El Deseo De Laura

Máximo se encontraba en su despacho, mirando por la ventana mientras el atardecer teñía el cielo de un naranja profundo. Había pasado todo el día intentando concentrarse en el trabajo, pero su mente volvía una y otra vez a Alma y Konstantin. Sentía una mezcla de emociones que no lograba entender del todo.¿Por qué me molesta tanto ver a Alma con Konstantin? —se preguntó a sí mismo, apretando los puños. Se había comprometido con Alma para cumplir la última voluntad de Laura y proporcionar una familia estable para Sofía. Habían acordado desde el principio que su relación sería solo de nombre, sin ataduras emocionales. Entonces, ¿por qué se sentía así ahora?Intentó racionalizar sus sentimientos. Tal vez era simplemente la protección natural hacia su familia, o quizás era el hecho de que Konstantin, con su actitud segura y carismática, representaba una amenaza a la estabilidad que había logrado construir. Pero, ¿y si había algo más?Decidió que necesitaba hablar con Andrés, su secretario y amigo, quien siempre tenía una perspectiva sensata. Salió de su despacho y fue al de Andrés, tocando suavemente la puerta antes de entrar.—Andrés, ¿tienes un momento? —preguntó, tratando de mantener la voz tranquila.Andrés levantó la vista de su escritorio y asintió.—Por supuesto, Máximo. ¿Qué sucede? Pareces preocupado.Máximo se sentó frente a él, frotándose la sien con una mano.—Es Alma y Konstantin. Me molesta verlos juntos, y no sé por qué. No debería importarme, pero lo hace. Estoy... confundido —admitió, sintiéndose aliviado al poner en palabras lo que lo había estado atormentando.Andrés lo miró con comprensión, inclinándose hacia adelante.—Máximo, es natural sentirte así. Aunque tu relación con Alma sea de nombre, ella y Sofía son parte de tu vida diaria. Has desarrollado un vínculo con ellas, y es posible que estés empezando a sentir algo más profundo por Alma sin darte cuenta.Máximo negó con la cabeza, aún dudoso.—No lo sé, Andrés. Siempre he sido claro conmigo mismo sobre mis sentimientos. Mi corazón aún pertenece a Laura. Pero Alma... ella es increíble. Cuida de Sofía con tanto amor y dedicación, y me doy cuenta de que aprecio mucho lo que hace por nuestra familia. Tal vez estoy confundiendo gratitud y admiración con algo más —reflexionó.Andrés sonrió ligeramente.—Es posible, pero también es posible que tus sentimientos hacia Alma estén evolucionando. A veces, el amor puede sorprendernos cuando menos lo esperamos. Quizás deberías permitirte explorar estos sentimientos en lugar de reprimirlos. Hablar con Alma sobre cómo te sientes podría ayudarte a aclarar las cosas.Máximo asintió lentamente, considerando el consejo de Andrés.—Tienes razón. Necesito entender mis propios sentimientos antes de tomar cualquier decisión. Gracias, Andrés. Me has ayudado a ver las cosas con más claridad.Se levantó para salir, pero Andrés lo detuvo.—Máximo, recuerda que no estás solo en esto. Alma es una persona comprensiva. Hablar con ella seguramente te ayudará a encontrar una solución que funcione para ambos.Máximo asintió una vez más, agradecido por la conversación. Salió del despacho de Andrés con la determinación de enfrentar sus sentimientos. Al llegar a casa, encontró a Alma y Sofía jugando en el salón. La risa de Sofía llenaba el aire, y Alma sonreía de manera que iluminaba la habitación.Máximo se detuvo en la entrada, observando la escena. En ese momento, sintió una calidez en su corazón que no había experimentado desde la muerte de Laura. Se acercó lentamente, tratando de formular las palabras adecuadas en su mente.—Alma, ¿podemos hablar un momento? —dijo suavemente, sin querer interrumpir el juego de Sofía.Alma lo miró con curiosidad y asintió, indicándole a Sofía que siguiera jugando mientras ellos hablaban en la cocina.—Claro, Máximo. ¿Qué sucede? —preguntó, preocupada por la seriedad en su rostro.Máximo tomó una profunda respiración, buscando la manera de expresar lo que sentía.—He estado pensando mucho en nosotros, en nuestra situación. Me he dado cuenta de que me molesta ver a Konstantin cerca de ti. Y no es solo por proteger a Sofía o por nuestra familia. Creo que... estoy empezando a sentir algo más por ti, Alma. Y eso me asusta porque no estaba preparado para esto —admitió, mirando sus manos entrelazadas.Alma lo observó en silencio, asimilando sus palabras.—Máximo, yo también he estado pensando mucho en todo esto. Sé que lo nuestro comenzó como una promesa a Laura, pero las cosas han cambiado. Ambos hemos cambiado. Tal vez deberíamos permitirnos explorar estos nuevos sentimientos y ver a dónde nos llevan —respondió con suavidad.Máximo levantó la vista, encontrando comprensión y calidez en los ojos de Alma. Sintió una oleada de alivio y esperanza.—Sí, tal vez deberíamos. No tengo todas las respuestas, pero estoy dispuesto a intentarlo, por nosotros y por Sofía —dijo, sonriendo por primera vez en lo que parecía una eternidad.Alma asintió, devolviéndole la sonrisa.—Entonces, vamos a intentarlo juntos. Paso a paso, sin prisa —concluyó, tomando la mano de Máximo con firmeza.Mientras se miraban a los ojos, Máximo sintió que finalmente estaban en el camino correcto, un camino que les permitiría explorar sus verdaderos sentimientos y construir una vida juntos, más allá de las promesas y los acuerdos. Y, por primera vez, se sintió en paz con ello.