La Princesa Antiguo Desafía A Los Dioses

—¡Guardias protejan!—gritó el hombre mientras retrocedía hacia atrás.

Los guardias dispararon a la figura que se acercaba cada bala era tan veloz que no puede ser vista por los ojos de los humanos.

—¡Aying!—gritó Ethan apunto de usar su poder.

Una mano lo detuvo al instante, Ethan miró a su hermano moon que negaba con la cabeza.

—¡Estoy seguro de que Aying no quiere que hagamos algún movimiento!—confesó Moon.

Ethan bajó su mano mirando la figura de Aying.

—¿con solo unas balas pueden matarme?—le susurró.

Aying saltó en el aire mientras su cuerpo daba un doble giro cada bala que pasaba no podía hacerle abolsutamente nada.

La gran bala potente que se acercaba directo hacia entre sus cejas fue vista por Aying con un movimiento de su mano derecha balanceó la daga bloqueando por completo la bala que se avecinó.

—¡te tengo!—murmuró el hombre que había lanzado la bala, su mano se cubrió de luz blanca.

Al instante la bala se convirtió como un metorio envuelto en una fuerza abrumadora, la daga que bloqueaba la bala esta siendo atravesada muy lentamente.

—¡ugh!—gimió de dolor mientras apretaba con fuerza sus dientes, sus manos temblaban al no poder soportar la poderosa fuerza de la bala sin atreverse a detenerse o dudar apretó con fuerza el mango de la daga aunque tenga que temblar sus manos.

La bala que parecía un meteorito giró a gran velocidad volviéndose más fuerte.

Los otros guardias sonrieron con frialdad mirando a Aying.

—¡dejen de estar mirando!—dijo el guardia que usaba su habilidad especial.

—¡Aying, suelta la daga!—gritó Nick sintiendo desesperación absoluta.

—¡jamás!—antes de que Aying pudiera terminar sus palabras no aguantaron más sus manos que sin fuerza alguna soltó la daga, su cuerpo fue expulsados hasta rodar por el suelo—¡pfft!—vomitando sangre Aying apretó sus labios mirando con una expresión seria al hombre de traje azul quien sonríe con desdén.

—¡clan a antiguo! ¿Es solo esto?—se burló agitando su palma mientras se daba la vuelta nuevamente.

El pájaro al ver que las balas se acercaron a Aying descendió del cielo mientras extiende sus alas.

—¡Plumas de ataque!—resonó el pájaro cubriendo con sus alas Aying.

Las balas que tocaron las plumas cayeron al suelo al instante es como si hubieran chocado con un metal tan resistente.

—¡Maestra vete!

Aying observó al pájaro hasta que las palabras salieron de sus labios manchados de sangre—¡no! Déjame esto a mí, ha pasado tiempo desde que luché antes era una niña aunque luché contra tigres no se puede comparar con humanos que poseen habilidades ¿lo sabes no? Logré vencer a esos 6 hombres solo por qué fui ingeniosa incluso si tengo poder no se puede comparar con alguien que tiene tanta experiencia en batallas esos guardias deben haber vividos varias guerras en sus vidas ¡no me detengas pollo! “Yo Aying incluso si caigo en el mundo de los mortales me levantaré, subiré las escaleras al cielo sin rezar a los dioses, no cometer los mismo errores una y otra vez”—susurró estirando sus brazos.

La energía plateada se filtró estirando los brazos a los lados, en ese momento dos armas que se encontraban sobre el suelo volaron directamente hacia el frente con un movimiento rápido Aying la sostuvo haciendo un giro en el aire.

—¡cuidado!—gritó el líder de los guardias.

Antes de que tuvieran tiempo de reaccionar varias balas se precipitaron a gran velocidad, cada guardia fue derribado sin fuerza alguna siendo atravesados directamente en el corazón un tiro sumamente perfecto.

Aying cayó al suelo rodando hacia el frente con una pierna de rodilla estiró su brazo apuntando al último guardia que quedó de pie, es el líder de los guardias.

—¡qué poderosa puntería!—lo pensó, al ver que la bala se precipitó, jaló el gatillo lanzando la bala con su habilidad sobrenatural la cual puede mejorar la fuerza de sus ataques.

Ambas balas se precipitaron hacia la otra, los ojos fríos de Aying observaron la bala y con una sonrisa astuta usó su mano, el poder plateado se filtró convirtiendo la bala en color plateado, la fuerza fue tan enorme que destruyó los vidrios del gran edificio en miles de pedazos.

Sin dudarlo Aying se deslizó debajo de las balas sin ser atacada por la poderosa fuerza que las rodea, ninguna de la balas se detienen es como si estuvieran luchando entre ellas para saber cuál es más fuerte.

El líder de los guardias mostró una expresión seria con gran decisión dejó su arma corriendo a la misma velocidad que Aying, la esbelta figura se encontró contra el hombre rígido quien esquivó la daga plateada que se dirigió directamente hacia su frente.

—¡logró cortarme!—lo pensó el líder de los guardias al tocar su mejilla.

La mano de derecha de Aying está sobre el suelo al ver que el hombre está distraído usó su pierna apuntando directamente hacia sus tobillos.

—¡casi!—murmuró el hombre atrapando la pierna de Aying al sostener la pierna de Aying dio un giro al instante lanzándola contra la pared.

El líder de los guardias sonrió con desdén, el cabello de Aying se balanceaba en el aire, sus ojos no mostraron pánico solo tranquila.

—¿crees que puedes derribarme?—susurró levantando las camisuras de sus labios, su mano dio un casi giro lanzando al siguiente momento la daga contra la pared.

La daga quedó atrapada en la pared, Aying dio un giro impulsando su cuerpo contra la daga.

—¡truco viejo!—el líder de los guardias se burló mientras sacaba la pistola que había estado guardando durante todo este tiempo.

Cuando pensó que Aying lo atacaría desde el aire se llevó una gran sorpresa, Aying se había barrido contra el suelo.

Antes de que el hombre tuviera tiempo de reaccionar Aying ya le había apuntando con una arma de fuego.

—¡Adiós líder!—se despido en tono burlón.

Un inminente sonido se escuchó, el líder de los guardias que se encontraba parado levantó la mirada al ver su rostro podías ver que había sido atravesado en la frente, sin esfuerzo el hombre cayó el suelo.

Aying que se encontraba debajo de su piernas fue sostenida por una mano delgada jalando su cuerpo al mirar en frente solo pudo ver los ojos rojos como el rubí.

—¡Gracias kai!—le murmuró en su oído.

Las orejas del hombre hermoso perfecto se sonrojaron levemente, se alejó sosteniendo aún la mano de Aying.

Aying no tenía tiempo para burlarse solo miró al hombre de traje azul quien había caído al suelo temblando de miedo—¿no es divertido? ¡Me sorprendes! !Tu guardias no son más que esto! ¿Los has visto bien?—se burló caminando paso a paso hacia el hombre.