Sinopsis
En México, en vísperas del fin de la intervención francesa, hubo una época de cambios pero también de inestabilidad económica. Sobre todo para los grandes aristócratas del país, esta es la historia de Valeria Cortina González de Noriega, una joven soñadora y de alma libre que idealizaba el amor, pero a su vez tenía miedo de un matrimonio arreglado.
Su padre Don Francisco, estaba lleno de deudas, además de que estaba al borde de la quiebra, lo único de valor que conservaba era su apellido honorable. Su única salvación era pagar su deuda a Luis Pimentel para poder conservar su hacienda, Luis era el terrateniente más poderoso de esa época y etiquetado como un verdadero tirano, Don Francisco estaba dispuesto a todo, incluso entregar a su amada hija a cambio de salvarse de la ruina. Será que el pago de una deuda, se pueda volver en un amor duradero y sincero.
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Intrigas
Capítulo 23
Luis estaba en los cañaverales supervisando que ya estuvieran espigando para comenzar la zafra. Susana no había podido volver a acercarse a Luis, él evitaba todo contacto o acercamiento con ella. Eso la mantenía enojada todo el tiempo, Gertrudis por otro lado se encargaba de elegir los nuevos muebles y tapices para las casas de ambas haciendas. De pronto llegó Loreto, eso sorprendió a Gertrudis.
—¿Qué haces aquí?—dejó Gertrudis su taza de café sobre la mesa.
—Mi hermano me corrió de las ánimas.—
—De seguro te la pasaste merodeando a Rómulo, recuerda Loreto que eres una mujer casada.—
—Nada de eso, también tengo dignidad. Aferrarme al recuerdo de su amor, me arruinó la vida. Quiero pedirte posada, mientras se lleva a cabo la boda de mi sobrina con tu hijo.—
—Lo lamento Loreto, pero lo mejor es que te vayas a casa con tu marido. Mi hijo está furioso contigo por la bofetada que le diste a su prometida. Te sugiero que le digas a tu cochero que no baje las maletas y te vayas cuanto antes, aquí no eres bienvenida.—
—Pero soy parte de esta familia, soy una Pimentel ahora.—
—Si, pero Valeria va ser la dueña y señora de todo. Y si no la respetaste en casa de sus padres, aquí si. Si mi hijo aceptará darte posada, sería como darle la espalda a su futura esposa.—
—Por favor Gertrudis, todos sabemos que tu hijo solo quiere cobrarse una deuda. Jamás le va a dar el lugar de esposa a Valeria, si fuera así no tuviera a su querida bajo su mismo techo. Al parecer tu hijo no es un verdadero caballero y hombre, que mal educado lo tienes, me da igual si planea tener a su querida y a su esposa conviviendo como buenas compañeras de cama, que al final sus bastardos jueguen con sus hijos legítimos. Lo que me interesa es que se entere de lo que planea hacer su prometida.—sin escucharlo llegar Luis se hizo presente.
—Según usted, ¿Qué es lo que planea hacer?—preguntó Luis
—Basta Loreto vete de aquí.—la corría Gertrudis.
—No me voy a ir, hasta que Luis esté enterado de que Valeria planea dejarlo esperándola en el altar. Planea irse al país vecino para comenzar una vida nueva, pero ya dicho todo eso me voy.—Luis la sujetó del brazo.
—Está mintiendo, si algo conozco de Valeria es que jamás me haría una cosa así. Ya me hubiera dicho que no quiere casarse.—
—No puede hacerlo, porque su madre la amenazo en mandarla a un convento. Va a esperar hasta el último momento para huir, incluso le solicito ayuda económica a Rómulo. Si no me crees ve tú mismo a preguntarle, ahora si me permites.—Luis la soltó, estaba molesto con la idea de que Valeria lo dejara esperándolo en el altar.
—No vuelvas a esta casa.—le advertía Gertrudis a Loreto, Ella sonrió cínicamente y salió de la casa.—Luis, no puedes creerle a esa mujer.—
—¿Por qué no? Valeria no siente nada por mi, además tiene el carácter suficiente para enfrentar la adversidad eso me lo ha demostrado. Pero en este momento me lo va a decir de frente, y si ese es su plan entonces olvídate del matrimonio, la traeré a esta hacienda así sea arrastras, la haré mi mujer y se va a arrepentir cada día de su vida.—Luis estaba muy enojado.
