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Manual Para No Morir Otra Ves

Manual Para No Morir Otra Ves

Status: Terminada
Genre:Completas / Dominación / Enfermizo / Venganza de la Esposa / Multi-reencarnación
Popularitas:226.9k
Nilai: 4.9
nombre de autor: Amilkar

Estas acostumbrado a leer novelas de reencarnacion en donde la protagonista reencarnada se vuelve poderosa, ¿que pasaria si esta novela no es como las demas? ven y lee algo diferente, algo que sin duda te gustara.

NovelToon tiene autorización de Amilkar para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Pura suerte

Aranza siempre había sabido que su boca la metería en problemas.

Pero nunca pensó que un día terminaría huyendo de un grupo de bandidos enojados porque ella misma los había provocado.

Pero bueno… así era su vida ahora.

Todo Comenzó con un Paseo "Inocente"

—Mi lady, ¿está segura de que es una buena idea salir de la fortaleza sin escolta? —preguntó Emilia, con el ceño fruncido y los nervios a flor de piel.

—¡Por supuesto! —respondió Aranza con una sonrisa despreocupada—. He estado atrapada en ese castillo como una prisionera. Necesito aire fresco.

Emilia suspiró, claramente acostumbrada a este tipo de conversaciones.

—Sí, pero… ¿qué tal si alguien intenta matarla?

Aranza resopló.

—Por favor, Emilia. ¿Quién querría matarme?

En ese preciso instante, un cuervo graznó sobre sus cabezas.

Ambas se quedaron en silencio.

Aranza parpadeó.

—Bueno… eso fue un poco dramático.

Emilia le lanzó una mirada de "¿ves lo que digo?", pero Aranza simplemente se encogió de hombros.

—Mira, solo vamos a dar un paseo en carreta hasta el pueblo, compraré algunas cosas inútiles y volveremos antes del atardecer. Nada de qué preocuparse.

Emilia suspiró otra vez, con la resignación de quien sabe que todo saldrá mal.

—Lo que usted diga, mi lady…

El viaje al pueblo fue tranquilo… al principio.

Aranza disfrutó del paisaje, Emilia intentó relajarse —sin mucho éxito— y el cochero se limitó a hacer su trabajo.

Todo marchaba bien.

Hasta que la carreta se detuvo bruscamente.

—¿Qué pasa? —preguntó Aranza, asomándose con curiosidad.

El cochero estaba pálido.

—Bandidos, mi lady.

Aranza arqueó una ceja.

—¿Bandidos? ¿En serio? ¿Tan cliché somos ahora?

Emilia la agarró del brazo con desesperación.

—¡Mi lady, es en serio!

Aranza miró hacia el camino y, efectivamente, un grupo de bandidos armados bloqueaba la ruta.

Había unos siete hombres de aspecto rudo, vestidos con ropas gastadas y caras de pocos amigos. Uno de ellos, probablemente el líder, se adelantó con una sonrisa arrogante.

—Vaya, vaya… ¿qué tenemos aquí?

Aranza suspiró dramáticamente.

—¡Oh, no! ¡Un grupo de bandidos apareciendo justo cuando decidí salir! ¡Qué inesperado y nada predecible!

El líder parpadeó.

—¿Eh?

Emilia le susurró con urgencia:

—¡Por favor, cállese, mi lady!

Pero Aranza, por supuesto, no la escuchó.

Bajó del carruaje con toda la confianza del mundo, se cruzó de brazos y miró a los bandidos como si fueran una molestia menor.

—Muy bien, caballeros. Si esto es un asalto, háganlo rápido. No tengo todo el día.

Los bandidos intercambiaron miradas, claramente desconcertados.

—¿No tienes miedo? —preguntó uno.

Aranza soltó una carcajada.

—¿De ustedes? Por favor. He lidiado con nobles más aterradores que un grupo de hombres sin baño.

El líder frunció el ceño.

—Oye, oye, no nos insultes.

—Lo siento, pero es la verdad.

—¡No lo es!

—Bien. ¿Cuándo fue la última vez que se bañaron?

Silencio absoluto.

Aranza sonrió con malicia.

—Ajá. Eso pensé.

Emilia se llevó ambas manos a la cara, al borde del colapso.

—¡MI LADY, DÉJELOS EN PAZ!

El líder de los bandidos apretó los puños, su rostro pasando de la confusión a la furia en un instante.

—¿Sabes qué? Olvídate del dinero. Ahora quiero tu cabeza.

Aranza parpadeó.

—Vaya… eso escaló rápido.

—¡MATENLA!

—¡CORRE, EMILIA!

Sin perder un segundo, Aranza agarró la falda de su vestido y salió disparada como alma que lleva el diablo.

Emilia, en puro pánico, la siguió sin cuestionarlo.

Los bandidos tardaron un segundo en reaccionar, pero pronto se lanzaron tras ellas con gritos de guerra.

