Roisin

La doctora que ha venido a verme cuando llegue a la mansion, pasa de mí y se dirige apurada donde esta Peter. Tiene un maletín en sus manos y comienza a sacar cosas.

—Sobre la mesa.

Asique, la mujer habla ¿Eh?. Peter se queja de ser levantado del cómodo sillón y con la ayuda de dos hombres lo llevan al comedor, donde lo sientan sin delicadeza sobre la mesa.

—Lo siento cariño, pero si no cerramos esa herida perderás mas sangre y correrás riesgo de que se te infecte. Cuéntame que estuviste haciendo este tiempo. Te he visto muy poco y ya no vas a al bar del pueblo. ¿Qué te tiene tan ocupado para que ya no visites a los amigos? — La mujer le saca tema de conversación mientras prepara lo que necesita para suturar. — Bien, al menos no ha terminado de penetrar del todo. Es profunda pero no tanto como para preocuparse, bonito.

Peter asiente.

¿Bonito? Frunzo el ceño y busco la mirada de mi padre.

Declan me toma del brazo con suavidad y me acerca a su cuerpo, tiene el cuerpo caliente y puedo escuchar sus latidos acelerados. Las palabras de la mujer que atiende la herida de Peter lograron ponerme de muy mal humor.

—Quiero creer que dejaras que termine su trabajo antes de que la amenaces de muerte como hiciste hace poco con Moly. Solo para que te tranquilices, ella es la esposa de uno de los hombres de Peter, la hija de Aurora y la hermana de Conor. ¿Bien? No esta insinuándose, ella es así con todos. — Me abraza con más fuerza.

Busco el parecido entre las personas que me ha mencionado y solo puedo encontrar parecido con Conor, en su idéntico color de cabello, rubio Rojizo. Peter termina con el torso desnudo, ella le ha cortado la playera con tijeras y ahora le está aplicando algo en el brazo y en la herida.

—¿Por qué haría eso?

Declan se ríe y algunos de los que nos rodean se fijan en nosotros.

—Hija, la estas matando con esos lindos ojitos cafés que tienes. Déjala hacer su trabajo y luego puedes ir con él y atenderlo si quieres hacerlo. Hemos tenido un día muy largo y complicado. ¿Quieres que te cuente lo que ha pasado o prefieres que sea Peter?

He querido preguntar eso desde el momento en que pusieron un pie en la mansión. Asiento con la cabeza, pero no dejo de ver lo que la mujer hace con Peter mientras charlan en voz baja.

—Solo dime que William está muerto y que todo esto ha terminado. Quiero paz en mi vida y quiero que después de esto nos des unos días libres para descansar a Peter y a mí.

Mi padre sonríe, sin apartarse de mí, asiente.

—¿Qué tal si vamos a la cocina por un poco de helado de fresa?

Arrugo la nariz con desagrado.

—No hay helado de fresa, gracias a que pedí solo chocolate con chispas o almendras.

Ahora es su turno de mostrar desagrado.

—¿Qué te hicieron las fresas?

Solo levanto mis hombros con desinterés y me aparto de Papá y nos dirigimos a la cocina.

—Es lo único a lo que soy alérgica. ¿Quieres que muera gracias a tus amadas fresas?

Media hora después, la doctora se despide de todos y le entrega a mi padre un recetario con los medicamentos que va a necesitar Peter por dos semanas. El descansa en otro sillón y su rostro se ve mucho mejor.

Respiro tranquila porque mi padre me conto todo lo que ha pasado hoy. William está muerto y su padre, también. No me dio detalles de cómo fue la lucha, pero al parecer, era con armas blancas. El señor Russo tomo el cuerpo de su hijo mayor y se lo llevo sin decir nada, pero cuando estaban de regreso aquí, el padre de William los embosco para vengar la muerte de su hijo.

Declan me conto que primero fue una pelea mano a mano, solo se golpearon con sus puños hasta que uno de los hombres, apuñaló a Peter y mi padre enfureció. No estaba permitido que las familias interfirieran después de que su favorito muriera. Mi padre mato al jefe Russo y nuestros hombres a los que acompañaban a esa familia.

A tiros.

Ahora están limpiando el desastre en la ruta y se les ha dado aviso a todos los jefes de territorios importantes de la organización.

