NovelToon NovelToon
Bajo El Mismo Veredicto

Bajo El Mismo Veredicto

Status: Terminada
Genre:Romance / CEO / Arrogante / Ligador / Completas
Popularitas:6.7k
Nilai: 5
nombre de autor: Deiver Gutierrez

Aurora West ha dedicado su vida a construir un futuro brillante en el mundo del derecho. Cuando consigue una codiciada oportunidad de prácticas en el bufete más prestigioso de la ciudad, cree que está un paso más cerca de alcanzar sus sueños. Sin embargo, lo que no esperaba era que su jefe, Rafael Novoa, fuera un hombre tan implacable como fascinante.

Frío, reservado y con una reputación impecable, Novoa es un abogado brillante, pero detrás de su carácter severo esconde un conflicto interno que no está dispuesto a admitir: una atracción innegable hacia Aurora. Aunque intenta resistirse, su presencia desafía cada una de sus reglas, cada uno de sus principios.

Entre juicios, miradas furtivas y una tensión imposible de ignorar, Aurora deberá descubrir si es capaz de derribar las barreras de Rafael y demostrarle que algunas batallas no se ganan con argumentos, sino con el corazón.

¿Podrá él aceptar lo que siente o dictará su propio veredicto antes de permitirse amar?

NovelToon tiene autorización de Deiver Gutierrez para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 24

POV Aurora

Después de que salimos de aquel hotel donde fue la junta, nos dirigimos al edificio de Rafael para ir por nuestras cosas y continuar con la plática en su departamento. Veía su rostro muy intranquilo desde que salimos de aquel lugar, yo solo deseaba saber que era todo lo que pasaba por esa mente, me angustiaba lo que podía ser a decir verdad.

Llegamos a su hogar de forma rápida, fue un trayecto bastante silencioso, creo que ambos nos sentíamos mentalmente abatidos, pero aun teníamos una conversación pendiente, si algo sabíamos hacer Rafael y yo, era hablar las cosas, siempre ayudaba a nuestra situación expresar lo que sentíamos, así que esperaba que en lo que Sebastian llegaba, pudiésemos hablar un poco.

-Dijo Seb que llegaría por algo de tomar antes de venir acá- Dije a mi novio mientras caminábamos con las manos entrelazadas al interno del departamento.

-Ver a Sebastian ebrio siempre es un completo chiste- Respondió Rafael soltando una pequeña risa y quitando su saco para dejarlo en el respaldo de una silla.

Yo negué con la cabeza y me senté en un sillón, Rafael repitió mi acción sentándose justo a mi lado tomando mi mano dándole un apretón.

-Amor, ¿Podemos hablar?- Preguntó él con voz suave incorporándose un poco.

-Seguro, cielo, te escucho- Contesté dándole ánimo, él suspiró para después hablar.

-Primero, ¿Cómo te sientes con lo que pasó? Necesito que lo sueltes, no guardes eso solo para ti, puedes contarme...- Al escuchar eso, las sucias y asquerosas palabras de Patrick se repitieron en mi mente como si fuese una película, un gesto de desagrado apareció en mi rostro, algo que Rafael no pasó desapercibido.

-Bueno, si te soy honesta... Me sentí tan furiosa y tan... humillada, me trató como una prostituta, su mirada sobre mí me hacía sentir expuesta, frágil, vulnerable... si te soy completamente honesta, ese hombre me asusta, Rafael- Admití en un hilo de voz viendo la reacción de mi novio que me escuchaba atento.

Lo veía con atención, cada gesto que hacía, podía notar su molestia a kilómetros de distancia, veía en sus ojos dolor, tristeza, angustia y... miedo. Algo lo estaba aquejando, necesitaba que me dijera que era lo que sentía él.

-Rafael, ¿Qué pasa?- Pregunté en un susurro pasando mi mano por su mejilla con suavidad.

-Perdóname, mi vida. Todo lo malo que has pasado estos últimos meses ha sido todo mi culpa, todo. Sabía en un principio que era mala idea aferrarme a estar contigo, porque eso traería riesgos para ti, pero no lo puedo evitar, amor. Te amo y no quiero estar lejos de ti, pero me aterra tanto saber que te estoy poniendo en peligro por el simple hecho de ser tu novio- Soltó de una forma que me causó un profundo sentimiento, su voz estaba rota y sus ojos cristalizados.

