ERES MI OBJETO, ME PERTENECES

Seojun kwog

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-Estamos a punto de llegar a la casa de los padres de Ariana. Mientras miro por la ventana, ella revisa su teléfono y me pregunta- Seojun, ¿qué país te gustaría conocer?

-La miro y, tras reflexionar un momento, le respondo- Me gustaría visitar muchos países, pero el que más deseo conocer es México, por su cultura y sus playas.

-Ella me observa y agrega- ¿Cuáles son esos otros países?

-Yo le respondí- Egipto, Italia, Inglaterra, China y Japón son países que poseen culturas fascinantes y hermosos lugares.

-Ella, atenta, mira su teléfono, escribe algo y luego lo guarda. Al llegar, nos bajamos del auto y observo que nos encontramos frente a una mansión.

Es evidente que las personas que viven aquí son adineradas. Ella toma mi mano y me dice- Mis padres te harán muchas preguntas, y quizás mi hermano mayor también. Yo responderé; solo necesitas seguir el hilo de la conversación.

-Al llegar, una de las empleadas se acercó y nos informó que nos esperaban en el jardín. Al caminar, llegamos a un hermoso espacio al aire libre donde todos estaban sentados. Al vernos, se levantó Ariana para saludarnos, y la señora Camila también me recibió cortésmente, mientras que los demás nos saludaron de manera despectiva. Suspiré, pensando que sería una situación incómoda. La señora Camila dio instrucciones para que trajeran el almuerzo y me dirigió la palabra- Gracias por venir. Dime, joven Seojun, ¿cómo se encuentran sus padres?.

- Le respondí- Está bien, gracias por preguntar, señora Camila.

- Ella, sonriendo, me contestó- Me alegra escuchar eso. Espero conocerlos algún día y felicitarles por tener un hijo tan educado.

- Yo le respondí- Le agradezco mucho sus palabras.

-Después de eso, comenzamos a comer. Mientras los hermanos conversaban entre sí, la señora Camila me comentó sobre su viaje a Corea y la empresa que tiene allí. Hablamos sobre diversos temas relacionados con la cultura. Tras finalizar la comida, los hermanos, Ariana, Nero y Félix, se levantaron de la mesa y continuaron charlando con tranquilidad. Observé que Fernando estaba hablando por teléfono mientras permanecía en la mesa con los señores. En ese momento, el señor Carlos me dijo- Seré directo contigo: no me gustas para mi hija. Solo pareces estar interesado en su dinero. Dime cuánto quieres para que te alejes de ella.

-Quedo sorprendido y le respondo- Señor, no se confunda. No estoy con su hija por el dinero; estoy con ella porque...- me quedo en silencio. Esta sería una oportunidad perfecta para expresarle que estoy a su lado en contra de mi voluntad, debido a un contrato que nos vincula. Él podría ayudarme, pero si no logra convencer a su hija y ella se molesta conmigo, no me importaría arriesgarme. Miro hacia Ariana, quien sigue conversando con sus hermanos. Ella me mira y me sonríe, lo que me lleva a suspirar. Luego, dirijo nuevamente mi mirada al señor Carlos y añado- Me complace estar al lado de su hija; no tengo interés en su dinero. Le ruego que no me ofenda de esa manera nuevamente.

-Él responde- Te ofrezco 2 millones de dólares en este momento.

-La señora Camila dice- Joven Seojun, le pido disculpas por el comportamiento de mi esposo. Al parecer, el vino le ha afectado. Por favor, acompáñame un momento, esposo.

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-Ambos nos levantamos, dejando a Seojun solo, quien observa a Ariana. Una vez que estamos a una distancia razonable para que nadie nos escuche, giro hacia mi esposo, quien presenta una expresión de molestia. Le digo- ¿Cómo pudiste ofrecerle dinero al novio de nuestra hija para que se aleje de ella?

-Él, irritado, responde- Ese hombre es un aprovechador, solo está interesado en nuestra hija por el dinero. No le conviene en absoluto.

- Yo le respondo- He conversado con él, es un buen joven, carece de malas intenciones y es honesto. Su presencia es beneficiosa para mi hija.

- Él responde- Camila, ¿qué opinas? No lo quiero en mi familia. Haré lo necesario para que se aleje. Además, ella debería regresar con Leonardo y casarse con él, ya que él realmente la merece; es un hombre influyente.

-Respiro con frustración y, en tono molesto, le digo- Escucha bien, Carlos Brown. Seojun le está haciendo bien a mi hija. ¿Acaso no has notado que ella sonríe más, que está más tranquila, y que se muestra más cariñosa con nosotros? Alisa, la empleada, me comentó que desde que duerme al lado de Seojun, las luces de su cuarto están apagadas y ya no toma esas pastillas.Ella está mejorando, y eso se debe a él. Leonardo nunca había tenido ese efecto en ella. No me importa si él es pobre; lo único que me interesa es que haga feliz a mi hija, y lo está logrando. Por lo tanto, te prohíbo que intentes separarlos, ya que eso podría generar serios problemas. Sabes lo que ocurre cuando me enojo, ¿verdad?

- Su rostro refleja miedo, así que me toma de la mano y me dice- Mi amor, cálmate. Ahora que lo analizo, tienes razón. Yo, yo te prometo que no haré nada para impedirlo, pero por favor no te enojes conmigo.

- Le respondo- Eso espero, Carlos. Ahora vamos hacia Seojun, le pedirás disculpas y también quiero que le ofrezcas un empleo en la empresa.

- Él me responde-Está bien, querida.

- Le doy un beso en los labios y él me corresponde, diciéndome- Te amo, mi hermosa flor.

- Le respondo- También te amo. Ahora, volvamos.