—¿Cómo estas cariño? — le pregunto mientras le entrego una bebida caliente.

No parece que hace menos de una hora haya ingresado a la mansión con la ayuda de mi padre y un hombre más. El brillo en sus ojos me dice que está bien, que solo fue una herida sin mucha importancia. Sonríe como siempre y me tiende su mano. La tomo, por supuesto, pero termino sobre sus piernas y siendo apresada por sus fuertes brazos.

—Como nuevo. Te extrañe mucho ¿Sabes? —Una de sus manos viaja a mi vientre y la deja en un costado. — ya quería estar aquí sintiendo tu aroma y los movimientos de Aiden en mis manos.

—Los amo a ambos, pero no deja de ser incomodo verlos así.

Declan arruina el momento y toma asiento en el sillón frente a nosotros.

Un hombre robusto entra a la sala con una sonrisa muy marcada en el rostro. ¿Ya se habrán cansado de jugar entre ellos en el patio delantero?

—Señor, disculpen que interrumpa su reunión. Pero un hombre entro a la propiedad y exige verlo a usted —Ahora me mira a mí y luego a Peter, su sonrisa vuelve a aparecer. — Y a la señora Bárbara Caparano.

Nadie además de Peter y mi padre sabe cuál era mi nombre. Mi padre me presento ante su personal y otros delincuentes como Roisin Prescott. Mi piel se eriza y Peter me sujeta con fuerza.

—¿Y ese hombre se presentó bajo el nombre de quién? — Pregunta mi padre, ahora con una ceja levantada y con cierta curiosidad.

—¿Cómo te sientes muchacho? ¿Estás listo para otra pelea? — Ahora se dirige a Peter y este asiente. ¿Qué demonios pasa aquí? Sus ojos van hacia mi padre y... — Alexander Harrington, asegura ser el esposo de la señora Roisin y exige verla, a usted también Señor Declan.

Mi padre se pone de pie y yo repito la acción, mierda, siento que todo gira a mí alrededor, estoy mareada. Me sostienen brazos de Peter y me ayuda a sentarme en el mismo sillón donde él estaba hace un momento.

—¿Cómo demonios me ha encontrado?

No le pregunto a nadie en particular, es un pensamiento que salió en voz alta. No he salido de aquí más que para ir al centro médico a hacerme los controles y puedo asegurar que mi padre ha amenazado a más de uno para que no abran la boca. Es Declan Prescott el dueño de todo aquí, al que le temen y aman.

— Alguien tuvo que decirle donde estabas, de lo contrario no estaría aquí exigiendo verte. —Mi padre se acerca a mí con una mirada preocupada, aparta mi cabello de mi cara. — Matare a quien sea que nos haya traicionado, tranquila. No podemos posponer este inesperado encuentro, solo dime que estas bien, así terminamos con esto de una vez por todas.

No, no estoy bien. Sabía que tarde o temprano Alexander y yo nos veríamos las caras, que tendría que dar explicaciones de porque me fui sin decirle que estaba embarazada de su hijo. No estoy lista para enfrentar esto ahora, pero el tono de voz que está usando mi padre en este momento, los músculos tensos de Peter y su rostro transformado, no me dan más opciones.

—Solo prométeme que no vas a matarlo, papá. No puedo causarle tanto dolor a Nora Harrington. Ella fue muy buena conmigo cuando mamá murió. Al menos quiero devolverle lo que hizo por mí entregándole su hijo con vida.

Mi padre sonríe y le hace señas a Cillian y Peter se agacha para llegar a mis labios. Hace un gesto de molestia y lleva su mano a su costado recién suturado.

—Yo no te puedo prometer nada, si quiere salir por sus propios medios de esta mansion, tendrá que comportarse. Tú, ahora eres mía, él no tiene derecho sobre ti.

Cillian se va y minutos después vuelve con Alexander, quien se arregla el saco del traje y su cabello alborotado. El silencio es interrumpido por el gemido ahogado que suelto por la impresión de ver a mi esposo nuevamente después de tantos meses. Peter se para junto a mí y me toma de la mano. Los ojos de Alexander se clavan en mí, determina mi vientre y sonríe hasta que ve mi mano y la de Peter entrelazados y su rostro vuelve a ser frio y calculado.