Duque siendo su apoyo.
Maldita zorra,
¿Por qué la había invitado?
— Melody, ¿por qué invitaste a Meredith?
Riverent rompió el silencio observando la figura lejana de la mujer que antes había sonreído brillantemente, incluso, si tomábamos la sensibilidad de Riverent, diría que la propia duquesa estaba detrás de la figura delgada y delicada de Meredith, cuidándola.
Después de todo la imagen de la princesa era la misma que de su madre.
Dos gotas de agua.
— Es nuestra hermana, debemos tratarla como tal.
— ¿Te sientes bien?
Preguntó el duque un poco nervioso ante la situación, no esperaba encontrarse con su otra hija en la ceremonia de cumpleaños de la menor, pero así había sido, incluso habia podido ver a su difunta esposa en los mismo ojos de su hija.
¿Quizás estaba alucinándo?
No,
No lo había hecho,
Porque incluso como muestra de verdad, un poder se había manifestado en ella y había llenado sus pulmones, algo tan limpio y puro que había purificado y llenado el ambiente con su santidad, pero quizás la escena lo tenía impactado.
Porque Melody era quien poseía el poder sagrado,
No Meredith,
Si, era así, Melody era a quien debía proteger,
No a Melody.
Ethan Hockey, el menor del los hombres observaba también la figura de su hermana, ya la había visto antes en el campo de entrenamiento.
Pero esta vez era raro, la típica pureza y el poder celestial que rodeaba su cuerpo ya no estaba, como si se hubiera esfumado con el viento.
Pero no era así, porque al otro lado del salón, Meredith tomaba algunos postres ante la mirada de algunas señoritas, y el caballero a su lado bloqueaba todo flujo de mana que fuera visible ante los magos.
Porque estaba seguro, que si el Duque y los príncipes llegaban a observar el poder celestial que poseía la mujer seria rápidamente usado a beneficio de otros, y lo había confirmado cuando los ojos fríos como roca del duque se habían vuelto filosos ante la presencia de Meredith.
Incluso, en ese mismísimo instante quería desaparecer de ese lugar y dar una paliza a su tutor por su grosería a una futura duquesa. Pero no podía, y tampoco debía.
Y le era gracioso el como magos tan experimentados como los que se encontraban en aquel salón no fueran capaces de percibir el choque de Mana completamente distinta que se había formado al toque de las princesas.
Algo inhumado y algo bendito.
Era como el cielo y el infierno.
Y él sabía a cual pertenecía cada mujer.
Melody al cielo y Meredith al infierno.
¿O eso creía cada persona en ese salón?
¿No es así?
.
.
Editado.
**Atte: **Amelie Ross.
Al autor/a le falta un poco más de desenvolvimiento hablando de la historia. Creo que para futuras historias, o si corrige la misma ya que de repente, pierde un poco el hilo y no se entiende muy bien en qué parte de la historia estás...... No creo que es una mala historia solo creo que es una cuestión de prueba y error, detalles rn ortografía, y algo de redacción, está bien para pasar el rato, pero creo que sí son necesarias ciertas correcciones en cuanto al hilo argumental.
A tiltulo personal, considero que al terminar una historia la debes leer desde un enfoque como si fueras el lector. por ejemplo haces dos, tres, cuatro capítulos, y vuelves al primer capítulo, lees cómo va el hilo argumental, y de allí pues te percatas que tal vez te falte un poco acá, que te perdiste de otra cosa por aquí, que tal vez aquí no se entiende mucho, y se va corrigiendo.