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Manual Para No Morir Otra Ves

Manual Para No Morir Otra Ves

Status: En proceso
Genre:Dominación / Enfermizo / Venganza de la Esposa / Multi-reencarnación
Popularitas:7.4k
Nilai: 5
nombre de autor: Amilkar

Estas acostumbrado a leer novelas de reencarnacion en donde la protagonista reencarnada se vuelve poderosa, ¿que pasaria si esta novela no es como las demas? ven y lee algo diferente, algo que sin duda te gustara.

NovelToon tiene autorización de Amilkar para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Pura suerte

Aranza siempre había sabido que su boca la metería en problemas.

Pero nunca pensó que un día terminaría huyendo de un grupo de bandidos enojados porque ella misma los había provocado.

Pero bueno… así era su vida ahora.

Todo Comenzó con un Paseo "Inocente"

—Mi lady, ¿está segura de que es una buena idea salir de la fortaleza sin escolta? —preguntó Emilia, con el ceño fruncido y los nervios a flor de piel.

—¡Por supuesto! —respondió Aranza con una sonrisa despreocupada—. He estado atrapada en ese castillo como una prisionera. Necesito aire fresco.

Emilia suspiró, claramente acostumbrada a este tipo de conversaciones.

—Sí, pero… ¿qué tal si alguien intenta matarla?

Aranza resopló.

—Por favor, Emilia. ¿Quién querría matarme?

En ese preciso instante, un cuervo graznó sobre sus cabezas.

Ambas se quedaron en silencio.

Aranza parpadeó.

—Bueno… eso fue un poco dramático.

Emilia le lanzó una mirada de "¿ves lo que digo?", pero Aranza simplemente se encogió de hombros.

—Mira, solo vamos a dar un paseo en carreta hasta el pueblo, compraré algunas cosas inútiles y volveremos antes del atardecer. Nada de qué preocuparse.

Emilia suspiró otra vez, con la resignación de quien sabe que todo saldrá mal.

—Lo que usted diga, mi lady…

El viaje al pueblo fue tranquilo… al principio.

Aranza disfrutó del paisaje, Emilia intentó relajarse —sin mucho éxito— y el cochero se limitó a hacer su trabajo.

Todo marchaba bien.

Hasta que la carreta se detuvo bruscamente.

—¿Qué pasa? —preguntó Aranza, asomándose con curiosidad.

El cochero estaba pálido.

—Bandidos, mi lady.

Aranza arqueó una ceja.

—¿Bandidos? ¿En serio? ¿Tan cliché somos ahora?

Emilia la agarró del brazo con desesperación.

—¡Mi lady, es en serio!

Aranza miró hacia el camino y, efectivamente, un grupo de bandidos armados bloqueaba la ruta.

Había unos siete hombres de aspecto rudo, vestidos con ropas gastadas y caras de pocos amigos. Uno de ellos, probablemente el líder, se adelantó con una sonrisa arrogante.

—Vaya, vaya… ¿qué tenemos aquí?

Aranza suspiró dramáticamente.

—¡Oh, no! ¡Un grupo de bandidos apareciendo justo cuando decidí salir! ¡Qué inesperado y nada predecible!

El líder parpadeó.

—¿Eh?

Emilia le susurró con urgencia:

—¡Por favor, cállese, mi lady!

Pero Aranza, por supuesto, no la escuchó.

Bajó del carruaje con toda la confianza del mundo, se cruzó de brazos y miró a los bandidos como si fueran una molestia menor.

—Muy bien, caballeros. Si esto es un asalto, háganlo rápido. No tengo todo el día.

Los bandidos intercambiaron miradas, claramente desconcertados.

—¿No tienes miedo? —preguntó uno.

Aranza soltó una carcajada.

—¿De ustedes? Por favor. He lidiado con nobles más aterradores que un grupo de hombres sin baño.

El líder frunció el ceño.

—Oye, oye, no nos insultes.

—Lo siento, pero es la verdad.

—¡No lo es!

—Bien. ¿Cuándo fue la última vez que se bañaron?

Silencio absoluto.

Aranza sonrió con malicia.

—Ajá. Eso pensé.

Emilia se llevó ambas manos a la cara, al borde del colapso.

—¡MI LADY, DÉJELOS EN PAZ!

El líder de los bandidos apretó los puños, su rostro pasando de la confusión a la furia en un instante.

—¿Sabes qué? Olvídate del dinero. Ahora quiero tu cabeza.

Aranza parpadeó.

—Vaya… eso escaló rápido.

—¡MATENLA!

—¡CORRE, EMILIA!

Sin perder un segundo, Aranza agarró la falda de su vestido y salió disparada como alma que lleva el diablo.

