Una huérfana es llevada a un orfanato luego de perderá sus padres en un fatal accidente. Con el pasar de los años, solo quiere un sueño, ser novicia. Pero es destino quiere algo más.
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Michel Brown
Han pasado ya muchos años después de abandonar a César Steven en el altar. Lo sé , fuí una estúpida al dejarlo ahí tirado por unos cuantos miles de dólares y un pelele de amante que al fin de cuentas resultó ser un bueno para nada, el dinero se esfumó luego de nuestro extravagante modo de vida. Extraño mucho sus noches de cama, era un hombre extremadamente apasionado aunque odiaba ese eterno amor que me profesaba, yo solo quería coger como una salvaje. Y pensar que tuve la lotería en mis narices y la dejé pasar me enerva la sangre, en estos momento sería la Señora de Steven y aunque hubiese tenido que sacrificar mi cuerpo le habría dado un hijo a ese hombre , más al saber que el primer heredero de los Steven heredará mitad de la herencia de los padres de César y el saldo será repartida entre los dos hermanos. ¡Maldita la hora en que me enredé con ese idiota!.
Debo hacer algo al respecto, sé de muy buenas fuentes que luego de desaparecer de su vida se volvió un hombre completamente diferente, mujeriego, alcohólico y apostador. Bueno, no lo culpo. Fuí muy buena haciendo mi papel de puritana y pensar que el muy idiota se creyó que me entregué a él siendo virgen. Sí, lo sé, es patético, pero también es hermoso y un excelente amante. Es hora de volver, aunque bueno, debo pensar en un excelente plan para justificar mi absoluto cinismo. No creo que sea difícil, igual, lo hice una vez podré volver a hacerlo nuevamente. César Steven no es más que un excelente cheque al portador y la verdad necesito de sus millones, estoy cansada de vivir con limitaciones, esto de ser pobretona no se me da.
-¿En qué piensas querida? . Pregunta uno de sus tantos amantes.
-En que volveré a Londres. Es hora de tomar lo que me pertenece.
-¿Crees que ese idiota te volverá a creer?.
-¿Cuándo no he logrado lo que me propongo?. Además, tú solo me sirves para descargar mis tensiones. No lo tomes a mal, pero no eres mi tipo.
Aquel hombre en cuestión de segundos se acerca a su lado y toma su cuello ligeramente, sus ojos destilan furia y un ego herido.
-Ten cuidado con lo que tu boquita hermosa habla. Sus ojos ahora se dilatan al deslizar su dedo pulgar por sus finos labios. -Tú tampoco eres la gran cosa, he estado con mejores putitas que tú. Este la gira colocándola de espalda a él, su agarre ahora ha cambiado a su coleta de cabello aprisionado a su mano. Su otra mano masajeaba con fuerza uno de sus senos.
-Recuerda mi muñequita, me debes mucho dinero y ni cogiéndome esta vida y las que te quedan me podrías pagar lo que he gastado en tus adicciones.
Un leve gemido sale de la boca de Michel, uno de temor y terror.
-Así me gusta, que sepas quién manda aquí putita. Veamos si ese coñito está apretado. El hombre arrebata su boca salvajemente destilando de ella un hilo de sangre .
-Qué rica estás. Ahora éste la embestía de la manera más brutal posible mientras ella solo derramaba unas cuantas lágrimas de dolor. Su boca había cometido una gran estupidez y ahora lo estaba pagando caro. Michel era una de los tantos juguetes del gran mafioso Tiago Maserini, un italiano que había conocido en una de sus tantas noches locas cuando debía miles de dólares a una casa de apuestas. Éste le había gustado desde un principio y sin más la hizo una de sus mujeres preferidas. Michel aprovechó ese momento para darse la vida de la que siempre había estado acostumbrada pero jamás pensó que su precio era demasiado alto ante aquel hombre salvaje que ante a cualquier encuentro terminaba siendo hospitalizada por días.
Ahora, Tiago suelta un gemido fuerte descargando finalmente su semen en la garganta de Michel. Una sonrisa perversa salió de sus labios soltando por fin el agarre de su cabello.
-Toma, para que vayas al médico. Victorio te llevará. Unos cuantos billetes fueron lanzados en el rostro de Michel mientras ella aún se limpiaba sus labios y senos. -Por cierto mi muñequita, si estás pensando en largarte solo te tengo dos condiciones para que veas lo generoso que soy contigo y porque después de todo, me estás cansando, tu culito ya no es el mismo. Una, te doy seis meses para que me pagues todo el dinero de los casinos y tú cocaína. Dos, vendrás a mi una vez al mes o cuando se me pegue la regalada gana. Así estés con el cabrón de tu ex o el que sea. Así te cases, siempre estarás disponible para mi.
