Mi Dulce Fugitiva

Tratando de mantener la calma, Helena se liberó del abrazo de Marta, se sentó en la cama y empezó a pensar en qué haría con su vida.

—Marta, ¿Elías sería capaz de matarme si estuviera embarazada?- preguntó Helena mirando fijamente a Marta.

Muy conmovida por todo esto, Marta se limitó a negar con la cabeza, Elías es capaz de cualquier cosa y no siente amor por nadie.

Al ver llorar a Marta, Helena dejó de llorar y luego habló con sinceridad:

—No hay necesidad de llorar, es mejor así, ¿o cómo podría vivir sabiendo que mi propio padre mató a mi bebé? No vamos a sufrir anticipadamente, Dios sabe lo que hace, ¿recuerdas?-dijo Helena para luego abrazar a Marta una vez más.

Después de un tiempo, las dos mujeres finalmente dejaron de llorar, Marta fue a hacer sus quehaceres y Helena se quedó sola en la habitación, entregada a sus pensamientos.

En ese momento sonó su celular, era Gaby, Helena se secó las lágrimas y se aclaró la garganta para no dejar ver su dolor y luego contestó la llamada:

—Buenos días Gaby, dijo Helena en voz un poco baja.

—No buenos días, te busqué en el campus y cuando noté que faltabas me irrite, dijo Gaby un poco enojada.

—Oxi, ¿ni siquiera vas a preguntar si estoy bien?- dijo Helena sonriendo.

—¿Estás bien?-Preguntó Gaby.

—Estoy bien- “bien jodida” completó Helena.

—Ok, vamos Helena, hoy es mi cumpleaños, prometiste faltar a clases por la tarde y venir a celebrar conmigo, ¿ya no me amas?- dijo Gaby toda dulcemente, haciendo sonreír a Helena ante todo ese drama.

—Claro que te amo, pero necesito colgar ahora, te llamo más tarde, luego arreglamos algo, dijo Helena y luego cortó abruptamente la llamada.

Eso es porque Elías y Consuelo prácticamente invadieron su habitación, no estaban solos, Consuelo tenía dos pruebas de embarazo en la mano y Elías solo le susurraba a un hombre de bata blanca, quien sostenía un maletín negro, por lo que Helena supo que era médico.

Sintiendo ya su cuerpo temblar de miedo, Helena se levantó y luego habló:

—Qué quieres aquí, dentro de un ratito me casaré, déjalo como está – dijo Helena mientras se esforzaba por no llorar.

En ese momento Elías tomó las pruebas que tenía Consuelo en la mano, se las entregó a Helena y luego le dijo:

—Hazte ambas pruebas y reza por un resultado negativo, dijo Elías mientras le hacía señas a Helena para que entrara al baño.

Sin salida, Helena tomó su celular y las pruebas y luego entró al baño, cerró la puerta y se miró al espejo diciendo:

—Sé que siempre he estado a favor de la familia, pero ya he aceptado que no tengo derecho a una familia feliz, así que por favor Dios, no me dejes embarazada, tengo miedo. del futuro—susurró para sí misma y luego comenzó a abrir las cajas de prueba.

Helena hizo ambas cosas simultáneamente y esperó el resultado, cada segundo que pasaba parecía una eternidad, tiempo después aparecieron dos líneas rojas, en ambas pruebas, por lo que ya no había dudas, en su vientre efectivamente había un niño, el fruto de este amor imposible entre Vitor y ella.

Al ver que Helena cayó de rodillas en el frío piso del baño, lloró mucho y se jaló su propio cabello, se desesperó y en ese momento recordó que tenía el número del celular de Vitor y rápidamente lo llamó, llamó varias veces, pero no. uno respondió.

Entonces decidió enviarle un mensaje a Vitor, al menos ese era su plan.

“Hola Vitor, soy Helena, contesta el teléfono por amor de Dios, me enteré que estoy embarazada de tu hijo, tengo miedo y te necesito, estoy encerrada en el baño tratando de ganar tiempo, mi padre. está afuera queriendo matar a nuestro hijo, ven aquí y ayúdame, tal vez si te haces responsable este niño tendrá una oportunidad, te enviaré la dirección - escribió Helena y luego envió su ubicación.

Le temblaban las manos e incluso le fallaba la respiración, era como si estuviera caminando en el corredor de la muerte.

En ese momento, Elías ya estaba llamando a la puerta diciéndole a Helena que saliera, pero Helena dijo que tenía dolor de estómago y así ganó un poco más de tiempo.

Aproximadamente 2 minutos después alguien finalmente respondió al mensaje de Helena, llena de esperanza inmediatamente comenzó a leer, pero con cada palabra que leía una lágrima pesada caía, mojando la pantalla del celular.

“Ay niña, lamento que estés sufriendo tanto, pero no tengo idea de quién es ese tal Vitor, mi nombre es Ruy, todo lo que podía hacer por ti ya lo hice: mandé a la policía para allá, buena suerte-escribió el hombre, dejando a Helena completamente sin esperanza.

Además del dolor y el miedo que sintió en ese momento, Helena odiaba a Vítor por jugar con sus sentimientos.

Sin esperanza, Helena se levantó, se sacudió el inexistente polvo de su ropa, sosteniendo su diminuta barriga pronto habló:

—Lamento no poder protegerte, sé que tu abuelo antinatural te quitará la vida, pero no tengas miedo, tu madre irá contigo, dijo Helena y rápidamente se secó las lágrimas que la mojaban. vestido fino.

Decidida a luchar por la supervivencia de su hijo, Helena salió del baño y caminó lentamente hacia su padre y luego habló:

—Estoy embarazada y no sé dónde está el padre del niño, pero quiero tener este bebé, es lo mínimo que puedes hacer por mí después de humillarme toda mi vida – dijo Helena mientras miraba fijamente a su padre, no Incluso ella misma podría explicar de dónde sacó tanto coraje.

Elías estaba tan enojado por la audacia de Helena que la golpeó fuerte en la cara, haciéndola caer sobre la cama.

—Además de asquerosa eres una puta, ¿cómo puedes acostarte con el primer hombre que te quiso? Casi sentí pena por ti, pero luego recordé que le debo dos millones de dólares al señor Medina y tú serás mi moneda de cambio, así que matemos a este bastardo y sigamos con el plan - dijo Elías para luego dar una sonrisa siniestra.