-Rafael, ¿De qué hablas, cariño?- Pregunté queriendo comprender su sentir.

-Hablo de que todo lo que ha pasado ha sido directa o indirectamente por culpa mía, el ataque de Richards, el ataque de Bruce Lewis, los malos ratos que te hizo pasar Nora, y ahora las estupideces y el riesgo que puedes correr por culpa de Patrick Stewart, no merezco que...- Comenzaba a decir desesperado hasta que lo interrumpí poniendo mi mano sobre su boca con delicadeza.

-Oye... oye, oye, oye. Detente- Frené sus palabras haciendo que me mirase – Quiero que entiendas que eso no depende de ti, cielo, tendremos que aprender a vivir con eso, hay gente mala que buscará hacerte daño o buscará hacerme daño a mí solo para lastimarte a ti-

-Pero...-

-No sigas con eso. Yo elegí ser tu novia, elegí estar contigo, y estoy muy consciente que al aceptar eso aceptaría también las amenazas que pudiese conllevar aquello. Ya deja de culparte por todo, amor. Esto no es tu culpa, yo sabía en lo que me estaba metiendo al estar contigo, y ¿Te digo algo? Estaría dispuesta a correr cualquier peligro con tal de estar a tu lado, estoy dispuesta a correr cualquier riesgo o peligro que pueda venir, por ti y por tenerte conmigo...- Terminé por decir con mis ojos cristalizados, una lágrima rodó por la mejilla de Rafael, tomó mis manos con lentitud y dejó un beso en cada una, se tomó un par de segundos para responder.

-No te merezco Aurora, tú eres tan buena, tan perfecta y yo soy un completo desastre, pero eres mía... Aunque quisiera, no podría dejarte ir, estás metida en lo más profundo de mi alma, eres mía, y no puedo alejarme de ti. Pero te juro con todo lo que soy, que haré hasta lo imposible por mantenerte a salvo, daría mi vida si fuera necesario- Comentó dejando cortos besos en mis labios aferrándose a mi cuerpo, me puso en su regazo para poder abrazarme con mayor facilidad.

-Lo sé, mi amor, lo sé... Eres mi desastre y te amo tal como eres- Susurré acariciando su cabello, me alejé para ver su rostro y limpié las lágrimas de sus mejillas –Quiero que me prometas una cosa...- Pedí mirándolo a los ojos.

-Lo que tú quieras mi vida-

-Si algo llega a sucederme algún día, lo que sea, no quiero que te culpes. Yo elijo este camino, elijo cualquier riesgo que pudiera venir, elijo estar a tu lado en las buenas y en las malas, y te elijo a ti por sobre todas las cosas- Dije de la forma más sincera que pude, él suspiró al escuchar mis palabras, bajó la mirada, y cuando volvió a subirla, asintió con la cabeza.

-Te amo tanto, mi hermosa Aurora, eres mi vida entera...- Soltó mi bello novio dejando un corto beso en mis labios para después abrazarme con fuerza, yo correspondí aquel abrazo, necesitaba de su calor, necesitaba sentirme segura, y estar en los brazos de Rafael siempre habría de brindarme ese sentimiento.

-Y yo a ti mi amor-

Me mantuve abrazada a Rafael un buen rato, realmente algo tan simple como sentir su cuerpo junto al mío siempre ayudaría a calmar cualquier sentimiento de angustia que pudiese tener. Estuvimos así hasta que escuchamos que tocaron la puerta, imaginaba que se trataba de Sebastian, me levanté del regazo de mi novio y caminé hacia la puerta.

-Llegó el alma de este lugar- Soltó Seb entrando al departamento una vez que abrí la puerta, yo reí al escucharlo y caminé junto a él hasta sentarnos en el la sala.

Al instante el ambiente se tornó mucho más alegre y relajado, comenzamos a platicar de cosas algo más triviales, creo que necesitábamos un descanso de todo lo que conllevaba trabajar en el bufete, la gente podrá pensar que por el hecho de ser "practicante" mi trabajo o aportación en la empresa era básicamente nulo, pero Rafael y Sebastian me estaban preparando para ser tan buena como ellos, por lo que se me exigía el mismo desempeño para estar preparada.

