Continuación de la novela La esposa del emperador...
Marcos ha conocido a la mujer que va a ser su emperatriz y hará todo para tenerla a su lado.
NovelToon tiene autorización de YamilaAraceli para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
23
Capítulo 23
Cuando Rogelio llega a la puerta del despacho del emperador, le permiten pasar. Dentro estaba Marcos sentado en su gran silla, como si de un trono se tratara.
-¡Majestad!
Dice mientras se inclina en señal de respeto.
-No es necesario hacer una reverencia, estamos solos.
-Le agradezco que me recibiera, sé que es tarde.
Dijo Rogelio.
-Dígame, ¿a qué ha venido? ¿Le paso algo a su hija?
Preguntó Marcos, pues ya estaba algo preocupado por la visita de Rogelio.
-No, no. No le ha pasado nada, no se preocupe.
-Oh, bueno. Me deja más tranquilo, entonces dígame, ¿a qué se debe su visita?
Un peso se le había ido de los hombros, podía respirar con tranquilidad al saber que a Ema no le había pasado nada.
-Pues me da un poco de vergüenza el tener que venir y hablar de estas cosas con usted, pero necesito su ayuda para divorciarme de mi esposa Antonia.
Marcos quedó muy sorprendido con eso, pues no entendía cuál era el motivo para ese divorcio.
-Disculpe mi intromisión, pero, ya que me pide ayuda, necesito saber, ¿por qué se quiere divorciar?
-Claro, lo que pasa es que...
Rogelio se sincera con Marcos y le cuenta el calvario que su esposa y su hijastra le habían hecho vivir a su hija, los tormentos y las torturas que había pasado la pobre y él, su padre, no había notado.
Al escuchar esas palabras, Marcos no podía creer que su Ema haya pasado por todo eso. Su corazón temblaba de solo imaginar una sola de las situaciones que Rogelio le planteaba. No podía permitir que esas mujeres quedaran impunes después de lo que habían hecho y el maldito que las ayudó, tampoco lo haría. Antes de que Víctor muriera pagaría muy caro el haber torturado a Ema y más de esa manera.
-Después de lo que me acaba de contar, le aseguro que usted obtendrá el divorcio de esa mujer y no le daré nada de sus propiedades por lo que hicieron en contra de su hija.
-Gracias majestad, me quita un gran peso de encima con esto. Le dejo los documentos de mi matrimonio por si los necesita y no lo molesto más.
Después de eso, Rogelio se despide de Marcos dejándolo en su oficina, mientras que él se fue a su casa nuevamente, al llegar ya era bien de noche. Tanto Antonia como Luisa lo esperaban para cenar, ambas muy enojadas de tener que esperarlo hasta tan tarde, pero ninguna dijo nada.
Los tres se sentaron en la mesa y no dijeron nada mientras comían hasta que Luisa, por querer romper ese ambiente tan incómodo, dijo lo primero que se le ocurrió en su cabeza hueca.
-Padre, ¿Cuándo será la boda de Ema? Porque el vivir fuera de la casa por tanto tiempo, le puede traer problemas con su prometido, hasta puede querer romper el compromiso con ella.
Rogelio, al escuchar aquello, la miró de inmediato con cara de querer matarla, pero rápidamente disimulo su expresión. Tragándose lo más que pudo el veneno que le quería salir por la boca, solo pudo decir:
-Mira Luisa, veo que no estás informada, pero tu Ema ya no se casara con Víctor, ya no hay tal compromiso.
-¿Qué? ¿El conde Víctor ya rompió el compromiso con ella?
Dijo Luisa sumamente contenta por esa noticia. Antonia también estaba sorprendida y más que feliz de escuchar aquello, pues eso quería decir que su hija se iba a poder casar con Víctor, en lugar de Ema. Sin embargo, las palabras de su esposo rompieron su ilusión.
-No, él no rompió el compromiso. Pero como fue sentenciado a la horca dentro de poco, el compromiso no tiene validez, porque él se va a morir.
El escuchar esas palabras de la boca de Rogelio dejo a las dos mujeres frías y mudas durante unos segundos. Sus caras habían perdido color, estaban tan pálidas que parecían muertas, mientras lo miraban con los ojos agrandados a más no poder.
-¿Qué has dicho?
Dijeron las dos a la vez cuando pudieron recomponerse de la impresión de la noticia que él les había dado.
-Lo que escucharon, ese hombre estaba haciendo negocios ilegales en el imperio cuando el emperador se enteró, lo sentenció a la orca sin darle una sola oportunidad.
-¡Padre, tú no puedes permitir eso!
Dijo Luisa alterada al escuchar la noticia.
-Claro que puedo y apoyo al emperador, Víctor estaba involucrado con la trata de esclavos, ese hombre merece la muerte.
Dijo tajante, haciendo que Luisa mirara a su madre pidiéndole ayuda; sin embargo, Antonia solo miraba su plato de comida mientras se preguntaba como había sido su hija tan estúpida para entregarse a un hombre que ahora no podría desposar.