LA VENGANZA

Ellas se retiraron por un momento, es difícil tener la atención de Irina cuando Aníbal está cerca, solo que ella es la única que no se da cuenta de esto.

Irina almorzaba con ánimo y como era de costumbre, Aníbal corta la comida para ella, y sí, parecía extremo, Aníbal es un hombre que demuestra su afecto con actos terriblemente claros, aunque él no los perciba como tal, fue criado sin afecto familiar, y en vez de cerrarse, tuvo una reacción adversa, da lo que siente sin restricciones.

—Cuñado, hoy vino el investigador, esta noche debo mostrarte algunas cosas, después de cenar —dijo con voz apagada, Aníbal estaba inquieto, sabe que se trata de esa estúpida situación que han generado toda esa gente.

—Bien, hablemos en casa, pero tranquila no te mortifiques, ya estoy más fuerte, no va a poder hacerme daño, ya no más, claro que solo puede decepcionarme más y darme cuenta de que la gente cambia u oculta su verdadero rostro, no te preocupes, es mejor saberlo, cuando regrese, no quiero que me mienta descaradamente —dijo Mientras Irina asiente.

Irina se abrazó a él y Aníbal le dio un suave beso en la frente.

El alto y guapo Aníbal salió de ahí con sus viandas vacías, ya que esa comilona no había dejado nada.

Cuando subió al ascensor, uno de los jefes de unidad estaba ahí y lo miró con burla, Aníbal entendía la situación, Irina es hermosa como una muñeca, seguro que hay más de un pretendiente o que pretende serlo; sin embargo, no está dispuesto dejar que ninguno de esos aprovechadores se acerque a ella.

—Oh, es usted, no nos han presentado —dijo el joven jefe de unidad, mientras que Aníbal lo mira tranquilo pero con un poco de frío.

—No, en realidad no nos han presentado para nada —dijo sin presentarse como el hombre quería.

El joven jefe de unidad se irritó al ver la burla con la que era tratado.

—bueno, sé que le traes el almuerzo a la Señorita Irina, debe ser vergonzoso ser un niñero —dijo burlón, mientras que Aníbal dio una agradable carcajada.

—Sí, es vergonzoso despertarte y ver a una belleza como Irina todos los días, es agobiante vivir en un Penthouse de lujo y llevar el almuerzo a una hermosa muñeca, inteligente, preciosa y adinerada, es muy duro…, en las noches especialmente estoy seguro de que nadie, envidia mi mala suerte —dijo sonriente mientras que el hombre que lo mira se le ha borrado la sonrisa de inmediato, pero antes de que pueda decir algo, el ascensor se abrió y Aníbal salió tranquilo y sin despedirse.

El hombre aún petrificado en el ascensor apretó los puños con indignación, no puede creer que ese don nadie tenga ese privilegio, sin saber que en el futuro ese hombre sería el motivo de sus pesadillas más tenebrosas.

Aníbal se montó en el lujoso auto de alta gama, se podría decir que Aníbal tenía una vida de millonario, sin embargo, eso es algo que Aníbal no registraba, está centrado en curar su herida emocional. Cuidar de Irina que para él es como un ángel literalmente, y divorciarse de Olga, no piensa quedarse en un matrimonio donde ha sido tan menospreciado y herido sin razón.

A lo lejos, Malcolm veía a Aníbal y su ira incrementa, Irina era en ese momento la joven empresaria más bella de la ciudad sin contar que su bondad salía por todos sus poros y él está seguro que se merece una mujer así.

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Esa tarde Pamela mostró los chats de la empresa, si no ponían un alto, se formará un rumor malicioso implicando una relación sexual entre Irina y Aníbal, lo que puso a Irina muy molesta, ella estaba leyendo los comentarios, está planeando como arreglar esto, no quiere que Aníbal se sienta incómodo con esa situación.

—Es una vergüenza que digan estas cosas, Aníbal no les hace nada ni les afecta en nada, y estás chica, no puedo juzgarlas, Aníbal es guapo, ellas tienen buenos gustos no puedo hacer nada, pero voy a dejar en claro que ese tema solo me concierne a mí —dijo Irina mientras Pamela asiente, no puede decir nada más al respecto, su amiga está en negación de lo que pasa, sin embargo, está segura que las cosas van a explotar en algún momento y ambos se van a tener que sincerar.

Esa noche, Aníbal fue a recoger a Irina como siempre, ella lo esperaba ya con la cartera lista, está un poco nerviosa, lo que le va a mostrar no le va a gustar para nada.

Esa noche, como siempre, cenaron, y fue el momento de la gran verdad.

—Aníbal, esto que vas a ver es muy doloroso, realmente debemos hacer algo, esto no se puede quedar así —dijo Irina mientras abre su portátil para enseñarle la situación.

—Bien, veamos lo que se trae esta gente —dijo Aníbal para comenzar a ver.

Ahí estaba claro como el agua, Irina logró poner una cámara en la habitación donde Olga y Orlando creaban al bebé de forma “mecánica”, las conversaciones, lo que Svetlana creía sobre esto. La manipulación flagrante de Mireya, cómo es que, incluso, amistades cercanas sabían lo que estaba pasando y se burlaban de Aníbal llamando el pobre huérfano cornudo. La forma como Olga defendió a Aníbal indicando que, él la amaba tanto que esto no era una infidelidad y que Aníbal entendía a la perfección que el amor y el sexo no es lo mismo.

Aníbal vio todo eso y se dio cuenta de que solo le daba pena, la mujer que veía en esas imágenes ni siquiera se aprecia a la mujer que había amado como un loco todo este tiempo.

—Vaya, pensé que me dolería ver esto, pero solo tengo una sensación de asco, me da pena como tus hermanas son títeres patéticos en manos de tu madre, realmente es tan surrealista —dijo mientras mira las imágenes y las capturas de las conversaciones de sus grupos.

Aníbal, ella está segura de que cuando regrese, tú volverás con ella, si es así, o tienes alguna esperanza de arreglar tu matrimonio, puedes decirlo, yo puedo cambiar la venganza solo de mi lado —dijo bajito.