Nuestro planeta, este hermoso nido donde vivimos parece no querernos aquí. es un planeta feroz, estamos a diario expuestos a todas sus infamias desde lluvia hasta volcanes, el mar que nos refresca nos da oxígeno y alimento y también se eleva, inmisericorde borra ciudades enteras de sus costas, tifones, terremotos. La tierra cuando así le provoca se hunde, se desliza sin importar cuantos de sus hijos queden tapiados Los seres humanos nos hemos abocado a socorrernos los unos a los otros, siempre nos sentimos inclinados a proteger al más débil. Desde tiempos inmemoriales nos hemos organizados para paliar embates de la madre gea. allí donde un accidente natural nos lesione estaremos prestos a ayudarle. en esto basamos nuestra existencia. Ustedes no están solos cuentan con nosotros. Estamos en el mismo barco tratando de mantener el rumbo. Aqui nacimos y moriremos. pero mientras tanto con ilusión y con esperanza parimos hijos, sembramos árboles y forjamos futuro para las nuevas generaciones.
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CAPITULO XXIII
Ernesto y Ely estaban detallando el estudio.
Salvo el rincón del padre, todo lo demás era juvenil, practico y dotado con
equipos electrónicos de última generación, con perfecto iluminado natural,
muebles de vanguardia en verdes de diferentes tonos y dominando el gris
metálico. No parecía una oficina convencional. Era más una sala de estudio muy
bien decorada y pulcra. Según quienes la han visitado trasmite la calidez y el
aroma de su dueña.
Eduardo solo la miraba, frustrado. Nadie
hablaba, nadie tomaba. La joven Probó la bebida, estaba delicioso, lo dejó
rodar por la garganta, dejando un dulzor especiado en la boca. Lo tomó todo.
Nadie le siguió.
-Siguió sentada en la mesa de trabajo.
Esperando. Probaron la bebida. Con la mirada se interrogaban
- ¿a ustedes que les pasa? – aburrida Maggie
los interpeló - los tres me llamaron porque quieren hablar conmigo. Estoy
esperando.
-Si te llame -alzo la voz Ely. Pensé que
podíamos hablar a solas. Tienes una actitud muy rara.
- Me siento mal- le respondí sincera - estoy
molesta contigo, no entiendo porque me tratas como una amiga y después me
traicionas tan feo. Yo lo espero de los hombres, pero de una profesional, mujer
y madre no, de verdad me sorprendiste.
-No te traicione, yo no sabía que tu ibas y
menos que estabas en la puerta oyendo todo, ni tampoco pude evitar que te
maltrataran, que Sofia te conociera y te atacara. Inventamos esa fiesta
aprovechando la llegada de Sofia y tratar que Eduardo se interesara en ella.
porque de verdad, no me gusta la relación de ustedes dos. Tu eres muy joven.
- ¿Por qué desde un comienzo me hiciste creer
que estabas de mi lado? Recuerda lo que me dijiste: quiero ser tu amiga. Creí
en ti. ¿Amiga, porque no me alertaste de la trampa de tu familia? Supongo que
al oponerte a la relación me estas protegiendo. ¿Por qué no me lo dijiste?
Siempre te escuche. Que vaina con ustedes, los que se creen adultos y creen que
eso le permita decidir por mí. Me
sorprendiste en mi inocencia. Violentaste mi buena fe. Tú no eres amiga.
-Tienes razón. Lo siento mucho, eres muy
joven para una relación con Eduardo.
Miró a Ernesto. Estaba serio. Entro una
llamada, desvió la mirada y Alexa respondió: -Margareth
Gerazimov, en que puedo servirle.- Te habla Leonor de Figueredo
Los miró, les exigí silencio a los tres, puse
la llamada en altavoz y Alexa grababa.
-Usted es La madre de Eduardo - Le contesto
cordialmente- Buenas tardes, en que puedo servir…
Me interrumpió y alzo la voz altanera.
-No me sirves para nada, solo para crear
problemas en mi familia, que te crees que porque eres joven y bonita puedes
andar por el mundo aprovechándote de los hombres, sacarle plata y vivir como
una reina. Como te atreviste a sabotear la fiesta de bienvenida de mi nuera. No
te puedes comparar con Sofia, es una dama de sociedad. ¿Arribista cuanto
quieres para que dejes a mi hijo en paz? Pide lo que quieras.
-Caramba que estás molesta, lamentablemente
no necesito tu dinero, tu posición social no me interesa y para colmo tu hijo
no es la última coca cola del desierto. No tienes nada más con que negociar, te
regalo un consejo dile a tu hijo y a tus dos sobrinos que están aquí conmigo
oyendo tu oferta, porque estas en altavoz, que me dejen en paz.
-Mocosa insolente no respetas
-No exija lo que no da. - Me mantuve calmada
y modulé la voz -Es al contrario señora, pregúnteles porque me acosan los tres
y porque de hace dos meses para acá no me dejan en paz. ¡Pregúnteselo!
- ¡Ya basta mama! grito Eduardo.
-Maldita mocosa me tendiste una trampa. Y colgó.
Alexa -le ordene a mi asistente- Guarda el
audio. Elimina ese contacto. Muy bien A.21
-Fructífera la reunión, vamos por otro trago.
Y me lo serví generoso y les acerqué el bar portátil a ellos. Eduardo le
temblaban las manos cuando acepto el vaso que Ernesto le ofrecía. Ely tenía la
cara tapada con sus manos, le ofrecieron un trago. Tomó despacio.
-Tu pensaras que nosotros somos unos locos de
puente – dijo -Ernesto avergonzado - La tía se extralimito. No sabe la realidad
de las cosas. No la estoy justificando. Pero mi interés es la felicidad de
Eduardo y reconozco que esa felicidad eres tú. Yo ignoraba el complot de la
familia. No lo hubiera callado. Te están haciendo pasar un mal rato. Y no es
justo. Tengo mis recelos, en realidad no te conozco. Se de ti lo que Eduardo
cuenta y a tu familia no se le saca información de nada.
-Por favor, si sabes hasta el número de copa
de mi brasier. Si, la forma en que nos conocimos no es normal. Ni tampoco es
normal que sea tu amiga, ni amiga de Ely ni novia de Eduardo. Es escandaloso
tal pretensión, miren lo que ve su madre, tu tía: Una mocosa aventada buscando
un sugar danndy para gozar de una vida mejor. Pero quienes me conocen en
realidad y se llegaran a enterar de nuestra relación ven: un pedófilo que se
aprovecha de una niña de quince años, creada en iglesias y conventos. Y en este
grupo van a encontrar más de cien individuos de este barrio que han visto con
preocupación como ustedes dos me cercan y Eduardo me acosa.
Se pararon los tres, Miran el jardín, por el
ventanal abierto, a una tarde que se niega a morir.