Emilia, en puro pánico, la siguió sin cuestionarlo.

Los bandidos tardaron un segundo en reaccionar, pero pronto se lanzaron tras ellas con gritos de guerra.

—¡MI LADY, DIJO QUE NOS DEFENDERÍAMOS!

—¡ERA MENTIRA! ¡CORRE MÁS RÁPIDO!

Aranza corrió con toda la velocidad que su cuerpo —entrenado por Cassius— le permitía.

Lo cual… no era mucho.

El sonido de los pasos persiguiéndolas era cada vez más cercano, los bandidos pisándoles los talones. Pero justo cuando estaban a punto de alcanzarlas, el suelo decidió hacer su magia.

Uno de los hombres pisó una roca suelta y cayó de cara. El que venía detrás, sin tiempo de reaccionar, tropezó con él y también terminó en el suelo. Y el tercero, completamente ajeno al desastre, chocó contra ellos y se fue de boca.

—¡AAAAARGH!

Aranza echó un vistazo por encima del hombro y parpadeó, sorprendida ante el caos que se había desatado solo.

—Oh.

Emilia, sin poder creerlo, se llevó las manos a la cabeza.

—¡Se cayeron solos!

Aranza sonrió con suficiencia, como si todo hubiera sido parte de su brillante estrategia.

—¡Por supuesto! Eso es lo que pasa cuando intentan meterse conmigo.

Pero su satisfacción duró poco.

El resto de los bandidos seguía corriendo.

—Mierda.

Agarró a Emilia del brazo y tiró de ella con todas sus fuerzas.

—¡SIGUE CORRIENDO!

El bosque se volvía más denso con cada paso, ramas y raíces enredándose en su camino, pero eso también significaba que podían esconderse si lograban perder a los bandidos.

Sin embargo, antes de que pudieran intentarlo, un crujido seco rasgó el aire.

Un árbol podrido, debilitado por el tiempo y el azar, se inclinó peligrosamente justo en el camino de los perseguidores.

—¡CUIDADO!

El grito de advertencia llegó tarde.

—¡AAAAAH!

Con un estruendo ensordecedor, el tronco se desplomó, levantando una nube de polvo y hojas, y bloqueando el paso de los últimos hombres.

Aranza se detuvo en seco, boquiabierta.

—¿Pero qué…?

Emilia, jadeante, apenas podía creerlo.

—Dioses… ¿somos… increíblemente afortunadas?

La sorpresa de Aranza se desvaneció al instante, dando paso a una sonrisa de pura satisfacción.

—O más poderosas de lo que pensábamos.

Emilia la miró con incredulidad.

—Mi lady… no hicimos nada.

Aranza alzó las manos con dramatismo.

—¡Exacto! Y aún así ganamos.

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Adrimay Machado
algo me dice que no solo fue actuasion
Edna Miranda
jajaja ella jura que no Sue ella si claro en le cree 😂😂😂😂
Edna Miranda
jajajaj no puedo más que pecado hasta me di pesar el pobre 😁😁🤭
Edna Miranda
hay pobrecitos 😂😂😂
Edna Miranda
bueno por lo menos no la tiene de amante eso le da puntos al IDIOTA
Edna Miranda
como dije es un idiota
Edna Miranda
no hay capítulo que no me muera de la risa con esta mujer 🤣🤣🤣
Edna Miranda
amo 💜 a esa mujer
Edna Miranda
🤣🤣🤣🤣
Alana
Autora de dónde sacas tanta cosa? jajaja esta historia me divierte, espero que nos des pronto muchos capitulos
Alana
Jajajjajja
Alana
Ufff, eso cassius. Total, le teme a Aranza ese viejo
Lilith
la portada me encanta pero deberías corregir la última palabra 🫠.
Ves: mirar, observar, ver
vez: repetir
Mikaela: Cierto, no lo había notado. Mil gracias ☺️
total 1 replies
✿~Celeste~✿
Cómo un pollo asado jajajakksks
KATHERINE GUILARTE
la verdad en el fondo ella sabe que es así, solo que su orgullo no la deja aceptarlo
Mikaela: Así es
total 1 replies
KATHERINE GUILARTE
me encanta esta história es súper diferente a las otras reencarnadas
KATHERINE GUILARTE
wow, tremenda joya me e conseguido
San Aguirre
*ves es de ver y vez es de ocasión, sólo ese pequeño detalle.
Mikaela: Totalmente cierto, esperemos no volver a cometerlo, aveces no me fijo bien. Gracias
total 1 replies
Lizeth López
Jjjaja no puedo con la protagonista
mary luzeth
pero es verdad debió hacerse fuerte en su soledad
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