-Oigan, les quería comentar, el viejo entrometido de la fiscalía preguntó por ustedes al término de la junta, ¿Pasó algo?- Nos preguntó Seb a ambos, yo bajé la mirada y Rafael tensó su mandíbula -¿Qué sucedió?- Preguntó alarmado al mirar nuestras reacciones.

-Patrick volvió a fastidiar a Aurora, la siguió cuando ella salió a responder el teléfono, sigue molestándola e hizo insinuaciones desagradables- Rafael se delimitó a resumir lo más posible la situación, pero eso no evitó que Sebastian se enojara de sobremanera al escucharlo.

-¡¿Volvió a molestarte?!- Preguntó con molestia, yo solo asentí sin mirarlo – ¿Es que ese hijo de perra no entiende? No es suficiente con el dolor de cabeza que ha sido durante tantos años para que ahora quiera venir a estarte fastidiando, le voy a destrozar la maldita cara al bastardo...-

-No Seb, no se metan en problemas por personas que no lo valen, Patrick Stewart es alguien peligroso, y no quiero que se metan en problemas ni Rafael ni tú por mi culpa, podemos levantar un acta administrativa por ahora, esperemos que con eso decida relajar su intensidad...- Pedí esperando que no actuaran impulsivamente, tomaba la mano de Rafael entre la mía esperando que se tranquilizara un poco.

Estaba enterada que tanto Rafael como Sebastian habían ayudado a tomar justicia por sus propias manos contra las personas que me habían atacado, conocía el cariño fraternal que Seb me tenía y que fue por eso que también actuó en contra de esas personas y quería actuar contra Patrick también. Pero Stewart no era un criminal cualquiera, era un abogado que tenía contactos peligrosos, no con tanto poder como Rafael, pero cualquier clase de acceso a poder era una amenaza en personas como él.

Así que por esa razón no quería que ellos actuaran en su contra, no quería que nada les sucediera por mi culpa, estaba casi segura que de hacer algo saldrían ilesos, pero cualquier mínimo riesgo me aterraba, solo quería evitar más problemas. Al final del día Patrick era el abogado de los criminales, era a quien ellos acudían para ser representados, por lo que de ellos saber que mi Rafael fue el responsable de que algo malo le sucediese, podría meterlo en muchos problemas.

-Está bien, mi amor. Si eso es lo que quieres, respetaré tu decisión, pero te digo desde este momento que si se te vuelve a acercar, tendrá que dormir con un jodido ojo abierto porque iré por él...- Soltó mi novio rodeando mi cintura con su brazo con posesividad, yo sonreí levemente y negué con la cabeza.

-Está bien, solo esperemos que no vuelva a ocurrir nada...- Dije recargando mi cabeza en su hombro.

Rafael y Sebastian solo miraban a la nada asintiendo con la cabeza, podía imaginar lo que pasaba por sus mentes, pero no quise agregar nada más. Aunque no me desagradaba para nada la idea de que se hicieran cargo del tema de Patrick, no quería que algo les pasara, así que por ahora, dejaríamos el tema de lado.

Continuamos con nuestra improvisada reunión que estaba resultando ser muy divertida y desestresante, Sebastian estaba ya algo ebrio, no podíamos parar de reír, Rafael casi no había bebido, solo lo notaba algo más relajado, y yo solo me sentía feliz, había bebido solo un poco más que Rafael, así que aún estaba bastante bien.

-Oye preciosa, ahora que recuerdo, ya casi es tu graduación, ¿Qué vamos a hacer? Porque obviamente ya me auto invité- Soltó Sebastian haciéndome sonreír.

-No sé Seb, la ceremonia de titulación será obviamente en Portland, pero creo que no harán una fiesta o algo después, así que supongo que celebraré con mis padres, y claro que estás invitado... Rafael no puede salvarse, aunque no quisiera ir, lo raptaría...- Comenté mirando a mi novio con una sonrisa que estaba a mi lado con su brazo alrededor de mi cintura.

-¿Cómo crees que me perdería algo así, cielo? Primero regalo a Sebastian antes de perderme tu gran día...- Agregó haciéndome soltar una gran carcajada.

