Christian Moltanba es el principal sospechoso de cometer tres asesinatos, por esta causa, es llevado a la pena de muerte. El muere sin conocer a su hijo, Mathias, el cuál también es hijo de Ana Lucia, una joven abogada que luchó hasta el último momento junto a Christian, pero la muerte del joven la deja a ella en peligro, y se ve obligada a casarse con el más longevo de la familia Montalbán. El señor William. quién después de la muerte de Christian, reaparece luciendo mucho más joven.
lo cierto es que el deceso de Christian no quedará impune, pues Moltanba regresará del mismo infierno para hacer pagar a todos sus enemigos y así poder demostrar que es inocente.
NovelToon tiene autorización de yeimy mora para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
La habitación de Christian.
Las palabras del anciano dejaron a Evelyn perpleja, es consciente de que se metió con quien no debía, y como dijo William, él no da segundas oportunidades, y al abrir la boca, escribió su destino.
—¿Sabes quién es ese niño?— Es el futuro heredero del imperio Montalbán, hijo de mi actual esposa; por lo tanto, Mathias se convirtió en mi hijo. Con estas palabras, William se volteó y su corazón se ablandó, cuándo vio a Mathias sonreír dentro del auto, uno de sus hombres se había encargado de distraerlo para que no pudiera presenciar lo que acababa de suceder. William solamente imagino aquella carcajada, pues aún estaba lejos de escucharlo.
—¡Esa sonrisa compensa mi malestar! Pensó mientras daba sus pasos. Por alguna razón ese niño le transmitía mucha paz, esa que hace tiempo no sentía. La caravana de los Montalbán se alejó de la institución. Sitio en donde quedó Evelyn hecha una fiera.
—¡Ese Montalbán! Jon dijo que no habría problema, que Samir lo quitaría del camino, sin embargo aún anda por ahí ocasionando problemas. Al oscurecer la mirada, la señora apretó la mandíbula y se marchó furiosa.
Por otro lado, Samir entró a la oficina de Ana, y así como lo hizo ella, él también arrojó un dispositivo al escritorio.
—¿Qué es eso?— Ana levantó levemente la mirada, pero pronto volvió los ojos al documento que leía, en otras palabras, ignoró la presencia del joven.
—¡Es el reporte financiero del mes! Ya despedí a mi asistente, fue ella quien dígito mal las cifras, solamente espero que no comience a desconfiar de mí. Él notó que Ana lo ignoraba y se mordió la lengua para no mandarla al demonio.
—¡Déjalo sobre el escritorio y retirate! La indiferencia se sintió hasta en el último rincón de esa oficina.
—¡No lo piensas ver! Me hizo correr para esto, no creo que...
Justo en el momento en que Samir comenzó a enfadarse, Ana Lucía dejó el documento que leía y recogió el dispositivo.
—Senor, Samir, ¿sabías que soy abogada? Esa es la profesión que ejercía y que estudié con devoción y con el esfuerzo mío y de mis padres. Gracias a esos estudios, tengo mucho conocimiento y también tengo una amiga, y varios colegas que se encargarán de revisar el estado financiero, para su tranquilidad, estará presente un profesional en finanzas.
—¿Qué...?— Samir la interrumpió con un fuerte grito. Pero todo está bien detallado, le aseguro que no hay nada oscuro o sucio. El hombre sintió temor, esto se debe a que la mayoría de sus sobornos salen del consorcio de los ingresos financieros.
—¡Señor Samir, yo no dudo que sea así!— Es simplemente que el señor William quiere tener un reporte de toda el área financiera; es por ello, que me tomé la libertad de contarle lo que había sucedido. Lo de los abogados fue una decisión de él. En realidad, Ana Lucia estaba mintiendo, ella no había hablado con su esposo, y en parte le dio algo de temor que ese joven saliera de ahí y le reclamé al viejo.
—¡Si es una orden del viejo, no queda más que esperar! Con esta respuesta, Samir le dejó ver que solamente obedecía al anciano. Cabe recalcar que en el fondo siente miedo, ya que las cifras fueron maquilladas por él mismo, y no está seguro de que todo encaje.
—¡Bueno, si no tienes más que decir, entonces nos vemos mañana! Ana Lucia recogió todas sus pertenencias y salió del edificio junto con Olivier.
Lo cierto es que, una vez que entró al auto, se quitó los zapatos y se revolvió el cabello. —Ah, qué tedioso, por suerte, ya acabó el día—
Desde el asesino del conductor, Olivier la miraba por el retrovisor y sacudió la cabeza al pensar. —¡Todavía no se acopla a los cambios! Le tomará más tiempo. Y es que Ana parecía una niña, que al terminar su colegio, está deseando que todo acabe para poder descansar.
Sin embargo, el día para esta joven aún no acaba. Esa mañana llegaron de México, y fue directo al consorcio, no ha tenido tiempo de ir a la mansión y ver su nuevo hogar.
En ese lugar, las empleadas tenían todo preparado para ella y Mathias, les asignaron una habitación, y no les extrañó que ella no durmiera con el viejo, pues William requiere de muchos tratamientos, cuidados especiales y en ocasiones de máquinas, utilizaron ese argumento para esconder el matrimonio por contrato.
A Ana se le asignó una de las mejores habilidades. Anteriormente, alguien dormía allí, pero hace un año que el joven Christian se había independizado, luego pasó lo de su ejecución, desde entonces nadie más dormia ahí.
—¡Señora, su recámara es la de la derecha, esperamos que se sienta cómoda, si necesita algo más, no dude en pedirlo! Estamos para servirle. La señora que recibió a Ana la llevó hasta la recámara; era su trabajo atenderla y hacerle sentir lo más cómoda posible.
—Esta era la habitación de Chris… Ana titubeó a la hora de entrar, ya que nada allí había cambiado, y por alguna razón inexplicable, todavía se siente la fragancia que solía usar Christian.
—¿Hace cuánto la limpiaron? No es que sea paranoica o excesiva con la limpieza, es solo que… Ana no continuó hablando, últimamente ha sentido el aura y la presencia de Christian, es como si todavía estuviera en el mundo de los vivos, pero si lo dice, la gente pensará que está loca o se reirá de ella.
Por su parte, Rosaura, la empleada, entró y encendió las luces, y mientras lo hacía, le contestó. —¡No se preocupe! Esta habitación se limpia todos los días, le coloqué toallas nuevas en el baño por si desea darse una ducha, antes de que baje a cenar. Por cierto, su hijo se está duchando. Rosaura parece ser muy amigable, y trató de que su jefa, como se lo han indicado.
—Aquí están sus cosas personales. En ese momento, la empleada, abrió dos enormes puertas y apareció frente a ellas un armario repleto de cosas. — Wow... Por Dios, esto parece ser otra habitación. Ana Lucia quedó deslumbrada y boquiabierta.
—Aquí está su guardarropa, los zapatos se acordaron de este lado y sus joyas están por aquí. Como verás, el señor le envió a traer más joyas, algo de ropa y los zapatos fueron diseñados especialmente para usted.
Ana estaba totalmente inmóvil. Anteriormente, su apartamento era del tamaño de esa recámara; nunca ha tenido tantos lujos, aunque como todos en el mundo, soñaba vivir mejor; sin embargo, su realidad ahora, supera las expectativas.