—No hijo, no vayas a hacer una estupidez. No te das cuenta, Loreto odia a su sobrina, al igual que a su hermano.—
—Como los va a odiar si son su familia.—
—Hay cosas horribles que se vivieron en la familia de Francisco, en lo personal siempre he pensado que Loreto fue quien empujó a su hermana al pozo. Además Valeria es una copia fiel de su difunta hermana, incluso se llaman igual. Francisco adoraba a su hermana Valeria, su muerte lo cambio para siempre.—
—Entonces, ¿por qué Loreto sigue en libertad con un crimen tan grande?—
—Porque nadie tiene la certeza, nadie fue testigo.—
—Entonces, ¿por qué piensas eso madre?—
—Por Ruth, la madre de Francisco. Nadie le creyó, ella tenía una enfermedad mental, ese fatídico día mientras lloraba por su hija Valeria, Ruth se lanzó sin que nadie lo esperara en contra de Loreto para golpearla por lo ocurrido, pero por su enfermedad nadie le creyó. Incluso estuvieron apunto de culparla a ella al ver como atacó a Loreto. El papá de Francisco, le pidió a mi familia que guardara el secreto. Francisco no sabe nada de lo ocurrido él estaba en el internado estudiando, cuando llegó para los funerales de su hermana, estaba destruido. No puedes creer en Loreto, ella siempre ha odiado a su familia y más a su hermano. Es por eso que me rehusó a pensar que el traidor sea Francisco.—
—Tengo la carta como prueba.—
—Una carta que bien pudieron falsificar, Francisco estaba ese día en la reunión. Se fue antes porque tu padre se sintió enfermo y él lo ayudó a llegar a casa.—
—Mamá por favor no quiero tocar ese tema, debo ir a hablar con Valeria y que me diga de frente que se va a escapar, para irse lejos de mí.—
—Hijo por favor no vayas, no creas en las intrigas de esa mujer.—
Gertrudis trató de detenerlo pero sin éxito, Luis salió hecho una verdadera furia. Subió a su caballo para galopar hasta las ánimas, sentía que le hervía la sangre. No entendía que era lo que le molestaba, si realmente que lo iba a humillar o el que Valeria no se convertiría en su esposa.
Rómulo acababa de llegar del campo estaban comenzando a hacer los surcos para sembrar el maíz, confiando en que esta vez habría buenas cosechas. Sin esperarlo llegó Luis, de inmediato bajó del caballo.
—Luis, ¿Qué haces aquí?—
—Ustedes creen que soy su burla, a qué volviste al país Rómulo, para persuadir a mi prometida de huir de nuestro matrimonio, sé que le ofreciste ayuda económica para que pudiera marcharse, por lo menos ten el valor de aceptarlo.—
—Como te atreves a injuriarme de esa manera, volví al país para la boda de Rodrigo.—aún no terminaba Rómulo de aclararlo todo cuando…
—No pienso huir.—los interrumpió Valeria.
—Me está difamando y me gustaría que arreglemos el mal entendido.—agregó Rómulo.
—Como bien lo dijiste tío es un mal entendido, permíteme hablar a solas con mi prometido.—Rómulo no tuvo más opción entró a la casa a refrescarse y permitirles el espacio para que hablaran.—Estás muy alterado, no hay necesidad. Primero respira profundo.—decía Valeria.
—No voy a tolerar que me dejes esperándote en el altar, no me conoces de lo que soy capaz.—
—Solo he escuchado rumores sobre ti, que eres agresivo, que golpeas a tus peones y a cualquiera que te desobedezca. Y muchas barbaridades más, pero no te temo. mi tía Loreto fue quien me ofreció ayudarme si decidía huir del matrimonio. Me imagino que ella fue a intrigar en mi contra, Luis tal vez no hay amor entre nosotros, pero si tengo respeto por ti y gratitud. Primero quiero conocerte e intentar vivir contigo, espero que te disculpes con mi tío. Por favor.—Valeria había calmado toda la ira dentro de él, con palabras amables y sensatas.
—Lo siento.—Luis no se contuvo al tenerla frente a él, así que una vez más la abrazó, Valeria le correspondía.
—Me alegra ver que te tranquilizaste.—Luis sentía su calidez, eso lo hacía sentir tranquilo y con mucha paz.
Irene observaba a ambos, no tenía dudas de que don Luis estaba enamorado de su niña Valeria, que sentía una gran atracción y devoción por ella.