En una ciudad donde hablar de homosexualidad era tema tabú, se desarrolla la historia de Bastian Gómez, un joven atado a los deseos machistas de su padre; un hombre perteneciente al cuerpo policiaco de carácter severo y muy moralista. “Bas” como muchos le decían, ahora con 18 años se debatía entre sí seguir a su corazón y revelar su orientación o hacerle caso a las palabras que poco a poco esa persona a logrado transmitirle en ese papel y así llenar de orgullo a su padre…
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24.ÉL ES MÍO.
Un mes había transcurrido desde que se reveló la idéntidad de ‘Moon’, un mes de conocerce, de aceptar que alguien gustaba de el, un mes de salidas secretas con la novia falsa o las supuestas conquistas, besos fingidos y sin sabor frente a su padre, besos que lo hacían vibrar en secreto, Bastian era feliz a medias, fingía felicidad ante su padre para guardar apariencias, pero en secreto en brazos de aquella persona realmente si lo era, el castaño quería ser libre, poder expresar su cariño por su novio poder decir lo que Ian le causaba sin secretos, sin tener que ocultarse pero aún no estaba listo para enfrentarse ante los demás y antes su padre sobre todo en este dia en el que ocurriría su primera pelea.
—Te quedarás hoy conmigo?—pregunta Ian al menor, quienes se encontraban en uno de los jardines del instituto.
—No creo que sea buena idea—responde el castaño mientras come un poco de fruta, ya que era la hora del receso—que dirían tus padres de mi!
—Saben que eres mi novio.
—Con mayor razón, sería muy vergonzoso, además estaria muy nervioso no estoy listo aún.
—Tranquilo no voy a hacer nada, sabes que seré paciente, no hare nada que tú no quieras, solo quiero que te quedes a dormir conmigo, me gustaría poder abrazarte, sentirte a mi lado y dormir en tus brazos es todo lo que pido, puedes decir en tu casa que te quedarás en casa de tu amiga o de la mosca —comenta de manera suplicante el pelinegro.
—Eres un manipulador —ríe mientras piensa que esta podría ser una buena idea—por cierto dónde está Zion?
—Fue por una ensalada….pero no me cambies el tema, anda que dices!—sonríe coqueto el pelinegro.
—Yo…
—Hola, Ian…puedo hablar contigo—la pareja es interrupida por una chica que se encuentra frente a ellos—lamento interrumpir…
—No te preocupes, yo ya me hiba—comenta el castaño nervioso mientras se levanta de la banca para alejarse.
Ian lo detiene, haciendo que se siéntate de nuevo—dime que necesitas de mí, podrías ser breve estoy en el almuerzo con mi compañero—menciona el pelinegro.
—Yo…quería pedirte un cita, sal conmigo por favor, me gustas desde hace mucho—suelta sin más la chica.
Bastian quedó sorprendido ante lo que acababa de escuchar, mil cosas pasaron por su cabeza, porque tuvo que escuchar eso, que haría Ian, como le respondería, sobre todo no estaba seguro si quería escuchar la respuesta de su novio.
—Gracias—la respuesta del pelinegro no era la que ambos esperaban—te agradezco por tus sentimientos, y también por tener el valor de confesarlos, pero me temo que no puedo aceptarlos, ya me encuentro en una relación y estoy feliz con ello—respondió de manera amable.
—En..una.. relación?, lo siento! no sabía, creí que no tenías novia, nunca se te ha visto con ninguna chica, sí que lo ocultas bien—sonríe nerviosa.
—Ya llegará alguien a tu vida—menciona por último el pelinegro.
—Entiendo—responde afligida la chica—sería mejor que me vaya.
Bastian observa a la chica marcharse, mientras en su interior crecían más sus inseguridades.
—Y bien ya decidiste si vienes conmigo—pregunta sonriendo el pelinegro.
—Creo que deberíamos dejar esto…
—Aún no logro convencerte?
—Me refiero a lo nuestro…nuestra relación.
—Que?
—No es justo para ti que te este ocultando, tal vez no debiste rechazarla, ella sí podría hacer pública su relación contigo, no te tendría en las sombras como yo….
—Haber Bastian porque dices eso, yo no me eh quejado por nuestra relación, te dije que aceptaba este proceso, además ella no me interesa ni siquiera la conozco porque tienes que decirme eso.
—Ian tal vez ahorita no te moleste pero en el futuro te cansarás de mí, de esta relación, de estar ocultos y que no puedas decirle a nadie de lo nuestro, es mejor pensárlo desde ahorita.
—Así serán las cosas, a la primera dificultad huirás, tú no decides por mí, tú no sabes lo que yo siento o quiero—comenta molesto el pelinegro.
—Ian….
—Creí que entendías que una relación es de dos, pero veo que pueden más tus temores, que lo que yo pueda prometerte, no puedo luchar por los dos—se marcha dejándo al castaño llorando por lo ocurrido.
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—Ósea no está chido pelearse, cuando peleo con mi negris me siento súper triste.
—No fue mi intención que eso pasara—menciona el castaño que se encontraba contando lo ocurrido a sus amigas—es la primera pelea que tenemos, ahora no sé si quiera continuar o terminar, tal vez sea lo mejor que encuentre alguien con quien sí pueda andar con plena libertad.
—Aaah como lo odio al desgraciado, dije que lo golpearía si te hacía llora—interviene Alanís—pero es verdad Bas esta vez el tiene razón, el te a demostrarlo día a día lo que siente, las cartas no han parado de llegar aunque ahora no me dejas leerla, tal vez de seguro se ah robado la inspiración de Neruda para escribir en ellas la más bella poesía, así que piénsalo bien si te quedas con él o me lo dejas a mí la verdad que sería interesante tener al pendeje para mí es atento, romántico y sobre todo guapo—menciona dejándo a todos sorprendidos por lo dicho.
—Que te pasa Alanís—comenta con un poco de molestia el castaño—tú tienes a Leo es guapo y más de una quiere con el, claro que no se compara con Ian, él es mucho mejor pero él es mío, eres mi amiga pero te puedes fijar en mi novio además a él ni le agradas…—el castaño cubre su boca después de darse cuenta lo que le acababa de gritar a su amiga—perdón!—menciona entre susurros.
—Ahí tienes tu respuesta Bas—sonríe la ojiverde—debes de confiar más en ti, él te quiere te lo está demostrando, así que tú debes hacer lo mismo, no solo digas que es tuyo, sino que también demuestralo.
—No tengas miedo, estaremos contigo apoyándote—agrega Naara.
—Gracias por su ayuda, tengo que disculparme con él y solucionar las cosas—responde el castaño, pues se encontraba decidido a solucionar las cosas.