-¡Oye!- Reclamó mi amigo –Bueno, volviendo a lo importante, claro que celebraremos ese día, nos pondremos de acuerdo con tus padres, que aunque Rafael no lo quiera admitir, me quieren más que a él- Dijo Seb molestándolo, los tres sabíamos que no era así, pero a Seb le encantaba bromear con Rafael para hacerlo desatinar.

-Sigue soñando Stan- Respondió mi novio con una ligera sonrisa.

Continuamos conversando en el departamento de Rafael por casi dos horas más hasta que Sebastian decidió que ya era tiempo de irse, como estaba bastante ebrio, decidió llamar al chofer de la empresa, ya mañana Rafael o yo le llevaríamos su auto, pero preferíamos que no se expusiera o expusiera a otra persona al conducir en estas condiciones.

-Hasta mañana Seb- Le dije una vez que estaba arriba del auto a punto de arrancar, Sebastian se despidió con algo que no alcancé a distinguir, Rafael y yo solo reímos y lo vimos partir.

Caminamos de regreso al departamento, comenzamos a limpiar un poco lo que habíamos desordenado durante nuestra reunión, estábamos en la cocina terminando de acomodar todo mientras conversábamos.

-Me alegra que te sientas mejor, amor, no me gusta verte tan decaído- Dije con voz suave mientras limpiaba la barra de la cocina.

Sentí su cuerpo posicionándose detrás del mío, pasó sus brazos sobre mi abdomen creando un abrazo y pegó mi espalda a su pecho. Yo recargué mi cabeza en su hombro y cerré mis ojos disfrutando de su contacto...

-Estoy bien mi vida, es solo que... me estaba consumiendo el miedo y la desesperación por no saber qué hacer, me aterra el hecho de que pueda pasarte algo, pero tampoco estoy dispuesto a dejarte ir, así que solo dedicaré mi existencia a hacerte feliz y a cuidarte...- Soltó de una forma tan dulce que me hizo suspirar.

Rafael comenzó a dejar besos en mi hombro, subiendo hacia mi cuello deteniéndose en mi mandíbula, yo aún mantenía mis ojos cerrados disfrutando de él.

-¿Te confieso algo, cielo?- Susurró en mi odio erizando mi piel, se inclinó un poco dejándome recargada en la mesa besando mi cuello, yo estaba a punto de perder mi autocontrol, debía admitir que cuando bebía algunos tragos me ponía algo... digamos... bastante receptiva a las caricias de mi novio, y solo quería sentirlo dentro de mí y eliminar esta necesidad creciente que tenía.

-¿Sí?- Logré preguntar en un suspiro, inconscientemente empujaba mi trasero contra el regazo de Rafael.

-En este momento necesito liberar algo de... tensión. Te necesito tanto, mi amor...- Su voz era grave, notaba el deseo en él, no era la primera vez que alguno de los dos necesitaba "liberar tensión", y teníamos la solución más jodidamente deliciosa para resolver aquello.

Sentía su duro bulto presionando contra mi cuerpo a la vez que yo me aferraba al borde de la barra, sus manos apretaban mis caderas y yo solo quería sentir su cuerpo contra el mío, era una necesidad casi inhumana.

-¿Y qué estás esperando?- Pregunté con mi voz cargada de lujuria y deseo, pude escuchar una leve risa a mis espaldas.

Sentí que se recargó sobre mí, su respiración jadeante en mi oído.

-Mañana te voy a dar el día libre, porque te daré tan duro, que no podrás caminar princesa- Susurró mordiendo con suavidad el lóbulo de mi oreja, yo suspiré al escuchar sus palabras y mordí mi labio inconscientemente.

Dejó un azote en mi trasero que me hizo jadear para después cargarme y ponerme sobre su hombro para caminar hasta su habitación, yo no pude hacer más que jadear por la sorpresa hasta que llegó a su cuarto y me depositó en la cama posicionándose de inmediato entre mis piernas atacando mis labios con fiereza y pasión.

Sin separarnos de aquel beso, Rafael fue desprendiéndose de cada una de nuestras prendas con una velocidad impresionante, él tocaba y masajeaba mi cuerpo sin pudor alguno deteniéndose en mis pechos donde bajó y dejó besos húmedos en ellos, yo no podía parar de jadear y suspirar por su toque.

