Memorias Del Corazón

Magnus.

Al verla desvanecerse mi corazón se estrujó de inmediato, la lleve a la enfermería aquí mismo en la universidad y solo espere pacientemente hasta que al entrar a esa habitación ella estaba sentada, su rostro estaba serio.

Y solo en muy pocas ocasiones me sostenía la mirada, sabía que tendría esa reacción, así que le pedí que me acompañará, necesitaba hablar e intentar explicarle la verdad de tras de todo esto, pero nuevamente se negó y solo salió.

No la hostigaría, pensando que tendría más días para intentar decirle, pero cuál fue mi sorpresa que al día siguiente no se presentó a la clase, creí que se había ido antes para o tomar mi clase.

Y también estaba equivocado porque en realidad no se había presentado a la universidad, entendiendo que marcaría un distanciamiento por lo sucedido...

Hoy era el segundo día desde la moneda, su desmayo y el intentar explicarle; llegue temprano para dar la primera clase, pero al pasar por dirección, en la sala de espera estaba Alexia junto a una señora que por su parecido entendia que era la mamá de mi Tabita.

Me acerqué a ellas y la señora al verme se levantó de la silla saludándome con calidez— buenos días, señora me presento soy Magnus el profesor de Tabita, he notado su ausencia, ¿ella está bien? . — sonrió mientras se sentaba.

— ella está bien profesor, solo que está en un tiempo de su vida que se siente confundida— asentí, metí mi mano al bolsillo de mi pantalón y de él saque la moneda.

— entiendo, por cierto, esto es de ella— extendí mi brazo para dársela, pero ella negó volviendo a sonreír.

Toco por un momento la moneda con sus dedos hasta que me cerró la mano con ella dentro — lo es, pero tu tienes que dársela— sonreí hasta asentir mientras que Alexia solo nos observaba — sabe una cosa profesor Magnus, cada individuo tiene un propósito y una finalidad que nos define en esta vida; pero nuestro destino es tan impredecible como los grandes misterios de nuestro pasado.

Asentí, se levantó y palmeo mi hombro, camino hacia la puerta y antes de salir giro a vernos mientras sonreia ampliamente — todo se arreglará.

Levante mi ceja y antes de poder reaccionar o responder a sus palabras solo se fue, y en verdad rogaba que así fuera lo que decía.

Me dirigí hacia la puerta cuando la voz de Alexia me hizo detenerme— no sé que hay o que abra entre mi amiga o usted, pero le pido de todo corazón no la lastime, ella es un ángel.

— no te preocupes Alexia, yo sería incapaz de hacerlo— ella solo asintió, se levantó y salió en medio de un silencio.

Y solo continué con mi día, pasaron un par de días más donde no se presentó.

Pero tampoco quería pedir su dirección seria tan obvio que quizás tendría problemas, así que solo sería paciente para que ella regresará.

Y así fue, al día siguiente tome mis cosas y me dirigí al aula, entré y ya estaban todos los alumnos, deje mi mochila sobre el escritorio, al sentarme levante mi cabeza y ahi la vi sentada al lado de Alexia, no lo podía creer ella había regresado.

Inicie la clase, los minutos pasaban con lentitud, hasta que finalizó, estaba recogiendo mis cosas cuando un ligero toque en mi hombro me hizo voltear y ahí estaba Tabita, la tenía frente a mi.

— ¿podemos hablar?.