-Pero… Un susurro sale de la boca de Michel. Uno que los finos oídos de Tiago escuchó a su distancia.
-¿Te atreves refutarme perrita?. Parece que quieres más. Tiago levantó su cuerpo de un sacudón inclinándola de espalda a la mesa de estar. -Esto va para que sepas que tú mi muñequita eres de mi propiedad. Pronto sus dedos fueron introducidos con fuerza a su intimidad. Abrió sus piernas y sin pensarlo la penetró nuevamente hasta saciarse.
-¡Por favor!. Duele Tiago.
-Culpa a tu boquita princesa. Aprende a medir tus palabras, sabes muy bien cuánto me enfurece, hace una pausa mientras embiste con fuerza, -que me refutes. Hace un movimiento profundo y un gemido prolongado sale de él quien la sostiene con sus manos blancas ahora de la presión que ejerce sobre las caderas de Michel.
-Ahora si puedes irte. Te espero en un mes, si no vienes atente a las consecuencias mi hermosa perrita. Un beso brusco y una nalgada son escuchadas en aquel cuarto de grandes ventanales. Tiago ha salido de allí, Michel como puede se mueve con extremo dolor , fluidos ligados con sangre se deslizan por sus piernas que están a punto de colapsar. Michel aprieta su vientre y pronto sus ojos se nublaron. Había perdido el conocimiento.
Días después Michel abre sus ojos, ahora en un cuarto blanco reconoce el lugar. Estaba nuevamente en el hospital de confianza de Tiago, su amigo médico Guisepe era el encargado de atender a las chicas de Tiago hasta que ellas se recuperan por completo.
-Esta vez fue peor Michel. Dime, ¿Qué le hiciste?. Dice Giuseppe.
-Es un animal. Cree que por tenerla dura y extra grande se da el derecho de jodernos así.
-Michel, baja la voz. Te puede escuchar. Está afuera.
-Lo odio, odio el día en que se me atravesó en el camino. Sé que no soy santa, pero tampoco merezco tal maltrato. Una lágrima rodó por su mejilla. Giuseppe era la única persona que la escuchaba, tal vez la única que ella sentía que podría ser . Con él no tenía que fingir o demostrar altivez, podía ser ella misma, una mujer sencilla, una mujer que muchos años atrás existió y que por sus malas decisiones terminó convertida en otra.
-Michel, no tienes escapatoria. Solo hazte la vida a mena y no sufrirás.
-¿Cuántos días llevo aquí? Michel trata de levantarse pero un dolor agudo en su vientre se lo impide.
-Una semana. Batiste record. No te levantes aún estás adolorida . los analgésicos han ayudado pero debes guardar reposo.
-Guisepe, pronto me iré. él lo sabe. Le pagaré hasta el último centavo y dejaré de ser su esclava.
-Chiquilla, no entiendo cómo terminaste aquí, pero vete con pies de plomo. Conozco a mi amigo y no es de perder sus “juguetes”.
-Malas decisiones, una detrás de otra. Supongo que mis adicciones han sido mi perdición. Giuseppe, solo quiero agradecerte por tus cuidados.
-Cuídate mi chiquilla. Espero verte pronto.
-Para mí desgracias así será , pero no por mucho tiempo.
La puerta del cuarto se abre entrando Tiago con su imponente aire de superioridad , traje oscuro y una barba exquisitamente arreglada, una fragancia maderable y un aura oscura.
-Mi muñequita, me alegra que hayas abierto tus ojos. Una sonrisa de medio lado asienta su rostro.
Michel gira su rostro a la ventana tragándose sus palabras.
-Me iré como acordamos, espero que cumplas tu palabra.
Un Maserati cumple. Tiago se acerca peligrosamente. -Pero no olvides que muy a pesar de que te vas a zorrear para que me pagues lo que me debes, también debes volver. Tiago aprieta el mentón de Michel obligándolo a que lo mire a los ojos.
-Eres el diablo Tiago Maserini.
-Uno que te satisface todos tus gustos. No lo olvides. Tiago suelta su mentón bruscamente. -No tientes tu suerte Michel, podría despedirme nuevamente de ti.
-Tiago, amigo. Ella debe reposar. Estará aquí por lo menos cinco días más.
Tiago asiente a las palabras de su amigo. -Agradece a Giuseppe tu insolencia Michel. A partir del día que te den de alta volverás al mes. Recuerdalo, no quiero mandarte a buscar. Tiago sale del cuarto tirando la puerta con fuerza.
-Descansa chiquilla. Giuseppe se despide dejando sola a Michel para armar con tiempo la llegada a Londres y su reencuentro con César.
-Juro Tiago que me libraré de tí, así muera en el intento.
🙄🙄🙄
Súper escritora ✍🏼 por favor no tardes en subir más capítulos 🙏🏽🙏🏽🙏🏽