-Eres perfecta, mi vida... tan perfecta- Susurró subiendo su rostro para verme a los ojos, los suyos estaban cargados de deseo.

Yo no podía responder, me sentía tan sensible a él, a sus toques, que solo pude verlo con una sonrisa coqueta y volví a besar sus labios. Nos giré de forma que yo quedé sobre su regazo desnudo, sentía su miembro haciendo contacto en mi centro, me moví creando fricción entre nosotros.

Rafael volvió a girar nuestros cuerpos para estar arriba y de una sola estocada entró en mí con fuerza, estableció un ritmo no tan rápido pero duro desde un inicio, en la habitación solo se escuchaba el sonido de nuestra piel chocando y nuestros jadeos y gemidos. Para mí no había cosa más excitante que escuchar los gruñidos y jadeos de Rafael en mi oído, estaba en una nube placentera indescriptible.

-No pares Rafael...- Alcancé a murmurar entre suspiros arañando la espalda de mi novio.

Él tomó la parte trasera de mi muslo y levantó mi pierna teniendo más acceso pudiendo llegar mucho más profundo, yo sentía estar en mi limite, y creo que Rafael también ya que sentía sus dedos apretando con fuerza mi muslo y sus estocadas se volvieron más duras, casi salvajes, hablaba enserio cuando dijo que me dejaría sin caminar.

Segundos después sentí como alcanzaba el clímax soltando un audible grito, después escuché a Rafael murmurar algo que no entendí bien y sentí como se derramó dentro de mí, no nos preocupábamos mucho ya que yo tomaba pastillas anticonceptivas, así que todo estaba bien, aunque ahora que recuerdo, necesitaba ir a comprar más ya que las mías estaban por terminarse.

Nos quedamos sin movernos varios minutos, intentando recobrar el aliento, el cuerpo de Rafael estaba sobre mí, sus manos acariciaban mis piernas y mi cadera, trazaba figuras imaginarias en estas mientras me susurraba al oído.

-Lo siento si fui muy brusco, amor, perdí un poco mi autocontrol- Susurró con la voz algo adormilada aun sobre mí, yo solté una suave risa y acaricié su cabello.

-Descuida cariño, estoy bien- Dije despreocupándolo dejando un corto beso en su mejilla.

Él salió de mí y después de ir por una toalla y limpiar nuestro pequeño desastre se recostó a mi lado y se mantuvo aferrado a mí. Tenía su pecho pegado a mi espalda, su agarre era férreo, como si no quisiese que me apartase de su lado, pero era lo que manos tenía pensado hacer.

-¿Te confieso algo, cariño?- Preguntó Rafael muy adormilado, yo sonreí con los ojos cerrados.

-Dime...- Pedí apretando sus brazos que rodaban mi cuerpo.

-No hay nada que disfrute más, que hacer el amor contigo- Susurró sobre mi cuello, yo sentí mil mariposas en mi estómago al escuchar sus palabras –No hay nada que disfrute más que estar a tu lado, besarte y despertar contigo cada mañana...- Agregó.

-Pienso igual, corazón. Te adoro- Solté con honestidad girando para dejar un beso en sus labios.

-Te amo tanto, mi hermosa Aurora- Terminó por decir rozando su nariz con la mía, dejó un último beso en mi frente y nos dejamos llevar por el sueño que comenzaba a golpearnos con fuerza.

Y teniendo una sensación de plenitud en mi corazón, caí en un profundo sueño entre los brazos del amor de mi vida, sintiéndome más segura que nunca sabiendo que a su lado, todo estaría bien...

1
Yuly Ponce
Hermosa historia felicidades ❤️
America Lopez
la recomiendo
Deiver: gracias por leer
total 1 replies
America Lopez
hermosa historia
America Lopez
cobarde...
America Lopez
me gusta la fuerza de voluntad de Rafael
America Lopez
exquisita escritura, me fascina la interpretación de los personajes, felicito a la escritora. Sigamos con la lectura
Deiver: gracias que bueno que te guste la historia
total 1 replies
Rosa Rodelo
Foto, de los protagonistas
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play