por un hijo una muere y vive.
por un hijo uno mata de ser necesario.
por un hijo, uno es capaz de meterse en el infierno y ser peor que el diablo, o en este caso pedirle ayuda.
Alina sabía que lo mejor era no meterse, pero el destino la llevó a sus brazos y ahí encontró el mejor refugio.
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charlas, risas y llanto
Selene trajo de su habitación unos libros para colorear que Artem le había traído el mes pasado y se tiró sobre la alfombra del living a pintar tranquila.
Es hermosa, tiene un aire a ti y a Aleli- la miraba enamorada y correspondía a ese sentimiento.
Al nacer, ella tenía rulos como mi madre, en realidad eran suaves ondas que se pegaban a su cabecita y sus cachetes- le contesté recordando aquellos días -me hubiese encantado que mi madre la conociera, que pudiese disfrutar de su nieta, pero el destino prefirió llevársela antes y en parte lo agradezco, sé que mi madre jamás me hubiese perdonado si se hubiera enterado de que la condición de mi pequeña es por culpa de que me deje pegar- la mire con agua en los ojos, un arrepentimiento qué jamás saldría de mi corazón, el de no haberla protegido.
Yo no creo que ella se hubiese enojado contigo, sabes que te amaba y quería protegerte, creo que si se hubiese enterado lo habría matado- me dijo con total seguridad que no pude dudar qué realmente mi madre habría hecho eso.
Muy buenas tardes- la voz de Mazze resonó en el lugar y tanto Selene como yo nos levantamos corriendo a abrazarla. Podía notar que estaba rígida ante la presencia de Ivi.
Hola Queen, me alegra volver a verte- le dijo la señora mirándola con ternura.
Luego de abrazarnos, mi tía se acercó a ella y le hizo una pequeña reverencia, pero antes de que pudiese siquiera levantar la cabeza para mirarla, la señora Ivi la envolvió en un abrazo maternal a los cuales mis ojos no daban crédito.
Perdón, en verdad lo lamento, si hubiese sabido que Alelí era tu hermana, habría hecho todo lo posible por ayudarla o decirte que estaba en peligro. Por favor perdóname- las lágrimas corrían por el rostro de la señora y mi tía que se había mantenido en todo momento con los brazos a los costados de su cuerpo, los levanto y la abrazo.
No tienes la culpa de nada, ni siquiera yo, que era su hermana, sabía lo que ella estaba viviendo- le dijo aunque su tono de voz decía que el nudo de su garganta pronto explotaría, Mazze no derramó una sola lágrima por aquello.
Se quedaron por unos segundos así y ninguna de nosotras interrumpió aquel momento, solamente había que dejar que todo fluya.
¿Siguen rememorando el pasado?- me sobresalte en el lugar. Diablos este hombre haría que muriese de un infarto. Asentí a lo que dijo sin voltear a verlo -quiero que esta noche vengas conmigo, ahora que arregle todo con los checoslovacos, creo que es tiempo de empezar el cortejo- me diré a verlo y note la diversión en sus ojos.
¿Cortejo?- pregunté confundida.
Me gustaría que aceptaras casarte conmigo por amor y no por obligación, así que lo justo sería que te muestre lo que puedo brindarte- se encogió de hombros como si enamorar a alguien fuese lo más fácil del mundo.
Bien, saldremos- le dije cortante y volví a mirar a las dos mujeres que ahora se habían sentado en el sillón a conversar tranquilamente.
Mazze cuidará de Selene, paso por ti a las 8- sentí como sus pasos se alejaban de mí sin esperar ningún asentimiento a su orden.
Me acerqué a las mujeres y seguimos con aquella conversación que teníamos pendiente, mi tía en ningún momento lloro, pero veía sus facciones contraerse cuando Ivi nombraba a mi madre, cuando contaba lo que veía en sus visitas a mi casa o cuando explicó sus sentimientos al enterarse del accidente. Era doloroso para mi escuchar muchas de esas cosas, simplemente porque jamás había hablado con nadie de lo que ocurrió puertas adentro de mi casa. A nadie le importo cuando ellos abandonaron este mundo, solamente Ian se preocupó por mí, pero eso fue hasta que nos casamos con Iván.
El tiempo pasó lo suficientemente rápido como para que Esmeralda tuviese que decirme al oído que ya eran las 7 de la tarde. Bajo la atenta mirada de mi tía y de Ivi le expliqué a mi pequeña que saldría por la noche y que debía portarse bien, sus manos se movieron alegres diciéndome que ella era una señorita.
Subí las escaleras sintiendo en mi espalda la mirada penetrante de mi tía, ella no estaba muy contenta con esto del casamiento y la comprendía, primero debía resolverse el divorcio y eso solamente le diría a mi esposo donde me había estado refugiando estos últimos 8 meses. Un escalofrío recorrió mi cuerpo al pensar en eso, su cara roja de ira al saber que aún seguíamos vivas y en casa de alguien que era del grupo, sus puños apretados con fuerza deseando ser impactados sobre mi cuerpo. Camine lo más rápido que pude hasta mi habitación y al cerrar la puerta me dejé caer de espalda contra esta, me estaba dando un ataque de pánico de solo suponer que quizás debería verlo. Enterré mis uñas con fuerza en la palma de mis manos e intenté en vano no llorar desesperadamente, no quería darle el gusto de que supiera que aún sufría al solo pensar en él, pero mi cuerpo y mi mente reaccionaban a la brutalidad con la que me había tratado siempre.
Quise intentar calmarme, pero era en vano. Me arrastré por el piso hasta llegar a la pata de la cama y abracé mis rodillas, de la misma forma que lo hacía luego de una paliza de él, deje salir todo ese dolor que aún estaba fresco en mi memoria, nunca escuché que la puerta se abría, solamente sentí sus brazos rodearme y hablar, aun cuando no entendía que decía sabía que él no me dejaría de abrazar hasta que yo no hubiese liberado hasta la última lágrima y hasta el último grito.
Por favor, no dejes que nos encuentre, no dejes que nos toque- mi voz se cortaba por las lágrimas y mi boca se llenaba de saliva, necesitaba llegar al baño y vomitar, pero el cuerpo no me respondía, solamente sabía temblar.
Es un ataque de pánico, tranquila aquí estoy, él jamás va a llegar a ti, no voy a permitir que llegue a ustedes- su voz dura y ronca me daba paz aun cuando no dejaba de sentir miedo.
No sé cuanto tiempo estuvimos abrazados en el piso, pero debe haber sido bastante, porque empecé a sentir el frío de las maderas en mi cuerpo. Una manta me envolvió y de pronto dejé de tocar el piso, para darme cuenta de que estaba en sus fuertes brazos siendo llevada a la cama.
Descansa, prefiero que te quedes aquí- intentaba sonar dulce, pero había un deje de odio en su voz, no conmigo eso era más que evidente.
Sus caricias en mi cabeza, el cansancio de mi cuerpo de haber liberado tanta angustia y el silencio de la habitación donde solamente nuestras respiraciones se escuchaban hizo que me fuera entregando a los brazos de Morfeo. Antes de que la oscuridad me abracé, levante mi mano hasta agarrar la de él y llegue a murmurar un "gracias" lo suficientemente alto como para que lo escuche.
Y debes terminar el compromiso que tienes, pero no te duermas
🥰🇺🇾🥰🇺🇾🥰🇺🇾
Que emocionante 🥰🥰🥰🥰🥰