—¡MI LADY, DIJO QUE NOS DEFENDERÍAMOS!

—¡ERA MENTIRA! ¡CORRE MÁS RÁPIDO!

Aranza corrió con toda la velocidad que su cuerpo —entrenado por Cassius— le permitía.

Lo cual… no era mucho.

El sonido de los pasos persiguiéndolas era cada vez más cercano, los bandidos pisándoles los talones. Pero justo cuando estaban a punto de alcanzarlas, el suelo decidió hacer su magia.

Uno de los hombres pisó una roca suelta y cayó de cara. El que venía detrás, sin tiempo de reaccionar, tropezó con él y también terminó en el suelo. Y el tercero, completamente ajeno al desastre, chocó contra ellos y se fue de boca.

—¡AAAAARGH!

Aranza echó un vistazo por encima del hombro y parpadeó, sorprendida ante el caos que se había desatado solo.

—Oh.

Emilia, sin poder creerlo, se llevó las manos a la cabeza.

—¡Se cayeron solos!

Aranza sonrió con suficiencia, como si todo hubiera sido parte de su brillante estrategia.

—¡Por supuesto! Eso es lo que pasa cuando intentan meterse conmigo.

Pero su satisfacción duró poco.

El resto de los bandidos seguía corriendo.

—Mierda.

Agarró a Emilia del brazo y tiró de ella con todas sus fuerzas.

—¡SIGUE CORRIENDO!

El bosque se volvía más denso con cada paso, ramas y raíces enredándose en su camino, pero eso también significaba que podían esconderse si lograban perder a los bandidos.

Sin embargo, antes de que pudieran intentarlo, un crujido seco rasgó el aire.

Un árbol podrido, debilitado por el tiempo y el azar, se inclinó peligrosamente justo en el camino de los perseguidores.

—¡CUIDADO!

El grito de advertencia llegó tarde.

—¡AAAAAH!

Con un estruendo ensordecedor, el tronco se desplomó, levantando una nube de polvo y hojas, y bloqueando el paso de los últimos hombres.

Aranza se detuvo en seco, boquiabierta.

—¿Pero qué…?

Emilia, jadeante, apenas podía creerlo.

—Dioses… ¿somos… increíblemente afortunadas?

La sorpresa de Aranza se desvaneció al instante, dando paso a una sonrisa de pura satisfacción.

—O más poderosas de lo que pensábamos.

Emilia la miró con incredulidad.

—Mi lady… no hicimos nada.

Aranza alzó las manos con dramatismo.

—¡Exacto! Y aún así ganamos.

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Mabel Coto
Decir excelente sería quedarme corta, lo adoré desde el primer capítulo. Trama más que interesante con comedia incluida. Felicidades, siga así, y demás está decir que pienso seguir leyendo sus novelas. Gracias!!!
Mabel Coto
Me encanta cuando la escritora deja comentarios entre paréntesis!!!!
Mabel Coto
ni nosotros 🤣🤣🤣🤣🤣🤣
Mabel Coto
🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣
Mabel Coto
Ella es única, les digo que desde que empecé a leer no he podido parar,me he reído tanto que hasta me he orinado. Escritora,siga así!!! 🤣🤣🤣🤣🤣🤣
Mabel Coto
🤣🤣🤣🤣🤣🤣 ella que no tiene filtros !!!!!
Mabel Coto
🤣🤣🤣🤣🤣🤣 desde que empecé a leer esta novela, no he parado de reir !!!!
Mabel Coto
🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣
Mabel Coto
Intercambio cultural!!!!! jajaja 😂 😂 😂 😂 😂 😂 😂 😂
Mabel Coto
🤣🤣🤣🤣🤣🤣 Dale con todo Aranza, tú puedes!!!!!
Mabel Coto
Por unanimidad, este cumple con las expectativas de todas las lectoras 😜😜😜😜😜
Mabel Coto
🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣 creo que me acabo de orinar!!!!
Mabel Coto
🤣🤣🤣🤣🤣🤣 a mi tambien me dolería mucho, un poquito de almíbar le vendría bien
Mabel Coto
🤣🤣🤣🤣🤣🤣 Esa gotica es de lo peor
Mabel Coto
🤣🤣🤣🤣🤣 es que no tenía hambre
Mabel Coto
🤣🤣🤣🤣🤣🤣 Clara va a poner ese mundo patas arriba!!!!!
Mabel Coto
🤣🤣🤣🤣🤣🤣
Mary Lemos
me encantó una narrativa alegre
Cele Recabarren
la vine a leer por que la recomendaron no savia que leer y justo vi la publicación y ya entrada me gusta
Verónica Lorena mendoza
si hay una historia que recomiendo justamente está ,me encanta, de principio a fin ,las ocurrencias de la protagonista,un verdadero caos Felicitaciones a la escritora ...
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